El s¨ªndrome de Ulises en el Festival de Avi?¨®n
Tres 'Odiseas', una 'Eneida' y una 'Orestiada' figuran en el programa de una edici¨®n que regresa a los cl¨¢sicos para entender mejor el presente
En el programa del Festival de Avi?¨®n, la gran cita francesa de las artes esc¨¦nicas que se celebra hasta el 23 de julio, hay nada menos que tres Odiseas, una Eneida y una Orestiada, en una edici¨®n enfocada a reexaminar los mitos fundadores de nuestra civilizaci¨®n. ¡°Europa no debe olvidar que es, ante todo, cultural. Nace de la cultura y es hija de la cultura¡±, se?ala el director del festival franc¨¦s, Olivier Py, que ha recurrido a los cl¨¢sicos del patrimonio grecolatino para alumbrar la negra actualidad del continente. ¡°La Europa que vive ciega respecto a lo que sucede en el Mediterr¨¢neo no es la Europa de la cultura¡±, asegura Py.
Cada mediod¨ªa, en un jard¨ªn p¨²blico del centro de Avi?¨®n, el viaje inici¨¢tico de Ulises es declamado por un grupo de actores de varios or¨ªgenes, sumados a j¨®venes de la periferia de la ciudad. La funci¨®n est¨¢ dirigida por la francesa Blandine Savetier, que resume el relato hom¨¦rico en 13 episodios, como si fuera una temporada de cualquier serie de ¨¦xito. En consecuencia, cada entrega termina en cliffhanger e incita as¨ª al binge ?watching, consistente en regresar a la misma hora el d¨ªa siguiente. Por la tarde, la brasile?a Christiane Jatahy le toma el relevo con O agora que demora, segunda parte del d¨ªptico Nuestra Odisea, con el que esta directora de R¨ªo de Janeiro quiere cuestionar el legado del monumento literario.
Si en la obra anterior Jatahy compar¨® el punto de vista del protagonista con el de Pen¨¦lope, probando que no hubo pasividad en su larga espera, en este nuevo cap¨ªtulo la directora se va a buscar ¡°los Ulises de hoy¡± que pueblan zonas fronterizas y guetos urbanos, forzados a abandonar sus pa¨ªses por guerras tan cruentas como la de Troya. ¡°Lo que vivimos en la actualidad es tr¨¢gico. Por eso recurrimos a la tragedia. Las historias mitol¨®gicas nos ayudan a entender nuestro presente¡±, apunta Jatahy. Su trabajo habla de las fronteras. Las que nos separan de nuestros vecinos. Las que dividen el presente y el pasado. Las que fraccionan los lenguajes art¨ªsticos.
El escenario est¨¢ presidido por una pantalla de cine donde Jatahy proyecta los v¨ªdeos que rod¨® en Palestina, L¨ªbano, Grecia y Sud¨¢frica con ?refugiados que sol¨ªan trabajar como actores antes de emprender sus viajes. Recitan los versos originales con rostros dolientes y los dotan de esa verdad que solo atesoran quienes los han vivido en sus carnes. Dentro de la sala, varios espont¨¢neos camuflados entre el p¨²blico se levantan y reaccionan ante lo que ven en pantalla, como un coro griego del siglo XXI. Ninguno es un migrante, pero todos cargan con historias familiares de ¨¦xodo y desarraigo. Esta aplaudida obra, que se ver¨¢ en oto?o en el festival Temporada Alta (Girona), desactiva el discurso pol¨ªtico que se?ala al extranjero como un intruso. Lo demuestra la propia Jatahy al tomar la palabra en el tramo final, cuando nos conduce al Amazonas para desvelar un secreto familiar, a la vez que interroga a los pueblos kayap¨®, exiliados de s¨ª mismos que malviven en el Brasil de Bolsonaro. ¡°Es tambi¨¦n una obra te?ida de utop¨ªa: la de cambiar un futuro que, sin que nos demos cuenta, acaba de empezar¡±, concluye Jatahy.
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