Un legado para agradecer la bienvenida de Espa?a
Un empresario alem¨¢n dona 11 pinturas al Museo del Prado para corresponder a la acogida de un pa¨ªs al que lleg¨® en 1962 con 1.000 pesetas en el bolsillo

La Espa?a de comienzos de los sesenta, en plena dictadura franquista, ten¨ªa muy pocos alicientes para quienes ansiaban vivir en libertad. Pero m¨¢s all¨¢ de los Pirineos hab¨ªa j¨®venes para los que la situaci¨®n interna del pa¨ªs supuso un despertar de sus sue?os aventureros. Algo as¨ª debi¨® de sentir Hans Rudolf Gerstenmaier (Hamburgo, 84 a?os), quien un buen d¨ªa de 1962 decidi¨® dejar su confortable vida en Alemania como ingeniero el¨¦ctrico para viajar a Espa?a haciendo autoestop con solo 1.000 pesetas en el bolsillo.
Este lunes, Gerstenmaier, en silla de ruedas, recordaba que quer¨ªa conocer otra gente, otra lengua y otra vida. No trajo una libreta llena de contactos, aunque r¨¢pidamente empez¨® a representar a diferentes firmas alemanas de recambios de autom¨®viles y con sus primeras 5.000 pesetas adquiri¨® el primer paisaje de una extensa colecci¨®n de arte, que desde ese momento no dej¨® de crecer. Gerstenmaier no recuerda el autor y declina precisar cu¨¢ntas obras acumula. Prefiere hablar de ¡°un porr¨®n¡±.
En agradecimiento a aquella acogida, y en lo que ¨¦l califica como ¡°uno de los d¨ªas m¨¢s felices¡± de su vida, 11 de sus pinturas fechadas entre los ¨²ltimos a?os del siglo XIX y comienzos del XX han pasado a formar parte de la colecci¨®n del Museo del Prado gracias a una donaci¨®n formalizada este lunes por la ma?ana en la sala 60 del edificio Villanueva de la pinacoteca. Se incorporan firmas de pintores de la categor¨ªa de Dar¨ªo de Regoyos, Juan de Echeverr¨ªa, Hermen Anglada-Camarasa, Eduardo Chicharro, Ignacio Zuloaga y Joaqu¨ªn Mir. Adem¨¢s, se enriquecen los fondos de Joaqu¨ªn Sorolla, Aureliano de Beruete y Agust¨ªn de Riancho.
La donaci¨®n se expondr¨¢ de manera conjunta hasta el 12 de enero de 2020 y despu¨¦s las obras se integrar¨¢n en sus correspondientes salas dentro de la colecci¨®n permanente. Antes del acto institucional con los responsables del museo, Gernstenmaier habl¨® con un grupo de periodistas sobre su llegada a Espa?a hace ya casi medio siglo. Tanto en Alemania como en Espa?a le advirtieron de la locura del viaje. "Me dec¨ªan: ¡®Chaval, si hay oportunidades de trabajo, esas est¨¢n en Alemania, no en Espa?a¡¯. Pero yo hab¨ªa dejado mi trabajo porque buscaba otras cosas que sab¨ªa que pod¨ªa encontrar aqu¨ª. Estuve primero en Barcelona y luego me vine para Madrid. Con solo dos personas, en 1964 pude formar una peque?a empresa de recambios que luego se agrand¨® hasta sumar 150 empleados. La vend¨ª en el a?o 2000 y desde entonces solo me dedico a mi colecci¨®n".
Fascinaci¨®n por el paisaje
La primera obra ¡ªun paisaje¡ª se la compr¨® a uno de los muchos anticuarios que por entonces ten¨ªan sus negocios en el entorno del paseo del Prado. Encontr¨® grandes oportunidades para adquirir obras medievales, renacentistas y barrocas y descubri¨® a los grandes paisajistas espa?oles del XIX, un g¨¦nero que para ¨¦l sumaba la belleza con la fascinaci¨®n por las vistas de una naturaleza que por entonces desconoc¨ªa. Su residencia de Madrid y su finca de Manzanares el Real se fueron llenando poco a poco de pinturas y esculturas. Rechaza ser del tipo de coleccionista que quiere tener escondidas las obras. ¡°He expuesto parte de ellas en m¨¢s de 75 ocasiones en museos de todo el mundo y nunca me niego a prestar cuadros para una buena exposici¨®n¡±.
A la pregunta de por qu¨¦ ha elegido al Museo del Prado para regalar estas obras sin ninguna condici¨®n, Gerstenmaier contesta que ten¨ªa una responsabilidad con Espa?a: ¡°La m¨ªa es la historia de un t¨ªo que lleg¨® sin nada, pudo crear una empresa importante, formar una gran colecci¨®n y vivir su vida. Espa?a me lo ha dado todo. Para m¨ª es una obligaci¨®n y un honor el poder hacer este regalo¡±.
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