El mayor cementerio naval de Europa emerge con 8.000 pecios en Galicia

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El mayor cementerio naval de Europa

El 7 de abril de 1843, el vapor brit¨¢nico de palas SS Solway, perteneciente a la Royal Mail Steam Packet, parti¨® del puerto de A Coru?a rumbo a Am¨¦rica. Pero al pasar junto a las playas de Malpica (A Coru?a) colision¨® contra los bajos marinos. Se hundi¨® en menos de media hora y murieron los 35 tripulantes. Hace unos d¨ªas, el director de la escuela Buceo Malpica, Tono Garc¨ªa, hall¨® casualmente en una inmersi¨®n el sextante de la nave a unos 24 metros de profundidad. Avis¨® a las autoridades y el mi¨¦rcoles pasado los especialistas de la Armada y el arque¨®logo subacu¨¢tico Miguel San Claudio descendieron hasta ella. Este es solo uno de los 1.600 pecios que han sido identificados en el litoral gallego por los expertos del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), la Armada, las universidades de Gales, Lisboa, Southamptom y Texas en los ¨²ltimos 32 a?os. Sus estudios, no obstante, calculan que el n¨²mero de unidades arqueol¨®gicas (yacimientos independientes) se acerca a los 8.000.?

¡°Vienen especialistas de todas partes al que es no solo el mayor yacimiento subacu¨¢tico de Europa, sino del mundo, y que incluye, adem¨¢s de barcos hist¨®ricos, submarinos, cazabombarderos y mercantes de distintas nacionalidades hundidos durante las guerras o que, simplemente naufragaron por los temporales¡±, explica Miguel San Claudio, director de las excavaciones. Su equipo ha sido capaz de determinar el tipo de nave detectada, el a?o de su hundimiento (entre los siglos XVI a XX) y hasta las causas que provocaron la mayor¨ªa de los naufragios.

Fue la configuraci¨®n del litoral, de los vientos y de las corrientes lo que convirti¨® las costas de Galicia en un inmenso yacimiento hist¨®rico. Los vientos predominantes del noreste en verano transportaban hasta el norte de Espa?a a los galeones ingleses y holandeses que luchaban contra las flotas de Felipe II y que atacaban las ciudades costeras. De hecho, los arque¨®logos creen haber localizado ya dos barcos brit¨¢nicos del siglo XVI, pero a¨²n no se han concluido los estudios.

En la Primera y Segunda Guerra Mundial esta parte del Atl¨¢ntico se convirti¨®, adem¨¢s, en paso obligatorio para las armadas alemana y brit¨¢nica que pugnaban por la supremac¨ªa en los mares. ¡°Hay un dicho que se?ala que quien controla el Cant¨¢brico, controla el mundo, y no est¨¢ muy lejos de la realidad¡±, recuerda San Claudio. ¡°Ingleses y alemanes, al menos, lo cre¨ªan¡±, a?ade.

Una situaci¨®n de desgracias mar¨ªtimas que se ha venido repitiendo desde hace 2.000 a?os con las primeras naves que bordearon las costas y que colisionaban contra los accidentes naturales de la cornisa atl¨¢ntica arrastradas por los temporales. Esto provocaba inexorablemente su hundimiento. Los especialistas calculan que estos hechos se repet¨ªan tres o cuatro veces al a?o. ¡°El n¨²mero de naves hundidas es inmenso¡±, explica San Claudio, experto que colabora con el Institute of Nautical Archaeology de la Universidad de Texas. ¡°Creemos que hemos identificado desde 1987 solo cerca del 10% de los naufragios ocurridos en la que puede ser considerada la v¨ªa m¨¢s importante de comercio de la humanidad¡±, aclara.

Si los brit¨¢nicos aprovechaban las corrientes del verano para atacar el norte peninsular, los espa?oles intentaban devolverles las bolas de ca?¨®n durante las estaciones de oto?o e invierno, cuando los vientos les eran propicios para alcanzar las islas brit¨¢nicas con facilidad. Pero las tormentas no estaban, casi nunca, de su parte. As¨ª, numerosos barcos de la Armada real terminaron estrell¨¢ndose contra las costas gallegas en los diversos intentos que se realizaron para invadir Inglaterra. Por ejemplo, en 1596, el adelantado Mart¨ªn de Padilla parti¨® de Galicia en misi¨®n militar con 25 galeones. A la altura del municipio de Corcubi¨®n, una descomunal tormenta lanz¨® las naves contra la costa, donde ahora se han hallado ocho de estos galeones hundidos.

Al a?o siguiente, al regreso de un ataque contra las islas Brit¨¢nicas, el San Giacomo de Galizia se hundi¨® frente a Ribadeo, un gale¨®n que los especialistas han hallado ¡°en buen estado¡±, y en el que trabajan en esta campa?a de verano. ¡°De ¨¦l obtendremos muchos datos sobre su construcci¨®n y su armamento, por ejemplo¡±, indica San Claudio.

Las numerosas batallas que se libraron frente a Galicia durante siglos convirtieron su mar en un yacimiento arqueol¨®gico de 200 millas n¨¢uticas y que recorre en paralelo la costa atl¨¢ntica entre la desembocadura del r¨ªo Mi?o y la r¨ªa de Ribadeo, indican los especialistas. El n¨²mero de naves hundidas aument¨® notablemente con el descubrimiento de los motores de vapor, porque los buques necesitaban recortar las distancias para ahorrar carb¨®n. Por eso, se acercaban todo lo posible a la accidentada costa gallega y se hund¨ªan con las tempestades, como ocurri¨® en el caso del SS Solway, confirmado el mi¨¦rcoles pasado por la Armada.

Durante las dos guerras mundiales, las armadas y escuadras a¨¦reas de Reino Unido y Alemania se enfrentaron en las aguas de Galicia para intentar cortar las l¨ªneas de suministro del enemigo. ¡°Era fundamental. Si las romp¨ªan, los pa¨ªses quedar¨ªan completamente desabastecidos. Para hacernos una idea, hay que tener en cuenta que en Espa?a, a d¨ªa de hoy, el 90% de las importaciones y exportaciones se siguen realizando v¨ªa mar¨ªtima¡±.

Por eso, la Kriegsmarine y la Luftwaffe alemanas lucharon con extrema virulencia contra la Royal Navy y la Royal Air Force brit¨¢nicas durante toda la Segunda Guerra Mundial en aguas territoriales espa?olas. El camino a Am¨¦rica pasaba por Galicia. De momento se han hallado 25 submarinos, principalmente alemanes, as¨ª como medio centenar de cazabombarderos brit¨¢nicos. Incluso, un planeador que iba a remolque de un bombardero, que fue atacado por los nazis, y que tuvo que ser abandonado a su suerte para que el avi¨®n principal pudiera huir. Tambi¨¦n se ha encontrado un sumergible alem¨¢n de la Primera Guerra que fue hundido por los propios alemanes tras el final de la contienda, ya que deb¨ªa ser entregado a Francia. El capit¨¢n prefiri¨® averiarlo en la r¨ªa del Ferrol antes que d¨¢rselo al enemigo.

Tono Garc¨ªa, de la escuela de Buceo Malpica, explic¨® ayer: ¡°Bajo estas aguas hay numerosos restos hist¨®ricos. Pero lo fundamental es que cuando se halla alguno, hay que avisar directamente a las autoridades. Ese es nuestro gran valor, respetar nuestra historia y que los restos no acaben en el despacho de cualquier desaprensivo¡±. Garc¨ªa, tras el hallazgo, no lo dud¨® ni un momento. ¡°Lo dej¨¦ all¨ª y avis¨¦. Era mi obligaci¨®n¡±.

Miguel San Claudio, por su parte, recuerda que en Espa?a no se hace justicia ¡°a nuestra historia, aunque seamos referente cultural mundial¡±. ¡°La Xunta, la Armada, el CSIC nos apoyan decididamente, pero ser¨ªa necesario un mayor esfuerzo conjunto de todo el pa¨ªs. Parece que ocultamos de d¨®nde venimos, cuando la historia del planeta no se entender¨ªa sin nuestra aportaci¨®n y la de los portugueses en astronom¨ªa, navegaci¨®n, matem¨¢ticas... Descubrimos Am¨¦rica y fuimos los primeros en dar la vuelta al mundo. Algo que nunca nos ha perdonado Inglaterra¡±, bromea, al tiempo que suspira por un museo en Galicia dedicado exclusivamente ¡°a la impresionante historia de la navegaci¨®n espa?ola¡±. ¡°Es mi vida¡±, concluye.?