La mayor barbarie del franquismo
El Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa revisa la masacre de civiles que huyeron de M¨¢laga en 1937. El nuevo Gobierno regional despide al director que program¨® la muestra
El infame bombardeo de Gernika por la Legi¨®n C¨®ndor en abril de 1937 se convirti¨® en seguida ¡ªy definitivamente gracias al c¨¦lebre cuadro de Picasso¡ª en el eje principal de la denuncia ante la opini¨®n p¨²blica internacional tanto de la barbarie franquista como de la participaci¨®n de las potencias nazi-fascistas en la Guerra Civil mientras las democracias europeas se encog¨ªan de hombros.
Aquella atrocidad relegar¨ªa a un segundo plano, hasta sumirlo en un casi absoluto olvido, al que probablemente constituya el mayor crimen de guerra del franquismo. Solo dos meses antes, en febrero, la ca¨ªda de M¨¢laga en poder del ej¨¦rcito sublevado lanz¨® a la carretera hacia Almer¨ªa a decenas de miles de refugiados. Con la colaboraci¨®n de fuerzas italianas y alemanas, los buques de la escuadra rebelde los bombardearon desde el mar mientras la aviaci¨®n ametrallaba a la multitud. En palabras de Queipo de Llano, ¡°para acompa?arlos en la huida y hacerles correr m¨¢s aprisa¡±.
Concebida como una operaci¨®n de propaganda a mayor gloria del golpismo y sus aliados, no existen apenas m¨¢s im¨¢genes que las realizadas por reporteros empotrados que las divulgaron en las principales revistas ilustradas europeas y los noticieros cinematogr¨¢ficos de la ¨¦poca. Solo las pocas fotograf¨ªas del folleto del m¨¦dico canadiense Norman Bethune, El crimen del camino M¨¢laga-Almer¨ªa, est¨¢n hechas desde el lado de las v¨ªctimas y recogen el ¨¦xodo. Aparte, se conoc¨ªan las firmadas por Robert Capa, tomadas ya en una Almer¨ªa bajo el shock del bombardeo especialmente cruel del 12 de febrero, con la ciudad desbordada por la presencia de alrededor de 300.000 personas refugiadas.
Recientemente, y casi con cuentagotas, han ido viendo la luz m¨¢s documentos gr¨¢ficos relacionados con este episodio y que obligan a un replanteamiento de la autor¨ªa de la obra producida por el famoso fot¨®grafo y por Gerda Taro, demasiado tiempo despachada como ¡°la novia de Robert Capa¡±. Las fotograf¨ªas de ambos, publicadas en las revistas francesas Regards y Ce Soir, la alemana Die Volks-Illustrierte y la checoslovaca?pan¨§lsko, adem¨¢s de la documentaci¨®n del contrataque del batall¨®n Chapaiev de la XIII Brigada Internacional en la costa de Almer¨ªa y Granada, constituyen el n¨²cleo de la exposici¨®n Taro y Capa en el frente de M¨¢laga. Las fotograf¨ªas de las Brigadas Internacionales. Este valioso material procede del International ?Center of Photography de Nueva York, la Biblioth¨¨que Nationale de France, el Archivo de la Resistencia Austriaca en Viena, los Archives Nationales de France y el legado del escritor y brigadista Alfred Kantorowicz en Hamburgo.
Comisariada por Fernando Alcalde, de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica 14 de Abril, la exposici¨®n representa una ocasi¨®n id¨®nea para la reflexi¨®n acerca del papel que en la construcci¨®n de la memoria colectiva y, a la postre, de nuestra identidad desempe?an las producciones culturales ¡ªy en concreto, la fotograf¨ªa¡ª. Qu¨¦ y c¨®mo se difunde y se consume. O, todo lo contrario, se silencia.
La muestra puede verse en el Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa, en Almer¨ªa. A la inauguraci¨®n, el pasado 12 de julio, en contra de lo habitual, no asisti¨® el director del centro.
El CAF fue creado en 1992 y, por primera vez desde su fundaci¨®n, su direcci¨®n fue adjudicada en 2017 en un concurso p¨²blico, por un jurado de profesionales y siguiendo el c¨®digo de buenas pr¨¢cticas. Pero habiendo escasamente superado la mitad de los cuatro a?os de duraci¨®n del contrato, este ha sido rescindido, y su titular, Rafael Doctor, despedido.
La raz¨®n aducida es la desaparici¨®n de la direcci¨®n de Programas de Fotograf¨ªa, de la que depende el CAF. La mesa sectorial del arte contempor¨¢neo espa?ol ¡ªque congrega asociaciones de artistas y comisarios, de coleccionistas, docentes o galeristas¡ª ha respondido contundentemente, denunciando la supresi¨®n de una de las escasas instituciones dedicadas en Espa?a al ¨¢mbito de la fotograf¨ªa y condenando la inaceptable injerencia pol¨ªtica que implica esta medida de la Consejer¨ªa de Cultura y Patrimonio Hist¨®rico de la Junta de Andaluc¨ªa.
Es admirable la soltura con que el poder pol¨ªtico simultanea la censura tradicional con su enmascaramiento burocr¨¢tico
Al frente de dicha Consejer¨ªa se encuentra desde el pasado mes de enero la veterana militante del PP y experta en derecho comunitario Patricia del Pozo. Glosando su nombramiento, la prensa m¨¢s af¨ªn destac¨® su gusto por el flamenco, ¡°al que su padre es un gran aficionado¡±, o las corridas de toros. En esa l¨ªnea cabe interpretarse su anuncio de ¡°declarar bien de inter¨¦s cultural las rehalas y la monter¨ªa¡± o el de una ¡°ley del flamenco¡±. En todo caso, el grueso de la gesti¨®n de la cultura andaluza ha ido a recaer en un cargo de nuevo cu?o, el secretario general de Innovaci¨®n Cultural y Museos, con el que, no menos sorprendentemente, ha sido agraciado el empresario c¨¢ntabro Fernando Franc¨¦s Garc¨ªa, c¨¦lebre por los continuos enredos, siempre al l¨ªmite de la (i)legalidad, que provoca la porosidad con que concibe el lucro propio y la administraci¨®n de los recursos p¨²blicos. A fin de cuentas, el modelo que el neoliberalismo sue?a: sacrificarlo todo en el altar de los intereses de la lib¨¦rrima y soberana empresa. Incluidas las instituciones p¨²blicas.
Es digna de admirarse la soltura con que el poder pol¨ªtico simultanea, ambidiestro, la autoritaria censura de corte tradicional, propia de los reg¨ªmenes dictatoriales, con su enmascaramiento tras subterfugios tecnoburocr¨¢ticos de interminables reestructuraciones en nombre de una ¡°optimizaci¨®n¡± de nunca queda claro exactamente qu¨¦. Una mara?a entre la que se ve alejarse el improbable d¨ªa del fin de esta querencia por una anomal¨ªa que se revela, ?ay!, tan espa?ola.
En medio de un paisaje sometido a una violenta mutaci¨®n ¡ªde un lado, una cl¨®nica y banal arquitectura tur¨ªstica; del otro, la arrolladora generalizaci¨®n de la agricultura intensiva¨C, no es f¨¢cil reconocer aquella carretera de 1937. En la Nacional 340 entre M¨¢laga y Almer¨ªa, abandonada hoy en muchos de sus tramos, no atruenan las bombas impeliendo al viajero a ¡°ir m¨¢s deprisa¡±: una moderna autov¨ªa le permite dejar c¨®modamente de lado las paradas y vistas indeseadas. Con la misma eficacia con que nuestros gestores pol¨ªtico-culturales se desviven por ahorrarnos los siempre fastidiosos guernicas a¨²n pendientes.
Taro y Capa en el frente de M¨¢laga. Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa. Almer¨ªa. Hasta el 29 de septiembre.
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