Roman Zadorov, un condenado pese a todas las dudas
El juicio a un inmigrante ucranio por el asesinato de una adolescente en 2006 aument¨® la desconfianza hacia la Justicia, que le encarcel¨® sin pruebas concluyentes
Roman Zadorov, inmigrante de Ucrania en Israel, se ganaba la vida con trabajos ocasionales de mantenimiento. Ten¨ªa dificultades con el hebreo y un permiso de residencia temporal. De su relaci¨®n sentimental con una mujer jud¨ªa hab¨ªa nacido un ni?o apenas un mes antes. A la una y media de la tarde del 6 de diciembre de 2006 estaba comiendo en la cantina del colegio Nofei de la localidad de Katsrin, en los Altos del Gol¨¢n, territorio sirio ocupado desde 1967. A nadie le extra?¨® su presencia: llevaba varios d¨ªas reacondicionando el refugio antibombardeos del centro. A esa misma hora, la estudiante Tair Rada, de 13 a?os, fue vista por ¨²ltima vez con vida en las escaleras que conducen a los aseos para ni?as.
Ella no volvi¨® a casa a la hora habitual, al t¨¦rmino de las clases, y sus padres dieron la voz de alarma. Los vecinos de la desolada Katsrin ¡ª8.500 habitantes, la mayor colonia jud¨ªa de la meseta del Gol¨¢n¡ª se movilizaron de inmediato en su b¨²squeda. El cad¨¢ver fue localizado a las 18.50 en uno de los retretes del colegio. La puerta estaba cerrada por dentro. Su cuerpo presentaba un profundo corte en el cuello. Las paredes ten¨ªan salpicaduras con su sangre, que formaba un charco en el suelo. Tres huellas de zapatos te?idas de rojo mostraban que el asesino hab¨ªa huido saltando por la cabina adyacente de los servicios.
La polic¨ªa investig¨® a Zadorov por primera vez cuatro d¨ªas despu¨¦s del crimen, tras haber peinado sin ¨¦xito el territorio ocupado, habitado tambi¨¦n por drusos de origen sirio. El operario ucranio, ¨²nico forastero en Katsrin, fue detenido 48 horas m¨¢s tarde como principal sospechoso. Le interrogaron en ruso, la lengua que hablan un mill¨®n de israel¨ªes de familias emigradas desde la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Su abogado, Yarom Halevy, sostiene que le tendieron una trampa.
Un supuesto detenido con el que compart¨ªa celda result¨® ser un agente que le indujo a reconocer su culpabilidad. Le asegur¨® que la polic¨ªa cient¨ªfica hab¨ªa hallado restos de su ADN en el cuerpo de la chica ¡ªpese a que a¨²n no hab¨ªa resultados de las pruebas¡ª y que si admit¨ªa ser el asesino podr¨ªa librarse de una condena a perpetuidad. No tard¨® en confesar.
La sociedad israel¨ª se encontraba conmocionada por el asesinato de una alumna adolescente en los lavabos de un colegio en pleno horario escolar y en una zona de m¨¢xima seguridad del Gol¨¢n. Tras haber obtenido la declaraci¨®n formal del sospechoso, los mandos policiales decidieron que no merec¨ªa la pena tener en consideraci¨®n los resultados de los an¨¢lisis de ADN, que no se ajustaban al perfil gen¨¦tico del detenido. Se trataba de restos de pelo localizados en el cad¨¢ver de Tair que hab¨ªan sido enviados a Estados Unidos. En aquella ¨¦poca no hab¨ªa laboratorios cualificados en el Estado hebreo.
La polic¨ªa present¨® cargos formales contra Zadorov a comienzos de 2007, a pesar de que muchos detalles reflejados en su confesi¨®n no cuadraban con el escenario del crimen. Los agentes guiaron aparentemente sus pasos hacia los servicios de ni?as durante la reconstrucci¨®n de los hechos, desoyeron que hab¨ªa declarado que cerr¨® la puerta del retrete por fuera e ignoraron que la suela de las botas de trabajo del operario de mantenimiento no se correspond¨ªa con las huellas ensangrentadas.
Cuando el inmigrante se retract¨® de su autoinculpaci¨®n ya era demasiado tarde. El tribunal de Nazaret (norte de Israel) que le conden¨® en 2010 a pasar el resto de su vida en prisi¨®n se atuvo rigurosamente a la confesi¨®n original firmada ante la polic¨ªa que, seg¨²n rezaba la sentencia, ¡°inclu¨ªa detalles del crimen que solo pod¨ªa conocer el asesino¡±.
En 2012, el Tribunal Supremo devolvi¨® el caso a los jueces de distrito para que tuvieran en cuenta las huellas de calzado halladas en el servicio, pero el tribunal de Nazaret acab¨® reiterando en 2014 la sentencia a cadena perpetua. Llegado el ¨²ltimo recurso, la m¨¢s alta instancia judicial de Israel ratific¨® el fallo en diciembre de 2015. Uno de los tres magistrados del Supremo emiti¨®, sin embargo, un voto particular discrepante con la condena de c¨¢rcel de por vida y pidi¨® la absoluci¨®n de Zadorov. Invoc¨® el principio in dubio pro reo, que favorece al procesado si no es posible probar los hechos m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable.
El abogado del condenado emprendi¨® entonces una batalla legal para conseguirle un nuevo juicio. Era un reto sin apenas precedentes: a lo largo de los 72 a?os de historia del Estado de Israel solo se han reabierto cinco casos con sentencia firme por asesinato. En octubre del a?o pasado el letrado Halevy solicit¨® nuevas pruebas de ADN, esta vez en los modernos laboratorios del Instituto de Medicina Forense de Israel, para verificar si los restos de pelo hallados se correspond¨ªan con los de una mujer ¡ªidentificada por las iniciales A. K.¡ª, que hab¨ªa sido interrogada durante la investigaci¨®n policial.
Serie de investigaci¨®n
Considerado durante a?os un monstruo sanguinario, la sociedad israel¨ª parece haber cambiado de opini¨®n sobre Zadorov ¡ªcuya confesi¨®n ven¨ªa a sellar las grietas que cuarteaban la consistencia del caso¡ª tras la emisi¨®n en televisi¨®n de la serie La sombra de la verdad en 2016. El documental de investigaci¨®n reabri¨® antiguas inc¨®gnitas y puso de relieve brechas y lagunas en las pesquisas policiales y la instrucci¨®n judicial.
En el ¨²ltimo de los cuatro cap¨ªtulos, un hombre a quien solo se nombra con las iniciales A. H. afirma haber declarado ante la polic¨ªa en 2012 que su exnovia ¡ªprecisamente la sospechosa A. K.¡ª hab¨ªa reconocido ser la autora del crimen y le mostr¨® ropas y un cuchillo ensangrentados. Los agentes la mantuvieron en arresto domiciliario, pero A. K. escap¨® de su casa e intent¨® matar a una persona en su huida. Detenida de nuevo, fue enviada a un psiqui¨¢trico sin que volviera a prestar declaraci¨®n por la muerte de Tair Rada a causa de su inestabilidad mental. La mujer sospechosa se halla ahora fuera de Israel. La polic¨ªa considera que el testimonio de su exnovio obedeci¨® al despecho de una ruptura sentimental.
¡°La condena de Zadorov ha acrecentado la desconfianza de los ciudadanos israel¨ªes hacia el sistema legal¡±, argumentaba Ari Pines, coguionista del serial en declaraciones al diario Haaretz poco despu¨¦s de su estreno. El documental fue galardonado por la Academia de la Televisi¨®n de Israel en 2017.
El impacto de la serie fue tan hondo que el fiscal del Estado, Shai Nitzan, lleg¨® a calificarla de ¡°peligro para la democracia¡±. ¡°Lo que de verdad pone en peligro la democracia son las trabas a la libertad de expresi¨®n¡±, replicaron entonces los productores. En un mundo globalizado, ahora es posible seguir a trav¨¦s de Netflix la trama de La sombra de la verdad, que se interroga con luces y sombras sobre si el beneficio de la duda ampara o no al convicto Roman Zadorov.