Amnesia y perd¨®n
La pol¨ªtica espa?ola de los ¨²ltimos a?os: un concurso de se?ores que aparcan frente a su bar favorito y llaman a la polic¨ªa para denunciar que se lo han robado
Lo mejor del verano es la primavera, del mismo modo que lo mejor de agosto es julio y de julio, junio. Lo mejor de septiembre, sin duda, es agosto. Eso no quiere decir que cualquier tiempo pasado sea mejor, sino que las expectativas siempre se nos van de las manos.
Elisardo Bastiaga, por ejemplo. Cada d¨ªa con ¨¦l era mejor, o sea peor. La polic¨ªa llam¨® a su casa con estr¨¦pito la ma?ana del martes. Fue a abrir su padre, un se?or alto cargo retirado de la Xunta de Galicia, de donde nunca termina por retirarse nadie del todo. Resulta que hab¨ªa aparecido el coche cuya denuncia por robo tramitaron los Bastiaga un d¨ªa de plagas. Con tan buena suerte que el coche estaba intacto, pese a estar las puertas sin bloquear; tampoco apareci¨® revuelto ni con m¨¢s se?ales sospechosas que la de estar aparcado enfrente del bar favorito de Elisardo y de oler a copas de ginebra con t¨®nica y un puntito, apenas un matiz, de lima. Eso dijo el agente despu¨¦s bautizado, cuando Bastiaga y yo nos quedamos a solas, como patrullero Mancuso.
Los dos Bastiagas, el padre y el hijo, fueron a hacer un ¡°reconocimiento facial¡± del coche, eso dijo pomposamente Elisardo. Nuestro Mancuso trataba el caso como si fuese el asesinato de Laura Palmer. El coche que un borracho, Bastiaga, no recordaba haber usado una noche, y del que su padre hab¨ªa denunciado el robo, llev¨® a comisar¨ªa a media plantilla de la Policia Local. Quer¨ªan ver, presumo, la reacci¨®n de mi amigo al ver el cuerpo del falso delito. Como si a ¨¦l no se le diesen bien las falsedades.
¡ªEs un robo raro ¡ªdijo Mancuso poni¨¦ndole comillas a la fon¨¦tica de ¡®raro¡¯, algo que yo no hab¨ªa visto en mi vida, pero lo consigui¨®. ¡ªNo se ha forzado nada, nadie ha revuelto nada, no se lo han llevado, huele un poco a alcohol. Es el robo m¨¢s extra?o de la historia: lo han sacado de un lugar infame y lo han dejado en el mejor sitio del pueblo, un perfecto aparcamiento en bater¨ªa en el centro que, sin duda, ha tenido que ser ejecutado por un experto. En comisar¨ªa estamos realmente emocionados. Los bateristas son nuestros m¨¢s preciados ¨ªdolos; vamos a encontrar al ladr¨®n aunque s¨®lo sea para que nos firme un aut¨®grafo.
Bastiaga, que como buen asesor socialista no hablaba nunca de pol¨ªtica, me relacion¨® en privado su amnesia con su trabajo: en pol¨ªtica, despu¨¦s de hacer ciertas cosas, es imprescindible olvidarlas y achac¨¢rselas a otro, o denunciarlas directamente. As¨ª ha funcionado, dijo, la pol¨ªtica espa?ola de los ¨²ltimos a?os: un concurso de se?ores que aparcan frente a su bar favorito y llaman a la polic¨ªa para denunciar que se lo han robado. Le di la raz¨®n, claro, pero despu¨¦s le pregunt¨¦ qu¨¦ le hab¨ªa parecido la jugada a su padre, que eso tambi¨¦n es mucho de la pol¨ªtica moderna: qu¨¦ opini¨®n tiene de la trampa el electorado.
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