Calatrava, multado por ¡°macrosc¨®pica negligencia¡± en su puente de Venecia
El arquitecto espa?ol pagar¨¢ 78.000 euros por una obra cuyo coste pas¨® de 7 a 11,6 millones
Santiago Calatrava tiende puentes tanto a la posteridad como a la pol¨¦mica. El que tendi¨® en Venecia y se?inaugur¨® en 2008 con la fanfarria medi¨¢tica que suele acompa?ar al arquitecto valenciano fue controvertido desde el principio por sus defectos y su sobrecoste, independientemente de la opini¨®n sobre el atractivo de su forma. Se abri¨® entonces un largo litigio que ahora se ha cerrado con una condena del Tribunal de Cuentas de la ciudad de los canales a Calatrava. Deber¨¢ pagar casi 78.000 euros al erario p¨²blico por una serie de errores que encarecieron la construcci¨®n del Puente de la Constituci¨®n. La sentencia, datada el 6 de agosto, se?ala que la obra cost¨® finalmente 11,6 millones frente a los siete millones previstos.
Esta estructura ligera y flexible, que desde ciertos ¨¢ngulos puede recordar el ala abierta de un ave, es el primer puente que se levantaba en Venecia en 125 a?os y su funci¨®n es unir la estaci¨®n ferroviaria de Santa Luc¨ªa con la Plaza Roma, donde aparcan los veh¨ªculos que llegan por la ¨²nica v¨ªa terrestre. Mide 94 metros de largo y un ancho que var¨ªa entre los 5,58 metros y los 9,38. Es una obra menor por sus dimensiones para el autor de la catedralicia estaci¨®n de la Zona Cero de Nueva York, en la que duplic¨® el presupuesto inicial (1.790 millones de euros), pero mayor por su simbolismo. Construir algo nuevo en Venecia es un privilegio al alcance de muy pocos.
Sin embargo, este proyecto le est¨¢ saliendo caro para su prestigio. Los jueces le dan un varapalo en la sentencia. Hablan de ¡°macrosc¨®pica negligencia¡± en el dise?o del proyecto que deriv¨® en el encarecimiento y en varias modificaciones desde su inauguraci¨®n. Una circunstancia ¡°a¨²n m¨¢s grave¡± pues la obra fue asignada a un ¡°estimado profesional de fama mundial y de elevad¨ªsima competencia, con una larga y probada experiencia en la construcci¨®n de puentes¡±. Junto a Calatrava, de 68 a?os, ha sido condenado a pagar 10.989 euros el ingeniero, Salvatore Vento.
Esta infraestructura estuvo siempre envuelta en problemas, retrasos y pol¨¦micas. A las cr¨ªticas por su elevado coste se sumaron las de los retrasos en la construcci¨®n, as¨ª como los numerosos resbalones y ca¨ªdas de las personas que lo cruzaban debido a su pavimento en cristal y que le obligaron a modificar. Nada que no hubieran padecido ya los bilba¨ªnos con la no menos pol¨¦mica pasarela Zubizuri que tendi¨® Calatrava sobre la r¨ªa. Adem¨¢s, dada la falta de accesibilidad del puente de Venecia para las personas en sillas de ruedas, tuvo que construirse posteriormente una plataforma para evitar la barrera arquitect¨®nica que el proyecto inicial no hab¨ªa tenido en cuenta y que ha costado cerca de dos millones de euros. Esta sentencia rectifica la absoluci¨®n que decret¨® en 2015 el mismo tribunal.
Hay una larga lista de sobrecostes y litigios en las obras de Calatrava. En 2016, el Supremo conden¨® al arquitecto a pagar 2,9 millones de euros a la promotora del Palacio de Congresos de Oviedo por su conducta ¡°negligente¡± que provoc¨® da?os en la obra. El presupuesto de otro puente, en este caso en Jerusal¨¦n, se duplic¨®, lo que desat¨® airadas protestas de los ciudadanos.?El complejo de 4.811 metros cuadrados del Palau de les Arts tuvo un coste de 465 millones de euros, cuatro veces m¨¢s de lo previsto, y las losetas de la cubierta empezaron a desprenderse en 2013, siete a?os despu¨¦s de la inauguraci¨®n. En el caso de la bodega Ysios, la familia Domecq, propietaria de esta construcci¨®n en Laguardia (?lava), demand¨® a Calatrava para que asumiera el coste de dos millones del arreglo de la cubierta, que, seg¨²n ellos, tiene goteras. Similar es el caso del rascacielos Turning Torso, en Malmoe (Suecia), con un sobrecoste de 170 millones de euros, lo que provoc¨® varias dimisiones pol¨ªticas en la ciudad. El arquitecto hab¨ªa recibido varios premios por el dise?o.
Pero Calatrava tambi¨¦n tiene sus defensores. Sostienen que se le busca para erigir hitos no obras funcionales y lo llegan a comparar con Bernini, que se le cay¨® una torre en el Vaticano y ya nadie se acuerda, como hizo el arquitecto Daniel Libeskind, director del plan de la Zona Cero, cuando sali¨® en su defensa.
Babelia
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