Polanski: ¡°La mayor¨ªa de quienes me acosan no me conocen ni saben nada del caso¡±

No acudir¨¢ a La Mostra de Venecia. No puede, si no quiere acabar detenido y extraditado a EE UU. Pero, en realidad, es como si Roman Polanski ya estuviera en el Lido. Su fantasma sobrevuela el festival desde el primer d¨ªa, o incluso antes. Ayer mi¨¦rcoles, la presidenta del jurado, Lucrecia Martel, defendi¨® la presencia del cineasta polaco en el concurso pero aclar¨® que no ir¨¢ a la proyecci¨®n de gala de El oficial y el esp¨ªa: no quiere aplaudir a un hombre al que Samantha Geimer acus¨® en 1977 de violaci¨®n, cuando ella ten¨ªa 13 a?os y ¨¦l 43. A la espera de saber si ma?ana Polanski comparecer¨¢ por videoconferencia en la rueda de prensa de su pel¨ªcula, la web Deadline ha encontrado la voz del director, en la entrevista que concedi¨® para el libreto promocional de la pel¨ªcula. Sus frases son anteriores a la ¨²ltima pol¨¦mica, pero ayudar a entender su visi¨®n: ¡°La mayor¨ªa de la gente que me acosa no me conoce ni sabe nada del caso¡±.

Su interlocutor es el escritor franc¨¦s Pascal Bruckner, cuya novela Lunas de hiel Polanski llev¨® al cine. Aparte de sus v¨ªnculos, basta una pregunta del entrevistador para entender el tono de la charla: ¡°?Como jud¨ªo que fue cazado durante la guerra, y cineasta perseguido por los estalinistas en Polonia, sobrevivir¨¢s al actual macartismo neofeminista que, adem¨¢s de intentar evitar la proyecci¨®n de tus pel¨ªculas, entre otras vejaciones, consigui¨® que te expulsaran de la Academia de los Oscar?¡±. Territorio amigo, el cineasta puede estar tranquilo. As¨ª que contesta: ¡°Hacer una pel¨ªcula como esta ayuda mucho. En la historia, a veces encuentro momentos que he experimentado, puedo ver la misma determinaci¨®n por negar los hechos y condenarme por cosas que no hice. Mi trabajo no es una terapia. Pero debo admitir que me resultan familiares muchos de los m¨¦todos del aparato de persecuci¨®n mostrado en el film, algo que claramente me ha inspirado¡±.

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Muchos se preguntaban si el cineasta se hab¨ªa comparado durante la filmaci¨®n con Alfred Dreyfus, el militar acosado y condenado en 1894 en el juicio antisemita m¨¢s c¨¦lebre de la historia, que protagoniza El oficial y el esp¨ªa. Ya no quedan dudas al respecto. Tras ser detenido, en 1977, Polanski pas¨® 42 d¨ªas en la c¨¢rcel y se declar¨® culpable de ¡°corrupci¨®n de menores¡±. Sin embargo, cuando entendi¨® que la condena sumar¨ªa varias d¨¦cadas, huy¨® de EE UU. Desde entonces, se mantiene como fugitivo. Desde su exilio ¨Cahora reside en Francia- vio c¨®mo Geimer le perdonaba, a?os despu¨¦s, y aceptaba en privado sus disculpas.

¡°Las grandes historias a menudo hacen grandes filmes, y el caso Dreyfus es una historia excepcional. La de un hombre acusado injustamente siempre es fascinante, pero es tambi¨¦n un tema actual, por el regreso del antisemitismo¡±, agrega el director. Tanto que considera posible que un esc¨¢ndalo parecido se produzca hoy en d¨ªa. ¡°Los ingredientes, desde luego, est¨¢n: acusaciones falsas, procedimientos judiciales p¨¦simos, jueces corruptos y, por encima de todo, las redes sociales, que condenan sin un proceso justo o el derecho de apelaci¨®n¡±.