Cinco cabezas ruedan por la pista de baile
La macabra exhibici¨®n de una masacre cometida por el narco en un tugurio de Uruapan sigue sin resolverse 13 a?os despu¨¦s
El terror, el horror, viajaba a bordo de tres camionetas y se apost¨® frente a la puerta del Sol y Sombra pasada la una de la madrugada. Una veintena de individuos encapuchados, con rifles AK-47 y AR-15, vestidos con uniforme de la Agencia Federal de Investigaci¨®n (AFI), abri¨® fuego sin conmiseraci¨®n sobre el local, que con los d¨ªas pas¨® de ser denominado bar a prost¨ªbulo o table, en la jerga mexicana. El estruendo de las r¨¢fagas mand¨® al suelo a bailarinas y clientes. Los falsos agentes entraron, dos de ellos se acercaron a la pista de baile y sacaron de una bolsa cinco cabezas de las cuales se desconoc¨ªa su identidad y el lugar donde estaban los dem¨¢s restos. Se fueron sin mediar palabra, pero dejaron un mensaje, un narcorrecado: ¡°La familia no mata por paga. No mata mujeres, no mata inocentes. Solo muere quien debe morir. S¨¦panlo toda la gente. Esto es justicia divina¡±.
El ataque ocurri¨® en Uruapan, en el Estado de Michoac¨¢n, en M¨¦xico, y despu¨¦s de casi 13 a?os, m¨¢s de 250.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos y tres presidentes, pareciera que la sorpresa por el ense?amiento sea m¨ªnima. Porque el d¨ªa que se publique este texto, el de antes y/o el de despu¨¦s, seguramente, en las p¨¢ginas de Internacional leer¨¢ que ha sido atacado otro local, en Coatzacoalcos, en Veracruz; porque si busca en Google ¡°decapitados en Uruapan¡± no aparecer¨¢ nada de este suceso de un primer vistazo. Porque hay un M¨¦xico, no el m¨¢s importante pero s¨ª el m¨¢s doloroso, que se convirti¨® en un crimen capital en s¨ª.
Del ataque al Sol y Sombra, de lo que ocurri¨® aquella madrugada del 7 de septiembre de 2006, se dice que fue el germen de la guerra contra el narcotr¨¢fico, como llam¨® el expresidente Felipe Calder¨®n al combate al crimen organizado que emprendi¨® dos meses despu¨¦s, precisamente en Michoac¨¢n, al iniciar su sexenio. Decapitados, sin embargo, hubo antes. Este ha pasado como uno de los cr¨ªmenes que atrajo la mirada internacional como pocos antes. Fue tambi¨¦n la primera vez que trascendi¨® al resto del pa¨ªs el nombre La Familia Michoacana. ¡°Desconocemos qui¨¦nes son, no hemos detectado vinculaci¨®n con grupos de narcotraficantes¡±, dec¨ªa entonces un alto funcionario de Justicia del Estado sobre quienes se impusieron a Los Zetas ¡ªen un Estado donde tambi¨¦n permeaban el Cartel del Golfo y el de Sinaloa¡ª y despu¨¦s ser¨ªan desterrados por los Caballeros Templarios, en unas guerras con muchos matices, pero donde no hay duda, pese a las indagaciones del funcionario, de que hab¨ªa un v¨ªnculo no solo con el tr¨¢fico de drogas, sino con la extorsi¨®n, el chantaje, el secuestro.
Qu¨¦ llev¨® a arrojar cinco cabezas sobre la pista de baile del Sol y Sombra estuvo lleno de especulaciones en un pa¨ªs donde m¨¢s del 90% de los cr¨ªmenes queda sin resolver. La mayor¨ªa de las versiones de entonces apuntaban a que se trataba de una venganza por otra decapitaci¨®n. Unos d¨ªas antes, apareci¨® cerca de un puente el cuerpo de una mujer de 30 a?os, embarazada, con un tiro de gracia. La inquina no era algo casual. Cerca de la zona de Uruapan, por aquellos d¨ªas, se hall¨® el cuerpo de un hombre con 100 impactos de bala y, en una fosa, seis cad¨¢veres con la yugular cortada.
Por el crimen del Sol y Sombra no hubo ninguna persona procesada. El local no lo cerraron hasta ocho a?os despu¨¦s. Pese a que, m¨¢s all¨¢ del suceso, el prost¨ªbulo era un lugar donde se reun¨ªan criminales y se vend¨ªa droga, las autoridades locales miraban siempre para otro lado. En 2009 y 2010 se realizaron varios operativos, en los que se incautaron armas y se detuvo a personas, pero solo hasta primeros de agosto de 2014, cuando en una nueva operaci¨®n se localiz¨® a una menor de edad a la que se obligaba a prostituirse, el Sol y Sombra fue clausurado.
Tras el ataque de 2006, Francesc Relea, entonces corresponsal de este diario en M¨¦xico, viaj¨® a Uruapan y habl¨® con un taxista que le resumi¨® lo que le produjo la noticia del lanzamiento de las cinco cabezas en la pista de baile de una manera premonitoria: ¡°El ser humano puede acostumbrarse a todo¡±.
A principios de este agosto, tambi¨¦n en Uruapan, las autoridades localizaron 19 cuerpos, algunos desmembrados, otros colgados de un puente. En alguna de las fotos de esa noche, bajo el puente, se percibe una luz prendida, la del carro donde Isidoro Garc¨ªa, desde 1995, prepara hamburguesas a los que circulan por una de las principales avenidas de la ciudad. All¨ª tambi¨¦n estaba esa noche. A las 5.30, El G¨¹ero, como le conocen, escuch¨® ¡°un ruido de buenas a primeras. Cay¨® como si lo hubieran atropellado y no m¨¢s volte¨¦ vi que hab¨ªa un colgadero¡±, describi¨®. Garc¨ªa trat¨® de seguir a lo suyo, hasta que lleg¨® la polic¨ªa. ¡°Yo ni modo que vaya a dejar esto solo, pero cuando vi que todo esto estaba feo dej¨¦ el changarro¡±. Cuando se le pregunt¨® c¨®mo era posible que siguiese all¨ª, que no le afectara lo que vio, El G¨¹ero zanj¨®: ¡°Yo me enfoco en mis cosas y que ruede el mundo¡±.