Broncano
R¨ªo continuamente escuchando los mon¨®logos, las improvisaciones, los di¨¢logos y las entrevistas que me regala este humorista transparentemente ins¨®lito, surrealista, con toneladas de calle
Agotado cada vez que enciendo la tele, esa cosa que supuestamente ofrece compa?¨ªa, entretenimiento, informaci¨®n y que repite, hasta la extenuaci¨®n del receptor, partes meteorol¨®gicos, las mismas im¨¢genes una y otra vez ilustrando alg¨²n tema que contiene inapreciable morbo seg¨²n el criterio de los programadores (ojal¨¢ que el desvergonzado estiramiento del chicle les dejara deforme la mand¨ªbula), peroratas de los pol¨ªticos a¨²n m¨¢s huecas, previsibles y bobas que las que sueltan en otras ¨¦pocas del a?o y en las que, dudando seriamente de la capacidad de entendimiento del oyente, le machacan con la misma frase, busco desesperadamente un respiro en este t¨®rrido e inacabable agosto, un programa en el que no me sienta tratado como un deficiente mental.
Encuentro ese oasis al descubrir tard¨ªa e imperdonablemente en Movistar el programa La resistencia, ese terap¨¦utico invento de un c¨®mico, comediante y showman extraordinario llamado David Broncano. Contaban cuando yo era peque?o que solo re¨ªan en soledad los zumbados. No saben lo contento que me siento de integrarme en ese grupo, con esas sonrisas y carcajadas en soledad que alivian el alma. Lo hago continuamente escuchando los mon¨®logos, las improvisaciones, los di¨¢logos y las entrevistas que me regala este humorista transparentemente ins¨®lito, surrealista, con toneladas de calle, alguien que dispara en todas direcciones, con la agilidad mental de los grandes, desinhibido hasta l¨ªmites peligrosos. Y me encanta que se r¨ªa de sus propias gracias.
Me cuentan que Broncano arrasa entre mucho y determinado p¨²blico joven. Que le siguen a trav¨¦s de esa cosa de YouTube. Es alentador. No todo est¨¢ perdido. Se puede resistir.
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