A por ¨¦l
En una recepci¨®n que le dio el ayuntamiento de San Sebasti¨¢n a un tal Woody Allen, los seis concejales de Bildu se negaron a ir a darle la mano a un tipo que las cazadoras de brujos declararon culpable.
Cuentan que el consumo et¨ªlico y los entusiastas brindis de celebraci¨®n se desataban entre determinada gente cada vez que ETA enviaba a criar malvas a los que, seg¨²n sus inapelables dict¨¢menes, eran enemigos del pueblo vasco, incluidos esos 21 ciudadanos que tuvieron la castigable idea de ir a comprar a Hipercor o, simplemente, a dar una vuelta, el 19 de junio de 1987. Tambi¨¦n resulta conmovedora la apote¨®sica bienvenida que dan a profesionales del asesinato cuando son excarcelados.
Pero son muy raros los c¨®digos morales de esos volc¨¢nicos patriotas. En una recepci¨®n que le dio el ayuntamiento de San Sebasti¨¢n a un tal Woody Allen, los seis concejales de Bildu se negaron a ir a darle la mano a un tipo que las cazadoras de brujos declararon culpable. O lo mejor se negaron porque les aburre mucho su cine. Y ocurre que la repulsa de esos indignados pol¨ªticos no puede sustentarse en argumentos legales, ya que la justicia ha exonerado al monstruoso Allen. Le declararon inocente de haber abusado sexualmente de la hija que adoptaron Mia Farrow y ¨¦l. Dos investigaciones judiciales no han encontrado ninguna prueba de que esa monstruosidad ocurriera. Pero la calumnia jodi¨® a perpetuidad la existencia de alguien que nos otorg¨® con su cine tanta risa y felicidad.
Leo que han retirado el cargo de acoso contra Kevin Spacey. Y tambi¨¦n fue declarado inocente Morgan Freeman. Milagrosamente, despu¨¦s de ser condenado injustamente al infierno por los de siempre (cambian de disfraz seg¨²n las ¨¦pocas), volveremos a ver una pel¨ªcula de Allen. Ese milagro no se repetir¨¢ con el arte de Spacey y de Freeman. Los inquisidores han acabado con ellos, son mercanc¨ªa estigmatizada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.