Esp¨ªas
En la muy inquietante serie documental ¡®El Mossad¡¯, lo que cuentan, y c¨®mo lo expresan, los dirigentes y los m¨¢s destacados agentes provoca tanta curiosidad como miedo.
En la serie La voz m¨¢s alta, Roger Ayles, implacable y c¨ªnico director de Fox News, disc¨ªpulo aventajado de Goebbels, ordena a su equipo que cada vez que hable de Obama no se olvide jam¨¢s de referirse a ¨¦l como Barack Hussein Obama. Sabe que en el subconsciente de su ilustrado p¨²blico el nombre de Hussein servir¨¢ para que le identifiquen con Al Qaeda. Ayles podr¨ªa ser el modelo para Trump, el fulano m¨¢s poderoso y siniestro del planeta, con la diferencia de que el primero era listo hasta la n¨¢usea, y el segundo representa la burrer¨ªa arrogante.
En la ¨²ltima movida de Trump con las cuatro senadoras dem¨®cratas que han protestado por las redadas contra inmigrantes, este se ha referido a ellas como antisemitas. Su calificaci¨®n es tan burda, manipuladora y obscena como lo de llamar Hussein a Obama. Calumnia, por si acaso. Que algo queda, aseguran los profesionales de la infamia.
Hablando de Israel, veo con retraso en Netflix la muy inquietante serie documental El Mossad. Comienza con esta frase de John Le Carr¨¦, antiguo esp¨ªa y magistral creador del Circus: ¡°Los servicios secretos son la medida de la salud pol¨ªtica de una naci¨®n y la expresi¨®n aut¨¦ntica de su subconsciente¡±. Lo que cuentan y c¨®mo lo expresan los dirigentes y los m¨¢s destacados agentes del Mossad (se supone que todos ellos jubilados o en excedencia) provoca tanta curiosidad como miedo. Ninguno trata de caer simp¨¢tico ni alberga la menor duda moral sobre sus actuaciones en la sagrada misi¨®n de la defensa de la patria. Evidentemente, hay preguntas a las que no contestan, temas prohibidos. Lo que me extra?a es que se presten a revelar cosas en el asunto m¨¢s secreto. Y me pregunto qui¨¦n ha producido El Mossad.
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