Las noticias encienden Venecia
El filme de Soderbergh sobre los ¡®papeles de Panam¨¢¡¯ y el de Assayas, sobre espionaje cubano, confirman el inter¨¦s del cine actual por las historias basadas en hechos recientes
Un enorme cerdo observa a los transe¨²ntes del Lido. Desde su posici¨®n privilegiada los mira, cada d¨ªa, con aire de superioridad. Literalmente, porque est¨¢ colocado unos metros m¨¢s arriba. Pero, sobre todo, porque su vida discurre en un El Dorado al que esos plebeyos jam¨¢s acceder¨¢n. La rechoncha caja de dinero ha triunfado: lleva gafas de sol, bikini y aplasta un fajo de billetes. El cartel de The Laundromat: dinero sucio resume as¨ª lo que la pel¨ªcula de Steven Soderbergh, en concurso en la Mostra de Venecia, pretende contar: los multimillonarios luchan por sus bolsillos con cualquier estratagema, como mostraron los papeles de Panam¨¢. El filme promet¨ªa reconstruir la filtraci¨®n que en 2016 desnud¨® los trucos fiscales de miles de pol¨ªticos, empresarios, deportistas y creadores. Aunque no pasa de resumen gracioso pero escol¨¢stico: un manual para aficionados sobre las sociedades offshore.
Aun as¨ª, hacia el final, Soderbergh lanza su manifiesto: el dinero sucio no se lava solo en islas paradis¨ªacas y bananeras. ¡°EE UU es el para¨ªso fiscal de facto mayor del mundo. Delaware es el terreno perfecto para la creaci¨®n de sociedades pantalla, donde confluyen criminales de todo tipo¡±, afirm¨® ante la prensa Jake Bernstein, autor de Secrecy Book, el libro que inspir¨® The Laundromat. El p¨²blico apunt¨® en su cuaderno. Y alg¨²n alumno anotar¨ªa estupefacto que la denuncia procede de un filme de Netflix, acusado en Europa de eludir impuestos.
En todo caso, durante un d¨ªa, las butacas de Venecia se volvieron pupitres. Y, en la pantalla, se impartieron clases de historia. Red avispa, de Olivier Assayas, tambi¨¦n en concurso y con Pen¨¦lope Cruz, ha recordado la trama de espionaje cubano que se infiltr¨® entre los terroristas anticastristas exiliados en Miami, en los noventa. Comportarse como adultos, de Costa-Gavras, ha escenificado c¨®mo los inflexibles lobos de Bruselas devoraron a Grecia y a su exministro de Finanzas, Yanis Varoufakis. Y American Skin, del resucitado Nate Parker, ha gritado que el racismo en EE UU no es un recuerdo, sino el d¨ªa a d¨ªa. Justo mientras Italia intenta formar un nuevo Gobierno, Venecia debate, reflexiona, aclama y se indigna. Es la pol¨ªtica.
¡°El sistema debe cambiar. En el Reino Unido aprobaron una norma que pone la lupa sobre gente rica que apareci¨® de la nada para comprar grandes patrimonios. Jam¨¢s pasar¨ªa en EE UU. Hoy el 1% controla la mitad del bienestar. Es insostenible. Y la transparencia es la ¨²nica soluci¨®n. Aunque en muchos sitios el sistema legal es corrupto y un ciudadano no puede perseguir a los criminales ni protestar en modo eficaz. As¨ª que hablar de ello es el principio¡±, asegur¨® Soderbergh. Para contarlo, el director escogi¨® el veh¨ªculo del humor. Y encarg¨® a los chistes de Gary Oldman y Antonio Banderas, en la piel de los dos fundadores de Mossack Fonseca (el despacho paname?o que deshornaba sociedades sin parar), el reto de explicar el sistema que engorda sus cuentas. Como La gran apuesta, de Adam McKay, aunque sin su profundidad. ¡°La comedia era el acercamiento mejor para que un argumento complejo quedara en la mente del p¨²blico¡±, agreg¨® Soderbergh. ¡°Es un filme divertido, pero muy importante. La gente muere y sigue muriendo por estas investigaciones¡±, sostuvo Meryl Streep, la otra protagonista.
Mensajes y estrellas, al igual que en La red avispa. El filme de Assayas tambi¨¦n parte de un libro: Los ¨²ltimos soldados de la guerra fr¨ªa, de Fernando Morais. Y cuenta con otro reparto extraordinario: Cruz, Gael Garc¨ªa Bernal, Wagner Moura, Edgar Ram¨ªrez y Ana de Armas. Finalmente, tambi¨¦n decepciona las expectativas: se limita a contar con fluidez c¨®mo cinco hombres fingieron traicionar a Fidel Castro para proteger su revoluci¨®n. Correcto, pero insuficiente: al concurso de la Mostra hay que exigirle calidad alt¨ªsima y/o riesgos igual de elevados.
¡°Era dif¨ªcil hablar del pasado, de las ¨²ltimas d¨¦cadas. No percib¨ªa una gran libertad en el momento de compartir lo que sienten¡±, relat¨® Cruz sobre su experiencia en Cuba. ¡°Rodamos en un periodo de tensi¨®n entre la isla y EE UU, y notamos esta turbulencia. Cuando terminamos de filmar, ya no hab¨ªa vuelos directos entre ambos pa¨ªses¡±, cont¨® Assayas. Cruz rememor¨® el placer y la dificultad de aprender el acento cubano; comparti¨® tambi¨¦n su temor por cierta tendencia mundial hacia ¡°el individualismo¡±. Y afirm¨®: ¡°No siempre escojo un personaje con el que est¨¦ de acuerdo al 100%. No necesito ser como ellos ni me tienen que gustar¡±.
La lecci¨®n val¨ªa, m¨¢s en general, para todos los filmes proyectados. Despertaron conciencias, discrepancias y conversaciones. Sobre la moralidad de esas cadenas infinitas de sociedades offshore que solo sirven para que Hacienda pierda de vista el primer eslab¨®n: su propietario. Sobre los l¨ªmites del patriotismo y de la soberan¨ªa. O sobre la tensa relaci¨®n entre la polic¨ªa y la poblaci¨®n negra de EE UU. El propio regreso de Nate Parker suscita dilemas: el director se estren¨® en 2016 con El nacimiento de una naci¨®n, se convirti¨® en inmediato favorito a los Oscar, pero desapareci¨® del mapa al reflotar un antiguo juicio por violaci¨®n. ?l fue absuelto; su amigo, condenado y luego exculpado. Pero la v¨ªctima acab¨® suicid¨¢ndose a?os despu¨¦s y la carrera de Parker fue enterrada. No ayud¨® que el cineasta declarara que no se sent¨ªa culpable ni quer¨ªa disculparse. Pese a ello, la Mostra le ha rescatado. ?Error o acierto? La respuesta es pol¨ªtica.
Babelia
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