Un esc¨¢ndalo antisemita agita la ¡®rentr¨¦e¡¯ francesa
Las revelaciones sobre el pasado familiar e ideol¨®gico del escritor Yann Moix caldean el inicio de la temporada literaria
Francia ya tiene su esc¨¢ndalo literario de la rentr¨¦e. La discusi¨®n suscitada por los tebeos antisemitas de juventud del escritor Yann Moix propulsa las ventas de su ¨²ltimo libro, moviliza a los comentaristas en prensa y televisi¨®n, y propicia un espect¨¢culo t¨ªpicamente franc¨¦s en el que se mezcla el an¨¢lisis sesudo sobre temas graves con la gesticulaci¨®n y el exhibicionismo intelectual. Moix, autor del reci¨¦n publicado Orl¨¦ans, es el protagonista del caso que ocupa al mundillo literario y medi¨¢tico parisiense en este inicio de curso.
Solo en Francia la aparici¨®n de un escritor en un talk show como On n¡¯est pas couch¨¦s el s¨¢bado por la noche podr¨ªa causar tanta expectativa. Solo en este pa¨ªs, donde todav¨ªa se emiten programas literarios en horario de m¨¢xima audiencia y donde algunos escritores disfrutan de un tratamiento de estrellas del rock podr¨ªa darse un caso como el caso Moix.
Moix, de 51 a?os, cultiva este car¨¢cter de rockstar, de poeta maldito, de adolescente atormentado. La publicaci¨®n de su libro anterior, Rompre (Romper), a principios de a?o, coincidi¨® con otra pol¨¦mica, al declarar Moix que se sent¨ªa incapaz de amar a una mujer de 50 a?os. Las de su edad le parec¨ªan demasiado mayores.
Si lo que Moix cuenta en su nueva novela es real ¡ªy ¨¦l dice que lo es¡ª, no hay duda que fue un ni?o y un adolescente no solo atormentado sino maltratado. Los torturadores eran sus padres. Le insultaban y le vejaban, le golpeaban hasta convertir su vida en un infierno. Un d¨ªa el ni?o Moix decidi¨® desconectar mentalmente de aquellos seres hostiles. ¡°Les negu¨¦, a partir de ese momento, su condici¨®n de padres¡±, escribe. La escuela era la ¨²nica escapatoria; su casa, un campo de concentraci¨®n dom¨¦stico.
El caso Moix se ha desarrollado en varias etapas. La primera estall¨® del 17 de agosto pasado, cuatro d¨ªas antes de la publicaci¨®n de Orl¨¦ans. Su padre, Jos¨¦ Moix, respondi¨® aquel d¨ªa en el diario La R¨¦publique du Centre a las acusaciones. ¡°Ante todo, quiero decir que nunca pegamos a nuestro hijo¡±, dijo Moix padre, aunque matiz¨®: ¡°La noci¨®n de ni?o maltratado ha evolucionado desde los a?os setenta y ochenta hasta ahora. En nuestros d¨ªas, un simple cachete en el trasero de un ni?o est¨¢ muy mal visto¡±.
El 24 de agosto se a?adi¨® al coro el hermano de Yann Moix, Alexandre, cuatro a?os menor, en un art¨ªculo en el diario Le Parisien. Alexandre Moix, que trabaja como documentalista, explic¨® que, en su infancia, los torturadores no eran los padres, sino Yann. Recordaba que una vez su hermano mayor intent¨® defenestrarlo y otra, ahogarlo en el lavabo. ¡°Mi hermano solo ha tenido dos obsesiones en la vida: obtener el premio Goncourt y aniquilarme¡±, escribi¨®. El texto llevaba por t¨ªtulo Mi hermano, ese verdugo.
Hasta aqu¨ª, una historia triste y dram¨¢tica, circunscrita al ¨¢mbito familiar. Pero a principios de la semana pasada estall¨® la segunda pol¨¦mica. El semanario L¡¯Express revel¨® la existencia de un especie de tebeo o fanzine que Moix hab¨ªa elaborado con otras personas a finales de los a?os ochenta. La publicaci¨®n, casera y rudimentaria, contiene textos y caricaturas antisemitas y negacionistas. ¡°Todo el mundo sabe que los campos no existieron¡±, se lee, por ejemplo. Otro texto ataca al intelectual Bernard-Henri L¨¦vy, ¡°este filosofero copr¨®fago y sodomita sionista con la nariz larga, cuya cr¨¢neo no ha sido rapado por los amigos de Adolf¡±. Los dibujos parecen inspirados en la propaganda nazi de los a?os treinta.
¡°Estos textos y dibujos son antisemitas, pero yo no soy antisemita¡±, declar¨® Moix a Lib¨¦ration al divulgarse los viejos documentos. ¡°El hombre que hoy soy se averg¨¹enza¡±, a?adi¨®.
Las revelaciones chocaron, entre otros motivos, porque la imagen p¨²blica de Yann Moix se asocia precisamente con la lucha contra el antisemitismo y por un inter¨¦s por el juda¨ªsmo y por Israel. Uno de sus mentores en la vida literaria parisiense, desde que irrumpi¨® en ella a mediados de los a?os noventa, fue precisamente Bernard-Henri L¨¦vy. Moix public¨® un libro sobre Edith Stein, fil¨®sofa jud¨ªa, convertida al catolicismo y asesinada en Auschwitz. Otro de sus libros es una defensa de Roman Polanski, condenado por corrupci¨®n de menores, acusado de violaci¨®n y huido de Estados Unidos, y a quien Moix ve como una v¨ªctima del antisemitismo.
Extrema derecha
Podr¨ªa ser la historia de un pecado juvenil, pero Le Monde record¨® en un art¨ªculo que, muchos a?os despu¨¦s de aquella publicaci¨®n antisemita, Moix sigui¨® frecuentando a personalidades de la extrema derecha. Mencionaba al panfletista Marc-Edouard Nabe y a Paul-?ric Blanrue, pr¨®ximo al Frente Nacional y al pope negacionista Robert Faurisson, y editor en 2007 de un libro prologado por Moix, Le Monde contre soi : Anthologie des propos contre les juifs, le juda?sme et le sionisme.
El s¨¢bado por la noche, el programa de televisi¨®n On n¡¯est pas couch¨¦s, en la cadena p¨²blica France 2, el escritor pidi¨® perd¨®n ¡ªal p¨²blico y espec¨ªficamente a L¨¦vy¡ª por los dibujos ¡°infames¡±, ¡°abyectos¡±, ¡°obscenos¡± y ¡°degradantes¡±. Explic¨® que durante a?os hab¨ªa vivido aterrorizado por la posibilidad de que el fanzine saliese a la luz. Este miedo le hab¨ªa llevado a intentar ablandar a sus conocidos de extrema derecha. El argumento es que hab¨ªa sido v¨ªctima de una especie de chantaje del que ahora se habr¨ªa liberado. El autor anunci¨® el lunes que interrump¨ªa la promoci¨®n de Orl¨¦ans.
Bernard-Henri L¨¦vy le ha absuelto. ¡°Yo creo en el arrepentimiento. Yo creo en la reparaci¨®n¡±, escribe en Le Point. Y, entretanto, casi no se ha hablado de las calidades literarias de Orl¨¦ans. Pero esta es otra historia.
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