Los viejos maestros del cine social europeo se ponen al d¨ªa
Robert Gu¨¦diguian denuncia la ¡®uberizaci¨®n¡¯ de la econom¨ªa en su nuevo filme, a concurso en Venecia. Ken Loach, Nanni Moretti y los hermanos Dardenne adaptan sus relatos a los problemas actuales
La realidad contempor¨¢nea se infiltra en las obras de los viejos maestros del cine social. Uno de los personajes de Gloria Mundi, el nuevo filme del franc¨¦s Robert Gu¨¦diguian, trabaja como conductor de Uber. En una secuencia de la pel¨ªcula, presentada ayer en la Mostra de Venecia, un grupo de taxistas decide apalearlo por ser competencia desleal. Con el brazo roto, el ch¨®fer queda inhabilitado para conducir. Es el comienzo de una cat¨¢strofe personal para ese joven padre de familia, acostumbrado a las largas jornadas laborales y obsesionado por obtener una puntuaci¨®n de cinco estrellas de cada uno de los usuarios a quienes presta sus servicios. Sin conducir no puede trabajar. Y si no trabaja, tampoco cobra.
Dejando atr¨¢s su conocida querencia por las luchas a?ejas de la clase obrera, Gu¨¦diguian denuncia ahora el nuevo dogma de la flexibilidad laboral en una pel¨ªcula coral que describe una sociedad deshumanizada. Los individuos se han vuelto intercambiables. Ya no hay derechos sociales y las huelgas se han convertido en meros parip¨¦s. Los j¨®venes son los peores: no dudan en enriquecerse a costa de los m¨¢s d¨¦biles y tratan de perdedores a quienes han tenido peor suerte. Su m¨¢xima aspiraci¨®n es convertirse en millonarios, como les aconsej¨® el presidente Emmanuel Macron, citado en una secuencia de la pel¨ªcula. ¡°No tenemos hijos porque queremos tener ¨¦xito en la vida¡±, dice un personaje. Sus padres, hijos del 68, se han despolitizado. Ahora creen que la derecha y la izquierda son lo mismo. La actriz Ariane Ascaride, esposa y musa del director, interpreta a una mujer de la limpieza que ejerce de esquirol durante un par¨®n sindical. Lo nunca visto en la obra de este antiguo militante del Partido Comunista Franc¨¦s, cuyo cine parece te?irse ahora de un pesimismo desesperado.
¡°En realidad, hice la pel¨ªcula porque me sacaba de quicio que todas esas cosas se den por normales, que se nos haga creer que estamos condenados a actuar de forma individualista y narcisista, a so?ar solo con hacernos ricos y no con tener una seguridad social universal¡±, dijo ayer Gu¨¦diguian en rueda de prensa. Al escuchar comentarios sobre la inusual negritud que desprende la pel¨ªcula, el cineasta marsell¨¦s se defendi¨® con una frase de Gramsci: ¡°Hay que tener el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad. Mi optimismo consiste en hacer esta pel¨ªcula. Si fuera pesimista, no la habr¨ªa rodado¡±. Gu¨¦diguian preparaba una comedia, pero se sinti¨® incapaz de filmarla. ¡°Prefer¨ª dar esta voz de alarma. No quiero vivir en un mundo donde solo haya cada vez m¨¢s muros, donde dejamos que los migrantes se ahoguen y donde nos encontremos sin cobertura m¨¦dica, salario m¨ªnimo o vacaciones pagadas¡±, se?al¨®.
Gloria Mundi supone una prueba adicional del giro impulsado por algunos grandes nombres del cine europeo, que dejan atr¨¢s las recetas del pasado para describir una nueva realidad social. En la ¨²ltima pel¨ªcula de Ken Loach, Sorry We Missed You, el protagonista trabaja como repartidor de una empresa que distribuye productos para Amazon y otras compa?¨ªas, lo que le condena a una precariedad total. ¡°No me sorprende esa coincidencia, porque siempre me he sentido cercano a Loach. Existe una internacional del cine, de la que tambi¨¦n forman parte Aki Kaurism?ki o Nanni Moretti¡±, se?al¨® ayer Gu¨¦diguian. El primero ha tratado la crisis migratoria en pel¨ªculas como Le Havre o El otro lado de la esperanza. Moretti abandon¨® provisionalmente la ficci¨®n para relatar, en el reciente documental Santiago, el asilo pol¨ªtico que recibieron los opositores a Pinochet en territorio italiano, en una feroz comparaci¨®n con el actual estado de su pa¨ªs.
Conductor aut¨®nomo
Para preparar la pel¨ªcula de Loach, que llegar¨¢ a las salas espa?olas el 31 de octubre tras su proyecci¨®n en el certamen de San Sebasti¨¢n, su inseparable guionista Paul Laverty recorri¨® el norte de Inglaterra buscando conductores aut¨®nomos sometidos a las draconianas normas que imponen las plataformas de comercio electr¨®nico. Le conmovi¨® especialmente el caso de Don Lane, un hombre de 53 a?os que trabajaba como repartidor para el gigante DPD, que distribuye productos para Amazon o Marks & Spencer. Incapaz de tomarse un par de d¨ªas libres por miedo a las represalias, anul¨® sucesivas citas m¨¦dicas para tratar su diabetes y acab¨® muriendo. ¡°Este sistema mata¡±, afirm¨® Loach en el pasado festival de Cannes. El director a?adi¨® que, en este nuevo orden social y laboral, ¡°el trabajador se explota a s¨ª mismo¡± y luego se autoenga?a repiti¨¦ndose que lo hace por voluntad propia.
Mientras tanto, el ¨²ltimo drama de los hermanos Dardenne, El joven Ahmed, relata el perturbador proceso de radicalizaci¨®n de un adolescente tentado por el yihadismo. Pero si los cineastas belgas cambian de tema, no alteran su m¨¦todo como directores, que nunca pretende calcar la realidad, sino m¨¢s bien corregirla. ¡°Si hacemos una pel¨ªcula es para aportar otro punto de vista. Copiar lo que suceder¨ªa en la vida real no es lo nuestro¡±, se?ala Jean-Pierre Dardenne. ¡°No nos interesa afirmar que nada hace recular a un fan¨¢tico, porque eso ya lo sabemos. En nuestras pel¨ªculas queremos explorar otras posibilidades¡±. Lo mismo persigue Gu¨¦diguian en Gloria Mundi, pese a la desesperanza que parece traducir la propia locuci¨®n latina que le da t¨ªtulo. Todo empieza, en el fondo, con el plano de un reci¨¦n nacido. ¡°Y cada vez que un beb¨¦ llega al mundo, tal vez anuncie la promesa de un futuro mejor¡±, auguraba ayer el director.
Roberto Saviano: ¡°La coca¨ªna es como el petr¨®leo¡±
El escritor Roberto Saviano pas¨® ayer por Venecia para presentar la serie inspirada en su libro CeroCeroCero (Anagrama), publicado en 2013, donde describ¨ªa el poderoso engranaje que se encuentra detr¨¢s del tr¨¢fico de coca¨ªna. La serie, impulsada por Sky Italia, Canal Plus y Amazon, sigue el recorrido de un cargamento de droga desde el continente americano hasta Italia. "La coca¨ªna es la ¨²nica sustancia comparable con el petr¨®leo", expres¨® Saviano en rueda de prensa, en alusi¨®n a la desmedida plusval¨ªa que importar esa droga provoca en el bolsillo de cualquier traficante. "Si le diera una papelina, encontrar¨ªa comprador en pocos segundos. En cambio, si le doy un pu?ado de diamantes, nadie se fiar¨¢ de usted, por mucho que sean verdaderos. La facilidad con la que la coca¨ªna se vende la convierte en un bien sin igual en el mundo", a?adi¨® el autor. Saviano asegur¨® que la serie no habla del negocio de la droga, sino "del capitalismo contempor¨¢neo, del que el narcotr¨¢fico es una de las almas".
El escritor se dijo partidario de legalizar la coca¨ªna para desactivar el poder de los c¨¢rteles. "?Por qu¨¦ reina la coca¨ªna? Porque la vida es una mierda, la gente se siente demasiado fea, pobre o gorda. La toman obreros y cirujanos, camioneros y taxistas¡ La coca¨ªna te conecta con el mundo, mientras que la hero¨ªna te aleja de ¨¦l. Los gobiernos est¨¢n ignorando todo esto", se?al¨® Saviano. El autor figura como productor ejecutivo en los cr¨¦ditos de esta serie de ocho cap¨ªtulos, protagonizada por un reparto internacional que encabezan Gabriel Byrne, Dane DeHaan y Andrea Riseborough. Su showrunner es el director Stefano Sollima, que ya se encarg¨® de la adaptaci¨®n televisiva de Gomorra, aquel debut literario por el que Saviano recibi¨® amenazas de muerte de la Camorra y que le ha obligado a vivir, desde entonces, bajo protecci¨®n.
Babelia
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