Javier Calvo: ¡°Es inevitable que te comparen con Salinger cuando escribes sobre un peque?o genio¡±
El escritor regresa a la narrativa siete a?os despu¨¦s de ganar el Biblioteca Breve con 'Piel de plata', novela que explora ¡°el espacio interior¡± de un adolescente
El a?o 2012, Javier Calvo (Barcelona, 1973), figura central, siempre m¨¢s o menos esquiva, de la nueva narrativa espa?ola ¨C si es que existe algo parecido ¨C, ganaba el a¨²n distinguido Biblioteca Breve con El jard¨ªn colgante, segunda parte de una trilog¨ªa por entonces a¨²n no confesada que intentaba explorar lo que el espacio exterior, es decir, la sociedad, y en concreto, la sociedad espa?ola, corrupta y maldita a partes iguales, hac¨ªa con el individuo. El logro, lejos de espolear al tambi¨¦n reconocido traductor ¨Csuyas son las traducciones de algunos de los libros de David Foster Wallace, J.M. Coetzee, Don DeLillo y Joan Didion¨C, casi lo aparta de la literatura. ¡°El premio me dej¨® satisfecho. Cuando no tienes metas, algo as¨ª las rebasa todas. Te dices, Ya est¨¢, ya he llegado, voy a descansar. Y dejas de escribir¡±, confiesa. Algo que, cuando andas inmerso en una trilog¨ªa que no sabes c¨®mo acabar, que no quieres, en realidad, acabar, resulta francamente tentador.
¡°Intent¨¦ acabarla, pero no pude. El tema de Espa?a me superaba. Mi intenci¨®n era que transcurriese en el presente ¨C Corona de flores lo hab¨ªa hecho en un pasado lejano, El jard¨ªn colgante en la d¨¦cada de los 70 ¨C, pero el presente en este pa¨ªs es tan rocambolesco que me hubiera quedado corto. Lo dej¨¦¡±, dice. El abandono coincidi¨® con una mudanza familiar a Brooklyn que lo mantuvo ¡°en un limbo¡± durante cuatro a?os. Un limbo sin el que Piel de plata (Seix Barral) y su exploraci¨®n del ¡°espacio interior¡± ser¨ªa inexplicable. En un momento de la historia, uno de los personajes dice que toparse, a cierta edad, una edad en la que uno est¨¢ ya domesticado por la vida, con el viejo ejemplar de una novela de tu escritor favorito, podr¨ªa devolverle al momento en el que todo ten¨ªa a¨²n sentido, en el que nada te mov¨ªa excepto la pasi¨®n. Ocurri¨® algo parecido en su caso. La novela era una novela de Michael Moorcock, y le teletransport¨® a un lugar que cre¨ªa perdido.
Luce una poblada barba, tatuajes de motivos m¨¢gicos en los antebrazos, y acaba de quitarse las gafas que, apesadumbrado, asegura, ya necesita para leer. Es un d¨ªa de septiembre. Est¨¢ tom¨¢ndose una limonada, horas antes de volver, durante unos d¨ªas, a Nueva York. Reinstalado en Barcelona, el escritor admite que ¡°es inevitable que te comparen con Salinger cuando escribes sobre un peque?o genio incomprendido¡±. Pol, el protagonista de Piel de Plata, tiene 14 a?os, un problema mental ¨C las Furias, que le llevaron una vez a clavarle un tenedor en el cuello a una engre¨ªda compa?era de clase ¨C, y una ¨²nica salida a su inevitable marginalidad: los libros de Cooper Crowe, autor de la new wave ¨C una retorcida y fascinante corriente de la ciencia ficci¨®n y la fantas¨ªa de los 70 y 80 ¨C misteriosamente parecido a Moorcock. Su mundo es un mundo cerrado hasta que aparece Bronwyn, la oscura estrella que le guiar¨¢ hasta el Otro Lado.
La historia ilumina, desde la oscuridad de lo oculto, una Barcelona que, como la Barcelona de Cirlot, es casi un estado de ¨¢nimo
El Otro Lado ese ese lugar en el que nada puede tocarte, un mundo dentro del mundo en el que todo es posible y en el que el yo, por entonces ¡°a¨²n libre, puro¡±, se expande ¨C propulsado, en este caso, por las novelas de Crowe, la existencia de Bronwyn y las canciones de Death in June, los tres jinetes que rescatar¨¢n a Pol de una existencia en blanco y negro ¨C hasta lo inimaginable. Podr¨ªa decirse que Piel de plata es un extra?o coming of age, una rara novela inici¨¢tica narrada por un adulto ¨C Pol es un Holden Caulfield que juega a contarse desde el futuro ¨C ha aprendido la lecci¨®n y es una que dice: ¡°El que ardi¨®, puede volver a arder cuando le apetezca¡±. ¡°El protagonista es consciente de que ya ha vivido el mejor momento de su vida, pero tambi¨¦n de que puede regresar a ¨¦l en cualquier momento¡±, dice Calvo. ?l mismo ha estado inmerso en ¨¦l estos a?os en Am¨¦rica. ¡°He vuelto a ese panorama mental de plena libertad¡±, a?ade.
Concebida como una versi¨®n del Bronwyn de Juan Eduardo Cirlot ¨C uno de los personajes de la novela en su dickensiana recta final, recta final que contiene una teor¨ªa del arte propia ¨C, la historia ilumina, desde la oscuridad de lo oculto, una Barcelona que, como la Barcelona de Cirlot, es casi un estado de ¨¢nimo. ¡°Es una Barcelona opuesta, nocturna, solitaria¡±, dice el escritor, ¡°una jaula de la que el protagonista, como el protagonista de las novelas de Cirlot, tiene que escapar para irse a ese otro mundo¡±, a?ade. Todo, en Piel de plata, incluido el Brooklyn cercano y con aspecto de refugio, tiene algo de cuento de hadas. ¡°Es cierto. La familia de Pol es completamente disfuncional, pero lo es a la manera en que lo son las familias de los cuentos de hadas. La madre es una especie de Reina ausente, y la hermana, una conseguidora, alguien para la que todo es siempre posible¡±, dice. ¡°El de los cuentos de hadas es un g¨¦nero poco dignificado pero vital para la narrativa¡±, dice el escritor, que escribir¨ªa fant¨¢stico ¡°si pudiera¡±, y que se considera ¡°un escritor realista que se nutre de novela de g¨¦nero¡±.
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