Cuatro caballos que portaban un mensaje de los visigodos
Los arque¨®logos intentan desentra?ar el significado de cuatro tumbas de corceles halladas en las murallas de ?vila
En la famosa pel¨ªcula de Francis Ford Coppola El Padrino, Jack Woltz, un magnate del cine, se despierta con una cabeza de caballo sobre la cama. La mafia le hab¨ªa dejado un claro mensaje. En ?vila, entre los siglos V y VI, pas¨® algo parecido, pero nadie sabe qu¨¦ se quer¨ªa expresar en realidad. A tres caballos les cortaron la cabeza y a un cuarto, el m¨¢s joven, le extrajeron las costillas. Luego, enterraron estos despojos junto a las primeras murallas de la ciudad con el m¨¢ximo cuidado en cuatro tumbas de piedra distintas y los taparon.
Eran cuatro ejemplares que pertenecieron a las ¨¦lites visigodas que habitaron la ciudad hace 1.400 a?os y que el pasado febrero fueron hallados por los servicios arqueol¨®gicos municipales. Ahora, sus restos se encuentran en el laboratorio para intentar desentra?ar el significado de este extra?o ritual del que no hay constancia en ninguna otra parte de la Pen¨ªnsula, como confirma Jorge Mor¨ªn, director de la consultora arqueol¨®gica Audema.
La capital abulense tiene un marcado origen vet¨®n, una tribu celt¨ªbera que ocup¨® las actuales provincias de ?vila, Salamanca, Toledo y C¨¢ceres. Este pueblo viv¨ªa en castros hasta la llegada de las legiones romanas. Tras a?os de lucha, terminaron absorbiendo la cultura de Roma: habitaron ciudades, asumieron muchas de las costumbres latinas, pero siguieron manteniendo su gran afici¨®n y habilidad: la equitaci¨®n. Los jinetes vetones formaron parte de las alas militares romanas y destacaron en la lucha por todo el Imperio. Hay caballeros vetones enterrados en el Rin y en las costas de Britania. Tal fue su importancia que en las murallas medievales de ?vila se distingue, por ejemplo, un gran sillar reutilizado en el que se lee el nombre de ¡°Longinos, jinete del ala vetona¡±.
La ciudad romana de ?vila fue ocupada por los visigodos durante el Bajo Imperio y ello supuso el mantenimiento y asunci¨®n, a su vez, de la afici¨®n de este pueblo prerromano por los caballos. Los visigodos, adem¨¢s, fueron uno de los primeros pueblos que dividi¨® sus ej¨¦rcitos entre infanter¨ªa y caballer¨ªa, con lo que estas ¨²ltimas unidades adquirieron una importancia notable en su arte militar. ¡°Si a esto se suma que los propietarios de cabalgaduras recib¨ªan tierras por parte del rey, el caballo se convert¨ªa en un elemento m¨¢s que destacado de su cultura¡±, se?alan fuentes de los servicios arqueol¨®gicos municipales.
Los expertos consideran que, por esta raz¨®n, los cuatro caballos fueron enterrados ¡°con todos los honores¡±. ¡°De momento, desconocemos cu¨¢l es el significado del ritual. Igual que ahora se saca en procesi¨®n v¨ªrgenes o santos para que llueva, los visigodos quer¨ªan expresar algo con estos enterramientos. A lo mejor los animales, pensaban, les servir¨ªan de amuletos o simplemente se les quer¨ªa honrar¡±, indican los arque¨®logos.
Los restos de los cuatro animales fueron hallados en la calle del Marqu¨¦s de Santo Domingo ¡ªen la parte del casco que se ubica dentro de las murallas¡ª cuando los expertos llevaban a cabo labores de investigaci¨®n en los muros que orden¨® levantar Alfonso VI (1036-1109) sobre otros anteriores hispanorromanos. Las osamentas se encontraban a unos cinco metros de profundidad sobre el nivel actual de la calle, aunque las perforaciones se prolongaron hasta los siete metros. ¡°Esto nos da un perfil estratigr¨¢fico impresionante que nos permitir¨¢ datar con gran exactitud el momento en que fueron sacrificados. No har¨¢ falta ni pruebas de carbono-14¡±, dicen los investigadores.
Los veterinarios que han examinado los huesos no han podido determinar la raza de los ejemplares, algo que s¨ª se lograr¨¢ tras los an¨¢lisis de laboratorio. ¡°Es un hallazgo desconcertante por su excepcionalidad, pero terminaremos descifrando qu¨¦ nos quisieron decir los visigodos¡±, concluyen los arque¨®logos.
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