Palabras en libertad
El libro de Daniel Gamper est¨¢ llamado a convertirse en un cl¨¢sico entre los an¨¢lisis sobre la libertad de expresi¨®n en la democracia

En su famoso discurso sobre el estado de la Uni¨®n en 1941, Franklin Delano Roosevelt mencion¨® lo que para ¨¦l eran cuatro libertades fundamentales y b¨¢sicas de la democracia: libertad de expresi¨®n, libertad de religi¨®n, libertad de elecci¨®n y libertad frente al miedo. Daniel Gamper, en su ensayo sobre el lenguaje y su influencia en las relaciones sociales y pol¨ªticas que mereci¨® recientemente el Premio Anagrama, hace referencia a ese particular cat¨¢logo del liberalismo del que se hizo una interpretaci¨®n pict¨®rica para The Saturday Evening Post, profusamente reproducida luego en sellos de correos, bonos del Estado, p¨®steres y recuerdos tur¨ªsticos. Las cuatro libertades de Roosevelt se convirtieron as¨ª en un icono de la democracia americana. De todas ellas, la de expresi¨®n es la que m¨¢s y mejor ha sobrevivido a los desgastes y flaquezas de las instituciones. Pero hoy las nuevas tecnolog¨ªas y la crisis de la democracia representativa, a empujones de la asamblearia, la vienen sometiendo a presiones y desviaciones sin cuento.
El libro de Gamper es un excurso l¨²cido sobre el papel de las palabras en el devenir de los tiempos. No propala tesis alguna, antes bien describe muchas, haciendo hincapi¨¦ en sus contradicciones m¨¢s que en sus postulados y estableciendo un entretenido di¨¢logo con el lector. De ah¨ª que su indiscutible calidad literaria sea compatible con las ambig¨¹edades e interrogaciones que plantea, en perjuicio a veces de la claridad del texto. El autor no ofrece ninguna soluci¨®n a las dudas que ¨¦l mismo suscita sobre el efecto ben¨¦fico o destructivo de la b¨²squeda de los vocablos adecuados u oportunos a cada circunstancia, pero reconoce que ese es un ejercicio nuclear para la convivencia de los seres humanos y para la conversa interior que cada uno aspira a sostener consigo mismo.
Las palabras son los materiales que dan solidez al sistema, pero tambi¨¦n pueden convertirse en el arma letal que lo derribe
?Es, por ejemplo, la correcci¨®n pol¨ªtica una forma de censura, o de autocensura, incluso o sobre todo entre las ¨¦lites intelectuales, cuya libertad de c¨¢tedra est¨¢ amenazada por movimientos populares o populistas, ordinariamente muy activos en defensa de los derechos de las minor¨ªas, que reclaman una igualdad entre desiguales? ?Pero si as¨ª fuera puede permitirse la brutalidad del lenguaje, e incluso potenciarla, en nombre de la autonom¨ªa personal? ?La libertad de callar no es correspondiente por lo dem¨¢s a la de hablar? ?Ser¨¢n los silencios una c¨¢rcel para el logos, el verbo articulado, o la caja fuerte que lo protege de los intrusos y de las prohibiciones? ?Qu¨¦ hacer por lo dem¨¢s de las normas gramaticales, acusadas de machistas y prepotentes, por lo que se reclama su vulneraci¨®n en defensa del progreso y de la revuelta de los d¨¦biles contra el poder establecido? Las palabras son los materiales que dan solidez y durabilidad al sistema, pero tambi¨¦n pueden convertirse, y de hecho as¨ª sucede, en el arma letal que lo derribe. Mucho m¨¢s en tiempos como el actual en el que el pueblo se ha visto empoderado para hablar como quiera y a quien quiera, sin permisos, licencias ni concesiones.
Ya recomend¨¦ en una nota anterior sobre lo que se debe y no se puede, o se puede y no se debe decir, este librito de no muchas p¨¢ginas, cuya densidad de contenido hace honor a Graci¨¢n acerca de la bondad de lo breve. Solo un pero menor podr¨ªa oponerse al trabajo del profesor Gamper, cuando hace velada alusi¨®n a un par de cuestiones relacionadas con el proc¨¦s, catal¨¢n, y en las que parece someterse ¨¦l tambi¨¦n a la criticada correcci¨®n pol¨ªtica y apartarse de sus evidentes convicciones liberales. ¡°El realismo pol¨ªtico¡±, dice, ¡°cree sobre todo en la fuerza para distinguir lo l¨ªcito de lo il¨ªcito¡±. Y a?ade enseguida que quiz¨¢ por ello no sorprende ¡°que a pesar de que el sistema legal incluye la posibilidad de su demolici¨®n controlada, sea normal que se proteja (¡) combatiendo judicial y policialmente la disidencia pol¨ªtica¡±. Ignorando as¨ª que el cumplimiento de las leyes es un requisito inevitable del comportamiento democr¨¢tico. O cuando asegura, en homenaje a las m¨¢s rancias tesis nacionalistas, que ¡°hay un v¨ªnculo entre la naci¨®n, la lengua y la democracia de tal modo que, con algunas excepciones, el demos se aglutina en torno a una comunidad de lenguaje¡±, como si los derechos de ciudadan¨ªa exigieran prioritaria o casi exclusivamente un pedigr¨ª idiom¨¢tico, en homenaje a las tesis supremacistas del presidente de la Generalitat y a los fracasados esfuerzos del presidente Reagan por imponer el english only en California.
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Al margen de estos deslices de la mirada casi siempre circunspecta y ecu¨¢nime del autor, que por su sutileza m¨¢s parecen destinados a complacer a la autoridad competente que a abrir un debate con los lectores, la obra est¨¢ escrita sin prejuicios y merece ser le¨ªda y repasada. Est¨¢ llamada a convertirse en un cl¨¢sico entre los an¨¢lisis sobre la libertad de expresi¨®n y su papel en la democracia liberal.
Por lo dem¨¢s, hace hoy exactamente 33 a?os que tuve la satisfacci¨®n de recoger en Holanda la medalla a la Libertad de Expresi¨®n concedida a EL PA?S por la Fundaci¨®n Roosevelt, en reconocimiento a ¡°su valent¨ªa en la defensa de la libertad¡±. Lo hice en compa?¨ªa de la viuda de Olof Palme, el asesinado primer ministro sueco que recibi¨® el premio a la Libertad contra el Miedo. Reconozco la emoci¨®n y la gratitud que me embargaron en aquel momento. La menci¨®n de Daniel Gamper al discurso de Roosevelt como ejemplo ic¨®nico de lucha por la libertad, lo mismo que su admiraci¨®n por la obra de Stuart Mill, tan ignorada por muchos de los sedicentes liberales de hoga?o, hace que me sienta tambi¨¦n agradecido al autor de Las mejores palabras y al jurado que tan acertadamente le distingui¨® con el premio.
Las mejores palabras. Daniel Gamper. Anagrama, 2019. 160 p¨¢ginas. 16,90 euros.
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