Como siempre, es un placer Susan Sarandon

Sin informaci¨®n previa, ya que suelo prescindir de algo tan ¨²til como consultar los cat¨¢logos y la programaci¨®n de los festivales, tardo 10 minutos en intuir o constatar que lo que estoy viendo y escuchando en la pantalla ya me lo han contado antes, con otros interpretes, otra lengua, otro paisaje. Se titula La decisi¨®n y es la pel¨ªcula que inaugura la secci¨®n oficial. Se trata de un remake estadounidense de la escandinava Coraz¨®n silencioso, dirigida por Bille August. El argumento ofrece razones para que deje huella en la memoria, aunque ni el producto original ni la nueva adaptaci¨®n sean un cine excepcional.

Trata de ese tema delicado y complejo que tanto atraganta a los pol¨ªticos cuando deben hablar de su legalizaci¨®n o su prohibici¨®n, que es la eutanasia, el suicidio asistido, no prolongar el infinito sufrimiento de gente con el organismo devastado, sin la menor esperanza de curaci¨®n, ayudarles a que su tr¨¢nsito al otro mundo o a la nada sea r¨¢pido y lo m¨¢s dulce posible. Algunos salvajes vamos m¨¢s lejos. Incluso pensamos que habr¨ªa que ayudar y deber¨ªa de ser legal ofrecer ese apoyo a aquellos cuya incurable enfermedad no la padece su cuerpo sino su alma, incapaces de seguir sobreviviendo, acorralados por la soledad, la depresi¨®n y el desamparo, pero que no saben o no pueden largarse al otro barrio sin que esp¨ªritus compasivos les echen una mano para acabar con su tormento.

Blackbird retrata los ¨²ltimos d¨ªas de una mujer inteligente, realista, mortalmente enferma, que ha tenido una existencia razonablemente feliz. Su enamorado marido, su eterna amiga, sus hijas, las parejas de estas y su nieto se re¨²nen con ella para el ¨²ltimo adi¨®s, acelerado con un veneno indoloro y fulminante que le van a proporcionar. Y ocurren variadas cosas en esta tr¨¢gica despedida: ajuste de cuentas con el pasado, enfrentamientos familiares, relaciones turbadoras que se manten¨ªan ocultas, momentos conmovedores y otros crispados, resortes humor¨ªsticos en medio del drama. Asisto a este testamento con cierto inter¨¦s, implicado hasta cierto punto. Su arte narrativo es tibio. Pero puedo entender el largo llanto en determinadas secuencias de una espectadora que tengo cerca. Imagino que asociar¨¢ esas im¨¢genes de ficci¨®n con la desaparici¨®n real de alg¨²n ser muy cercano.

Conociendo la trama, los personajes y el desenlace, el principal im¨¢n de esta pel¨ªcula lo constituye para m¨ª la presencia de esa actriz admirable llamada Susan Sarandon. Siempre me ha enamorado, de joven, de madura y en su invierno. Domina muchos registros, imprime permanentemente veracidad y atractivo, en drama y en comedia. Tambi¨¦n la encuentro sensual y hermosa. Y no por un f¨ªsico y un rostro espectaculares. Es su inteligencia, su sutileza, su autenticidad, su personalidad. Que suerte para los espectadores que el cine, tan cruel y desde?oso con la vejez de las actrices, le siga ofreciendo papeles con alma. Y la acompa?a otra actriz excepcional llamada Kate Winslet. Es tan buena que tardo una hora en darme cuenta de que es ella. Hay interpretes que siempre son ellos mismos y me parecen adorables. Pero tambi¨¦n disfruto con el enorme talento de algunos camaleones.