Los Dar¨ªn reviven el corralito

En Argentina llaman gil a aquellas personas trabajadoras, buenas, ilusas y algo incautas. Ricardo Dar¨ªn y su hijo Chino no tienen dudas. ¡°Nosotros tambi¨¦n tenemos algo de giles. La mayor¨ªa de los ciudadanos del mundo lo son, porque confiamos siempre¡±, explican casi a d¨²o los dos actores argentinos. Miles de estos ciudadanos pardillos se vieron enga?ados y vapuleados por el corralito que asol¨® Argentina en 2001. Dirigida por Sebasti¨¢n Borensztein, La odisea de los giles, adaptaci¨®n del libro de Eduardo Sacheri La noche de la Usina (premio Alfaguara en 2016), es un tierno y divertido retrato de esos perdedores que se vengan de las injusticias cometidas por una panda de desalmados. Ricardo (62 a?os) y Chino Dar¨ªn (30), tambi¨¦n productores de la pel¨ªcula, encabezan un poderoso reparto, en el que destaca la presencia de Luis Brandoni. El filme se ha convertido en el ¨²ltimo gran ¨¦xito de la taquilla en Argentina, pa¨ªs que la ha elegido para representarle en los Oscar. Esta f¨¢bula apuntalada en la realidad, que relata la venganza de un grupo de vecinos ante la estafa que han sufrido, se estrena en Espa?a el pr¨®ximo 29 de noviembre.

En un encuentro celebrado con este peri¨®dico en el marco del Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, donde La odisea de los giles se ha presentado en la Secci¨®n Oficial, Ricardo y Chino Dar¨ªn se muestran felices, m¨¢s all¨¢ de la celebraci¨®n de lo que supone su primer duelo interpretativo en la pantalla. Tambi¨¦n como productores, est¨¢n ante un proyecto so?ado desde hace a?os en el que comparten trabajo con algunos de los mejores actores argentinos, orgullosos de dar voz y vida a tantos y tantos ciudadanos que se vieron afectados por el corralito, uno de los episodios m¨¢s traum¨¢ticos que ha vivido Argentina en los ¨²ltimos a?os. ¡°Estamos tan domesticados, tan acostumbrados a obedecer y a seguir la corriente de una sociedad de consumo, que a veces olvidamos cuales son nuestros derechos. Nunca hay que bajar la guardia en la defensa de los derechos. Siempre est¨¢n al acecho los buitres que se aprovechan de la gente incauta, confiada y decente. Esa gente que trabaja y que hacen que el mundo se mueva¡±, dice Ricardo.

¡°No s¨¦ si lo disfrut¨¦ tanto como lo disfruto ahora cuando lo veo¡±, confiesa Chino Dar¨ªn sobre el trabajo con su padre. ¡°Estaba un poco afectado por el rol de productor y por lo que para m¨ª supon¨ªa trabajar con mi padre. Empec¨¦ con un nivel de tensi¨®n y responsabilidad del que luego me fui liberando. Lo que es verdad es que para m¨ª ha sido un gran privilegio¡±, a?ade ante la mirada luminosa de Ricardo, que interviene: ¡°En una escena compartida, si dos no quieren, uno no puede. Es tan simple como eso. Los actores dependemos mucho de lo que nos deja el otro, de lo que nos entrega, de la generosidad. Es as¨ª como va circulando la energ¨ªa. Cuando nos pudimos sustraer de esa enorme responsabilidad que ten¨ªamos como productores y centrarnos en el trabajo como actores, la sensaci¨®n que yo tengo es de que nos ayudamos mucho¡±.

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La odisea de los giles te revuelca en el lodo para luego rescatarte. No te evita el dolor, pero te lo recuerda. Hay en el filme la intenci¨®n de desacralizar, de luchar a favor de la memoria, de volver a recordar una situaci¨®n tr¨¢gica como la crisis econ¨®mica. ¡°Ya era hora de que alguna vez ganaran los buenos¡±, proclama Chino. ¡°Lo mejor es c¨®mo los espectadores han hecho suya esta historia. Creo que el factor preponderante en todo ello es que tiene que ver con algo de reparaci¨®n emocional para todos aquellos que sufrieron aquel desastre o para los que lo vivieron de manera colateral. Tiene algo de b¨¢lsamo¡±, asegura Ricardo Dar¨ªn. ¡°Fue una ¨¦poca que, a pesar de la amargura y la sensaci¨®n de injusticia permanente, dispar¨® la imaginaci¨®n de miles de ciudadanos frente a la impotencia¡±, a?ade Chino. Padre e hijo hablan, se interrumpen, dialogan, se miran. ¡°Hay que hablar del dolor, sacarlo a relucir. En Espa?a conoc¨¦is bien eso con el tema de la memoria hist¨®rica. Hacer una catarsis colectiva. Solo as¨ª puede uno enfrentarse al futuro. Los argentinos lo sabemos bien. Tenemos la gran gimnasia de atravesar crisis y sobrevivirlas y volver a renacer¡±.