Burning deja de mover las caderas
La banda, emblema del rock nacional, se despide de los escenarios tras 45 a?os de carrera
Apoyado sobre la barra del Cocodrilo Rock, su bar desde 1988, Johnny Cifuentes se enciende el segundo cigarrillo de la tarde y rememora el momento que m¨¢s a fuego tiene grabado de sus 45 a?os con Burning: ¡°Est¨¢bamos en los camerinos de la discoteca JJ, pint¨¢ndonos, con nuestras botas de plataforma y pantalones de cuero, cuando entr¨® Gonzalo Garc¨ªa Pelayo y dijo con su acento sure?o que nos quer¨ªa grabar. Flipamos. Imag¨ªnate para unos t¨ªos que versionaban a los Rolling Stones. Era 1974 y solo pens¨¢bamos en divertirnos. Para nosotros eso era como si nos dieran una medalla ol¨ªmpica¡±. Cifuentes, como el resto de miembros de banda, formada entonces por Pepe Risi, To?o Mart¨ªn, Enrique P¨¦rez y Ernesto Estepa, se colgaron una medalla que, m¨¢s de cuatro d¨¦cadas despu¨¦s y con importantes bajas y vaivenes, terminar¨ªa por convertir a Burning en uno de los grandes emblemas del rock espa?ol.
¡°Hemos tenido muchos d¨ªas de pisar el cielo, aunque tambi¨¦n algunos de visitar el infierno¡±, confiesa el ahora cantante y teclista de Burning, un grupo formado en el tardofranquismo en el barrio madrile?o de La Elipa, aunque Cifuentes se incorpor¨® el ¨²ltimo despu¨¦s de que Pepe Risi apareciese por su barrio, Carabanchel, y le pidiese unirse a la banda tras verle tocar con el grupo Zovax. ¡°Yo creo que lo hizo porque le gust¨® mi equipo de voces. Era mejor que el suyo¡±, cuenta con una risa. De ese d¨ªa han pasado m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Ahora, Burning, personificado en Cifuentes, ¨²nico superviviente del grupo original a sus 64 a?os, llega a su fin porque, en sus propias palabras, ¡°la m¨¢quina ya tiene que parar¡±.
¡°Burning ha sido mi vida, pero tengo ganas de hacer otras cosas. Creo que puedo dar un volantazo a mi edad. S¨¦ que les estoy faltando al respeto a los Rolling Stones porque ellos seguir¨¢n siempre, pero yo quiero dejarlo¡±, confiesa Cifuentes, que reconoce que no dejar¨¢ de tocar el piano y componer ¡°alguna cosa¡± en su casa de Villaviciosa de Od¨®n porque ¡°nadie se puede quitar este veneno¡±.
El ¨²ltimo disco de Burning publicado fue un directo celebrando sus cuatro d¨¦cadas de vida y grabado en el WinZik Center de Madrid en 2015. Desde entonces el grupo ha dado conciertos, sin protagonizar grandes giras. Los ¨²ltimos llegan estos d¨ªas con un colof¨®n en Barcelona en Apolo 2 el viernes 4 de octubre y en Madrid en La Riviera el s¨¢bado 5 de octubre. En la ciudad que les vio nacer, ser¨¢ el adi¨®s definitivo, aunque las despedidas en el mundo de la m¨²sica siempre las carga el diablo. ¡°Claro que nunca se sabe, pero no tenemos ese plan. Ni remotamente. Es un adi¨®s. Por eso, elegimos Madrid como fin. Es nuestra madre¡±, explica Cifuentes. ¡°En ella, siempre son noches especiales. Sigue d¨¢ndonos momentos de bocado de lobo¡±.
Como fieras en un Madrid marcado por la agon¨ªa del franquismo, Burning no solo dio un bocado, sino que abri¨® una brecha. Su rock and roll callejero, con esas letras de so?adores inadaptados de ciudad, y su est¨¦tica transgresora romp¨ªan las ataduras de la ¨¦poca. ¡°?ramos m¨¢s glam que Le?o o Asfalto y toc¨¢bamos m¨¢s en el filo de la navaja que la gente de la movida¡±, afirma Cifuentes. ¡°Pero fue con esa gente con la que conectamos m¨¢s porque en 1979 nos fuimos del barrio para ir a vivir al centro, por la zona de Malasa?a y Bilbao, y all¨ª nos ve¨ªamos en bares con todos los m¨²sicos¡±.
Desde su posici¨®n de superviviente, el l¨ªder de Burning asegura que nunca pensaron en la fama ni el dinero sino en pasarlo bien, pero que esto no siempre pudo ser posible por culpa de las drogas. La hero¨ªna hizo estragos en la movida madrile?a y en ellos. ¡°Se cargaba la convivencia. Se ve¨ªa c¨®mo los que estaban enganchados hac¨ªan grupos, nichos propios para pillar y consumir. Fue muy dif¨ªcil¡±. El cantante To?o Mart¨ªn muri¨® de sobredosis en 1991, aunque hab¨ªa dejado el grupo a?os atr¨¢s, y Pepe Risi falleci¨® de neumon¨ªa en 1997. El carism¨¢tico guitarrista siempre luch¨® contra los demonios de la droga. ¡°Fue el momento m¨¢s duro para Burning. Pero yo quise seguir¡±, dice Cifuentes, que no ha dejado de combatir a un reducido sector de fans que no le perdonan que no pusiese fin a la banda entonces. Ahora lo hace porque asegura que no le manda ¡°nada ni nadie¡±.
?Echar¨¢ de menos la m¨²sica espa?ola a Burning? ¡°Ni puta idea. No s¨¦ ni lo que pensar¨¦ yo en el escenario en el ¨²ltimo concierto en La Riviera. A lo mejor en el ¨²ltimo instante digo: ?Qu¨¦ has hecho, Johnny?¡±, se pregunta el m¨²sico madrile?o, quien reconoce que ¡°quiz¨¢¡± sea el momento de darle m¨¢s reconocimiento a un grupo citado por muchos m¨²sicos espa?oles del rock como influencia. ¡°Por Burning ha llegado el metro a La Elipa. El barrio tiene una deuda, ya no digo Madrid. Al menos podr¨ªan poner una fuente para los ni?os en La Elipa con nuestro nombre¡±. A la espera de esa fuente o ¡°lo que sea¡±, Johnny Cifuentes, el ¨²ltimo superviviente de Burning, concluye: ¡°El verdadero premio es que las canciones hayan servido para algo a alguien en alg¨²n momento. Como me sucede a m¨ª con las de los Rolling Stones, papi¡±.
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