Lorrie Moore: ¡°Con Trump, Estados Unidos vive un retroceso incre¨ªble¡±
La escritora estadounidense es la estrella del und¨¦cimo Filba en Buenos Aires
Cuando el escritor estadounidense Richard Ford regres¨® de su viaje a Buenos Aires el a?o pasado le dijo a su colega Lorrie Moore que deb¨ªa visitar esa ciudad situada en el extremo opuesto de Am¨¦rica porque all¨ª la estaban leyendo. "No, no lo creo", le respondi¨® Moore. Poco despu¨¦s, una colega de la Universidad de Missouri que viaja con frecuencia a Argentina le dijo lo mismo. "No, no lo creo", repiti¨® la autora de Autoayuda. Intrigada, le pregunt¨® a su editor. "No, no lo creo", tambi¨¦n le dijo ¨¦l. Pero su aterrizaje en la capital lectora de Sudam¨¦rica para participar en el und¨¦cimo Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Filba) ha superado todas las expectativas. El jueves por la noche las organizadoras miraban la larga fila en el Teatro Nacional Cervantes y tem¨ªan que se agotasen los 400 auriculares disponibles para la traducci¨®n de la entrevista p¨²blica.
Horas antes, Moore desayun¨® con una veintena de periodistas en la librer¨ªa de Eterna Cadencia, el sello editorial que est¨¢ detr¨¢s del Filba y que ha reeditado este a?o algunas de sus obras, como ?Qui¨¦n se har¨¢ cargo del hospital de ranas?, ya por la tercera edici¨®n. En esa novela, escrita en 1994, la protagonista evoca una poderosa amistad adolescente mientras su matrimonio se desmorona en Par¨ªs entre platos de seso y trufas al whisky.
"No se hab¨ªa escrito mucho sobre mujeres adolescentes. una etapa que la gente sol¨ªa ver con verg¨¹enza, pero ese momento de la vida es importante porque las amistades son muy poderosas. Yo quer¨ªa retratarlo porque muchas veces la adolescencia es despreciada. Encontr¨¦ en la adolescencia un elemento poderoso para narrar", destaca. Habla tan bajo que al poco de comenzar le acercan un micr¨®fono.
En ese libro, ambientado a principios de los a?os 70, la protagonista y su amiga tienen que viajar de Nueva York al vecino estado de Vermont para poder abortar, pese a que la Corte Suprema acababa de? aprobar su legalizaci¨®n. "Con [Donald] Trump, Estados Unidos vive un retroceso incre¨ªble a esos tiempos en los que era dif¨ªcil practicar un aborto legal", subraya Moore, al recordar que en algunos estados, como Wisconsin, s¨®lo hay un centro m¨¦dico autorizado y los profesionales enfrentan amenazas de muerte. "Les deseo suerte a los hombres y mujeres que est¨¢n dando esta batalla tan importante en Argentina", dice en referencia a la marea verde a favor del aborto legal, "Nosotros tambi¨¦n necesitamos suerte porque Estados Unidos est¨¢ yendo para atr¨¢s".
Moore (Glens Falls, Nueva York, 1957) se lleva una mano a las gafas y piensa antes de responder algunas preguntas. Frente a otras estalla en carcajadas. "A todo el mundo le gusta la m¨²sica, ?a qui¨¦n no? Creo que Leonard Cohen se equivoc¨® en Hallelujah cuando en un verso dice 'Pero en realidad a ti no te importa la m¨²sica, ?verdad?'. No s¨¦ a qui¨¦n le est¨¢ hablando y por qu¨¦ le escribir¨ªa esa canci¨®n", dice entre risas al ser consultada sobre la abundante m¨²sica que habita en sus libros. "Mi ni?ez fue as¨ª, con mucha m¨²sica. Todos toc¨¢bamos alg¨²n instrumento, yo tocaba la guitarra y el piano", contin¨²a. Al crecer ha mantenido esa compa?¨ªa -aunque nunca mientras escribe, para no distraerse- y pone como ejemplo a su padre, quien a sus 95 a?os da conciertos en el geri¨¢trico.
Moore bromea tanto en persona como en las p¨¢ginas que escribe, plagadas de un humor que "no cura pero expresa supervivencia" ante los obst¨¢culos que se presentan en la vida. "Incluso en medio de tragedias hay cosas graciosas", reitera y lleva a pensar en cuentos como Gente as¨ª es la ¨²nica que hay por aqu¨ª, donde arranca sonrisas en una historia alrededor de un beb¨¦ con c¨¢ncer nacida de una semilla autobiogr¨¢fica -una enfermedad de su hijo- que al ficcionalizarla hizo crecer en otra direcci¨®n.
Sin miedo a equivocarse
Tambi¨¦n encuentra humor en los errores, que considera imprescindibles para aprender. Lo aconseja en sus clases en la Universidad Vanderbilt de Nashville y tambi¨¦n a todos los que quieren ser escritores: "Les pido que escriban, no hay una poci¨®n m¨¢gica. Sentarse en una silla, agarrar la notebook y empezar. No hay que frustrarse por cometer errores, se puede reescribir. Y lean, lean mucho".?
"A mis alumnos les pido que escriban algo que no ense?ar¨ªan a sus madres, pero creo que no funciona", dice, de nuevo entre risas, tras explicar su sorpresa al ver que los estudiantes sacan fotos con sus tel¨¦fonos m¨®viles de los ex¨¢menes que les corrige para envi¨¢rselos a sus madres.
Entre sus lecturas favoritas est¨¢n los relatos de la canadiense Alice Munro, a la que no se cansa de recomendar. Ha le¨ªdo poca ficci¨®n latinoamericana, pero expresa su admiraci¨®n porque Argentina sea "un pa¨ªs de cuentistas", con Jorge Luis Borges a la cabeza, a diferencia del resto del mundo, donde la novela est¨¢ en lo m¨¢s alto del pedestal. Durante la entrevista p¨²blica con Santiago Llach cita a la argentina Samanta Schweblin, a la que considera "muy audaz" por haber escrito una historia de "mujer cortada a pedacitos y metida dentro de una maleta", en referencia a La pesada valija de Benav¨ªdez, uno de sus primeros cuentos.
Al igual que su matrimonio, que termin¨® en divorcio en 2001, muchos de los v¨ªnculos de las parejas protagonistas de sus libros agonizan. "Soy una firme defensora del amor, aunque en mis historias haya tantos corazones rotos", asegura. "todo el mundo deber¨ªa vivir al menos una vez la experiencia de enamorarse", dice. "O dos", agrega al instante con una sonrisa p¨ªcara.
Moore, con siete libros publicados en tres d¨¦cadas, es poco conocida entre el gran p¨²blico, pero los argentinos que la han le¨ªdo llevaban a?os esperando esta visita. "?La amo!", le dice una adolescente a otra a la salida del teatro. "Es como una estrella de rock", bromea uno de los trabajadores ante el fanatismo de los presentes. Un periodista la rebautiza como Rollie. Otro como Lorriestone. Cumplido el deseo de verla, sus lectores argentinos piden otros: la reedici¨®n de sus primeros libros de cuentos, inhallables desde hace a?os en papel, y la publicaci¨®n de la novela en la que est¨¢ trabajando. "Soy muy lenta escribiendo", advierte la protagonista del festival.
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