Greta Thunberg y los marcianos espartanos

Ya s¨¦, como saben todos -incluso los que hacen burlas, incluso los que demuestran su miseria insult¨¢ndola-, que el apocalipsis contra el que clama Greta Thunberg no es para frivolizar, y no quisiera ser tomado por nihilista. Pero tengo el grave defecto de ser un aficionado al g¨¦nero de los viajes espaciales, y cuando vi a Greta sac¨¢ndole los colores a la Asamblea de la ONU (que es un sitio muy de ciencia-ficci¨®n), me vinieron a las mientes un mont¨®n de distop¨ªas en las que la humanidad busca en otros planetas el para¨ªso que destruy¨® en la Tierra. Es una pesadilla recurrente, anterior a los paneles sobre el cambio clim¨¢tico. Desde que empezamos a ensuciarlo todo, muchos se dieron cuenta de que el planeta ser¨¢ invivible.

La pen¨²ltima fantas¨ªa se titula The Expanse (tercera temporada reci¨¦n estrenada en Amazon, rescatada por el capricho de Jeff Bezos despu¨¦s de que Syfy la cancelase): la Tierra (gobernada por las Naciones Unidas, este es el ingrediente m¨¢s inveros¨ªmil de la serie) est¨¢ hecha un verdadero asco, con el agua contaminada y la mitad de las especies extinguidas, por lo que una parte de los humanos ha empezado a colonizar el Sistema Solar. Se instalaron primero en Marte, donde crearon una colonia de pioneros un poco brutos y mesi¨¢nicos que, hartos de los terr¨ªcolas, se independizaron y se convirtieron en una potencia belicista, una especie de Esparta gal¨¢ctica. La Tierra y Marte viven en una guerra fr¨ªa que amenaza con llevarse todos los planetas por delante.

La conclusi¨®n, como siempre, es tremendista: no hay nada que hacer. Los humanos son depredadores voraces que destruyen todo lo que tocan y tienden a destruirse entre s¨ª, no importa lo mucho que Greta Thunberg grite en la tribuna. Pero no hay que preocuparse tanto, porque esto es s¨®lo una serie tonta de viajes espaciales. ?O no?