¡®Litigante¡¯, un ¨ªntimo drama familiar que sigue colocando a Colombia en el mapa del cine mundial

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¡°Para que el cine colombiano se consolide hay que dejar de pensar en la fama¡±

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Silvia intenta sin ¨¦xito vivir la vida que desea. Mientras, su madre Leticia, enferma de c¨¢ncer, busca morir de la forma que desea. Una quiere seguir confiando en la medicina y la otra rechaza recibir un tratamiento m¨¦dico que le arrebata su car¨¢cter combativo y su calidad de vida. Adem¨¢s de cuidar de ella, Silvia se encarga en solitario de su hijo de cinco a?os y ocupa un cargo p¨²blico en Colombia, que le lleva a enfrentar sin merecerlo un proceso penal por corrupci¨®n. La pel¨ªcula Litigante construye sin bruscos giros de guion un ¨ªntimo retrato familiar muy cercano al de su director, Franco Lolli (Bogot¨¢, 1983).

Se proyecta estos d¨ªas en el Festival de Z¨²rich tras presentarse en el mes de mayo en la Semana de la Cr¨ªtica de Cannes. Su trama deja en el aire el debate sobre la eutanasia sin pronunciar la palabra ni establecer dogmas. Pero principalmente refleja uno de los retos a los que se enfrentan las mujeres de casi todo el mundo: la llamada carga mental. La labor de planificaci¨®n y toma de decisiones en el hogar sigue siendo una responsabilidad mayoritariamente femenina, incluso cuando ellas cumplen con un trabajo fuera de casa a tiempo completo.

"Mi padre falleci¨® antes de que yo naciera en un accidente, as¨ª que me cuesta imaginar un mundo familiar con hombres", dice el cineasta a EL PA?S en la ciudad suiza sobre este an¨¢lisis de la sociedad de Colombia. "Es uno de esos pa¨ªses donde las mujeres son las que terminan educando a hijos que a su vez forman familias construidas por mujeres".

Al comenzar el rodaje de Litigante, Lolli descubri¨® que su madre y coprotagonista de la pel¨ªcula, Leticia G¨®mez, sufr¨ªa un c¨¢ncer de mama. Decidi¨® cambiar el guion casi por completo para adaptar el proyecto a sus circunstancias personales. "Ese miedo y esa sensaci¨®n de que se acaba el mundo termin¨® vampirizando la historia", comenta. Otra actriz no profesional como la escritora Carolina San¨ªn completa este realista binomio en pantalla.

La angustia y ansiedad de sus dos personajes femeninos conviven en la cinta con la luminosidad y los golpes de color de Bogot¨¢ invadiendo la pantalla. "Cuanto m¨¢s cerca se coloca la muerte, m¨¢s necesidad de luz tiene uno. En Colombia, en las zonas m¨¢s peligrosas es donde la fiesta es m¨¢s intensa; se baila para olvidar que la muerte convive justo al lado", cuenta.

Esa intenci¨®n de huir de la estridencia dram¨¢tica de Lolli es una clara herencia del cine franc¨¦s en el que se ha formado y que coproduce sus largometrajes. Se mud¨® a Par¨ªs a los 18 a?os y estudi¨® en La F¨¦mis, la prestigiosa escuela de cine de la que surgieron varias generaciones de directores galos, como Louis Malle, Patrice Laconte, Fran?ois Ozon y Laurent Cantet.

"Comparto muchas m¨¢s cosas con ese cine de las que cre¨ªa, porque adem¨¢s buena parte de mi equipo t¨¦cnico es franc¨¦s. El guion, el montaje y la fotograf¨ªa tienen esa esencia. Pero creo que soy capaz de huir de ese complejo que tienen all¨ª. Son conscientes de lo grandes que han sido sus predecesores y a menudo est¨¢n cohibidos. Piensan demasiado las cosas que muestran en las pel¨ªculas", dice el colombiano.

Desde su salto a Europa, ha visto c¨®mo su corta filmograf¨ªa, formada tambi¨¦n por varios cortometrajes, se ha encontrado casi de forma un¨¢nime arropada por el Festival de Cine de Cannes. "Me siento protegido. Creo que es una gran suerte que sea justo a la gente de ese festival a la que le guste lo que hago y se proyecten mis trabajos. Que te impongan el sello de Cannes hace que los proyectos tengan mucha m¨¢s exposici¨®n", celebra el director.

Su primer largometraje, Gente de bien abri¨® camino. Relataba la brecha social de su pa¨ªs sin caer en los estereotipos relacionados con la violencia y, en 2015, fue el primer proyecto colombiano que se exhibi¨® en pa¨ªses como Reino Unido en m¨¢s de una d¨¦cada. "Realmente, creo que fue la candidatura al Oscar de El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra (en 2016), la que lo cambi¨® todo para nosotros. ?l nos puso en el mapa. Ahora Monos, de Alejandro Landes, tiene muchas papeletas de seguir sus pasos", apunta Lolli.

El cineasta considera que, de no haber sido por el gran cambio que ha experimentado la industria en de su pa¨ªs en estos cinco a?os, permitiendo que se rueden m¨¢s proyectos, no habr¨ªa existido una pel¨ªcula "pausada, familiar y femenina" como es Litigante: "Cuando solo se hacen tres pel¨ªculas al a?o, intentas que sean explosivas y espectaculares. Si pasas a hacer 40, hay espacio para otras miradas", concluye.