Proust sale del armario con ocho cuentos in¨¦ditos
La publicaci¨®n en Francia, la semana pr¨®xima, de unos relatos desconocidos del autor de 'En busca del tiempo perdido' es el gran acontecimiento de la ¡®rentr¨¦e¡¯
Son textos muy fin de si¨¨cle, con el inconfundible aroma decadente y sensual del cre?p¨²sculo del siglo XIX. Hay relatos policiacos, al estilo de Edgar Allan Poe, y uno que no ?desentonar¨ªa en una antolog¨ªa del g¨¦nero fant¨¢stico. En la manera de captar los movimientos del alma humana o en los esbozos de escenas y ?personajes se adivina el genio en estado de incubaci¨®n. Pero todav¨ªa son eso, esbozos: algunos sin terminar, otros imprecisos y mal resueltos; ejercicios de estilo, experimentos de laboratorio juvenil. Y todo con un tema de fondo, m¨¢s o menos expl¨ªcito, que en su tiempo pudo desaconsejar su difusi¨®n: la homosexualidad.
La publicaci¨®n en Francia, la semana pr¨®xima, de Le myst¨¦rieux correspondant et autres nouvelles in¨¦dites (El misterioso corresponsal y otros relatos in¨¦ditos) es el gran acontecimiento de la rentr¨¦e, el inicio de curso literario. El libro contiene nueve cuentos ¡ªocho in¨¦ditos¡ª de Marcel Proust (1871-1922), el autor de En busca del tiempo perdido. Publicado por ?ditions de Fallois y editado por el profesor Luc Fraisse, permite asomarse a lo que Bernard de Fallois, fundador de la editorial fallecido en 2018, llam¨® en uno de sus ensayos ¡°Proust antes de Proust¡±. Es decir, el escritor cuando todav¨ªa no lo era: el artista en pleno aprendizaje.
Los cuentos de El misterioso corresponsal¡ habr¨ªan podido encajar perfectamente en Los placeres y los d¨ªas, libro publicado, con escaso eco, en 1896, 17 a?os antes del primer volumen de su monumental ciclo novelesco. ?Por qu¨¦ Proust no los incluy¨®? ¡°Una raz¨®n es que quiz¨¢ no estaba satisfecho de estos relatos y los dej¨® de lado¡±, dice Fraisse en la sede de ?ditions de Fallois en Par¨ªs. ¡°Otra raz¨®n es que la mitad de estos relatos ponen en juego su homosexualidad¡±, a?ade. Una tercera raz¨®n es ¡°est¨¦tica¡±: ya hab¨ªa textos que evocaban la homosexualidad en Los placeres y los d¨ªas; a?adir m¨¢s lo habr¨ªa desequilibrado.
El cuento que da t¨ªtulo al nuevo libro es la historia de una mujer que requiere el amor de una amiga para curarse de una enfermedad mortal. Otros, como ¡®La conciencia de amarlo¡¯, no hablan directamente de la homosexualidad, pero presentan personajes que viven como una maldici¨®n su diferencia, sus ¡°delicadezas incomprendidas¡±, su vida en la que ¡°todo el mundo [le] har¨¢ da?o, [le] herir¨¢, aquellos a los que no amar[¨¢] y todav¨ªa m¨¢s a los que amar[¨¢]¡±. ¡°Los relatos muestran que, al contrario que uno de sus contempor¨¢neos como Andr¨¦ Gide, Proust lo vive como un drama¡±, apunta Fraisse.
Hac¨ªa d¨¦cadas que no se desvelaba una ficci¨®n in¨¦dita de Proust. La ¨²ltima se public¨® en los a?os cincuenta. Fue el propio Fallois quien descubri¨® Jean Santeuil, la novela que prefiguraba En busca del tiempo perdido. Tambi¨¦n el ensayo Contra Sainte-Beuve. Desde entonces se hab¨ªa publicado la correspondencia del escritor. Pero no las piezas de ficci¨®n que dormitaban en los archivos. Los cuentos de El misterioso corresponsal¡ ?pertenecen a la misma ¨¦poca que Los placeres y los d¨ªas, obra irregular de juventud. Proust fue el anti-Rimbaud, un caso ejemplar de autor que alcanz¨® su genio en la madurez, despu¨¦s de a?os de laborioso aprendizaje. S¨®lo con sus cuentos de finales del XIX, ser¨ªa un autor olvidado. El misterioso corresponsal¡ lo confirma.
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