Mala Rodr¨ªguez, Premio Nacional de M¨²sicas Actuales
La carrera de la andaluza, siempre h¨ªbrida, desacomplejada y sin l¨ªmites, ha sabido adaptarse a los tiempos y reflejar el curso de este pa¨ªs en los ¨²ltimos veinte a?os
Se ha dicho cientos de veces, pero no por ello la afirmaci¨®n es menos v¨¢lida: en el mundo de la m¨²sica pop es tan importante la conjunci¨®n de ingredientes como la forma de combinarlos. Y en eso, la ganadora del Premio Nacional de M¨²sicas Actuales 2019, Mar¨ªa Rodr¨ªguez Garrido (Jerez de La Frontera, 40 a?os), conocida art¨ªsticamente como Mala Rodr¨ªguez, llevaba ya unos cuantos cuerpos de ventaja sobre el resto de la escena hip hop estatal cuando irrumpi¨® como un cicl¨®n a principios de nuestro siglo. Es verdad que, para entonces, el grupo Solo los Solo, por ejemplo, ya hab¨ªan despuntado con su forma de escanciar esencias flamencas sobre ritmos y rimas. O que mujeres como Ari ¨CArianna Puello¨C ya destacaban en un estilo que, salvo casos muy puntuales, parec¨ªa durante los a?os noventa un coto de hombres. Pero Lujo Ib¨¦rico (2000) deslumbr¨® con raz¨®n, despachando unas nada desde?ables 67.000 copias (qui¨¦n las vendiera ahora), al tiempo que certificaba que hab¨ªa un lenguaje, una dicci¨®n y una tem¨¢tica plenamente aut¨®ctona con la que filtrar un g¨¦nero que parec¨ªa abocado al clich¨¦ prestado de otras latitudes. Con la Mala se intu¨ªa que hab¨ªa estrella para rato. Y as¨ª ha sido. Cuesti¨®n de genio. De personalidad. Y, sobre todo, de no quedarse nunca anclada en los mismos modismos. As¨ª hasta ahora mismo. Sus directos siguen siendo apabullantes, perpetuando un carisma y un sentido del espect¨¢culo muy raro de encontrar, y sus canciones siguen luciendo al¨¦rgicas al estancamiento y a los prejuicios.
Tras una d¨¦cada entera en la que el Premio Nacional de M¨²sicas Actuales ¨Cque otorga el Ministerio de Cultura y Deporte, dotado con 30.000 euros¨C se hab¨ªa adjudicado a m¨²sicos que ven¨ªan del pop, de la canci¨®n de autor, del folk o del flamenco en algunas de sus fusiones, es esta la primera vez que lo recoge una figura del ¨¢mbito del hip hop. O de las mal llamadas (a falta de mejor denominaci¨®n: en todo caso, sirve para entendernos) m¨²sicas urbanas, amalgama de estilos que surca la ola del cambio de paradigma que se anuncia durante los ¨²ltimos a?os, con las guitarras puestas en solfa y los discursos monocrom¨¢ticos (o menos propensos a la mezcla, a hibridarse) te¨®ricamente abocados a la obsolescencia. El jurado la reconoce como pionera en este estilo musical "que desde su aparici¨®n hace dos d¨¦cadas, se ha convertido en esencial en el terreno de la m¨²sica popular". El fallo subraya tambi¨¦n que "su aparici¨®n supuso una ruptura tanto por su m¨²sica, como por su actitud y letras, en un mundo dominado por los hombres".
No es una cuesti¨®n menor que el Premio Nacional de M¨²sicas Actuales reconoce el hip hop, porque parece sintonizar con el signo de los tiempos. Y adem¨¢s el razonamiento del jurado tiene su l¨®gica, a poco que echemos un vistazo a la evoluci¨®n de Mala Rodr¨ªguez y a las colaboraciones que luce en su amplio curr¨ªculo: Tego Calder¨®n, Juan Mag¨¢n, Julieta Venegas, El Guincho, Jota May¨²scula, Raimundo Amador, El Coleta o Kinder Malo. Puentes tendidos no solo al rap y cualquiera de sus vetas, sino tambi¨¦n al reggaet¨®n, al trap, al r¡¯n¡¯b, al electrolatino o al pop. Alianzas con figuras que podr¨ªamos considerar comerciales y otras m¨¢s bien underground, sin que los galones sean, ni mucho menos, determinantes. Su ejemplo, como reconoce el fallo del premio, ha sido tambi¨¦n inspirador (en m¨¢s de un sentido) para la actual tropa femenina del trap en castellano, figuras como La Zowi, Bad Gyal o Ms Nina.
Consciente de que muchos de esos estilos suponen una inevitable evoluci¨®n, pero tambi¨¦n de la necesidad de preservar la valiosa herencia recibida de parte de la generaci¨®n que sent¨® las bases del hip hop en este pa¨ªs, la artista andaluza ha esbozado, a lo largo de cinco ¨¢lbumes en movimiento continuo pero gestados sin prisas (solo cuando sent¨ªa que ten¨ªa algo importante que transmitir), un pu?ado de singles y proyectos compartidos, una mod¨¦lica l¨ªnea de continuidad entre pasado y presente. Y lo ha hecho dejando en el camino tal cantidad de apuntes sociales, raciales y de g¨¦nero, y una capacidad de adaptaci¨®n al medio y a los nuevos formatos (cuando emergi¨®, Internet andaba a pedales y las redes sociales eran una entelequia), que hacen de su m¨²sica tambi¨¦n un estupendo reflejo de lo que ha sido este pa¨ªs en los ¨²ltimos veinte a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.