Los superh¨¦roes que cre¨ªan que hac¨ªan el bien
La condena es una etapa en el camino de todo h¨¦roe, que ha de aceptar la incomprensi¨®n de aquellos semejantes por los que se sacrifica. Tal vez sea la ¨²nica forma de asimilar una pena como la del Supremo
The Boys (Amazon Prime Video) es una serie descacharrante y maravillosa basada en un c¨®mic de Garth Ennis (ante cuyo genio como guionista llevo inclin¨¢ndome desde el primer fasc¨ªculo de Predicador que cay¨® en mis manos). Los superh¨¦roes, idolatrados por las masas, desfacedores de entuertos y justicieros de malandrines, han alcanzado un poder sin precedentes. Amparados por una corporaci¨®n multimillonaria, han persuadido a todo el mundo de que son imprescindibles para que reinen la paz y la libertad.
Sin embargo, hace tiempo que andan fuera de control. Sus acciones enloquecidas provocan cientos de v¨ªctimas colaterales, y la corporaci¨®n en la que trabajan pone en jaque al Estado para imponer sus intereses. Los superh¨¦roes, en nombre del bien, han acabado encarnando el mal, poniendo en escena aquello de que el camino al infierno est¨¢ empedrado de buenas intenciones. Para el p¨²blico siguen representando lo mejor y m¨¢s puro, y muy pocos entienden que sus actividades est¨¢n llevando a la sociedad a un desastre.
No hay sentencia judicial en el mundo, por dura que sea, capaz de disuadir a un superh¨¦roe de que no act¨²a en el nombre del bien, de la verdad y de la justicia. Al contrario: la condena es una etapa en el camino de todo h¨¦roe, que ha de aceptar con estoicismo la hostilidad y la incomprensi¨®n de aquellos semejantes por los que se sacrifica. Tal vez sea esta la ¨²nica forma de asimilar una pena como la que ha dictado el Supremo.
Es el paisaje moral devastado que toda esta historia deja extramuros de las prisiones lo que deber¨ªa preocuparnos. Todos los da?os colaterales de los superh¨¦roes del proc¨¦s, la cantidad de cosas rotas que provoca el mesianismo, las cicatrices tiernas que cruzan las calles por las que pasaron los justicieros con sus capas y antifaces. Todo este campo de banderas deste?idas, todos estos gritos, ?para qu¨¦? ?Por qu¨¦? ?Hasta cu¨¢ndo?
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