El cine venezolano resiste en medio de la ruina
Las pel¨ªculas nacionales, sin dinero ni espectadores, luchan por ser exhibidas en su pa¨ªs
La ¨®pera prima del joven director venezolano Flavio Pedota se estrenar¨¢ el 31 de octubre en las salas de cine de Paraguay, Guatemala, Rep¨²blica Dominicana, Bolivia, Per¨², Vietnam, Jap¨®n, Taiw¨¢n, Corea del Sur, M¨¦xico y Estados Unidos. Infecci¨®n llegar¨¢ a 24 pa¨ªses, pero en Venezuela no se ver¨¢. En enero se iniciaron los tr¨¢mites en el Centro Nacional Aut¨®nomo de Cinematograf¨ªa (CNAC), que otorga el certificado de producci¨®n nacional necesario para que un filme se proyecte en salas, pero 10 meses despu¨¦s el cineasta acumula papeles y no tiene respuesta.
¡°La ley de cine dice que debemos contar con un registro como pel¨ªcula nacional para establecer las cuotas de pantalla. Pero nos dijeron que el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, ten¨ªa que ver el filme y aprobarlo, algo que no est¨¢ en la ley. Nos pidieron otra serie de requisitos, volvimos a hacer el proceso de cero con los cambios que nos dijeron las autoridades, hasta les organizamos una proyecci¨®n. Al final ya no nos responden las llamadas y nos cancelan las reuniones¡±, cuenta Pedota. El cineasta, de 31 a?os, reside ahora en M¨¦xico, a donde se mud¨® hace dos a?os para completar la posproducci¨®n de su obra y termin¨® qued¨¢ndose por las mismas razones por las que millones de venezolanos emigran.
El cine tampoco lo tiene f¨¢cil en Venezuela. Y?Pedota no es el ¨²nico que se ha topado con trabas, retrasos o intentos de censura en Venezuela, donde canales de noticias como CNN o DW han sido obligados a dejar de emitir. Este mes, un tribunal dict¨® una sentencia para prohibir la proyecci¨®n del documental Chavismo: la peste del siglo XXI, del activista Gustavo Tovar, en una universidad. A este se suman otros documentales que tampoco se han podido exhibir en salas de cine y han quedado relegado a circuitos reducidos con escasa promoci¨®n, como El pueblo soy yo de Carlos Oteiza; Las mujeres del caos venezolano, de Margarita Cadenas; El ¨²ltimo a?o de Congo Mirador, de Anabel Rodr¨ªguez; Kuyujani envenenado, de Alexandra Henao o Est¨¢ todo bien, de Tuki Jencquel, que tuvo una ¨²nica funci¨®n durante del Festival de Cine Venezolano de M¨¦rida, que se realiz¨® en Caracas ante la crisis el¨¦ctrica y de combustible en el interior del pa¨ªs. Aunque todos estos largos han recorrido el mundo a trav¨¦s de festivales, ¡°son pel¨ªculas que est¨¢n en una zona gris y el que las pasa puede ser amenazado¡±, asegura Bernardo Rotundo, director de Gran Cine, una asociaci¨®n dedicada a la promoci¨®n y distribuci¨®n del s¨¦ptimo arte nacional.
Infecci¨®n tambi¨¦n ha estado en varios cert¨¢menes, desde el Fear Festival en Canad¨¢ hasta Sitges en Barcelona. En Venezuela, en cambio, el papeleo extra que le exigieron para acreditar su cinta como nacional incluy¨® enviar los permisos de la polic¨ªa y de la petrolera estatal PDVSA, por aparecer en el largometraje una patrulla y una gasolinera. Incluso los documentos de un avi¨®n, aunque, despu¨¦s de muchas explicaciones, lograron hacer entender a los funcionarios que no era real, que lo hicieron por computadora. Sin embargo, todo esto no fue suficiente.
Cine venezolano en Bogot¨¢
De la mano de la migraci¨®n, y a pesar de los frecuentes desencuentros pol¨ªticos entre dos pa¨ªses que comparten 2.200 kil¨®metros de frontera, la actividad cultural venezolana se hace cada vez m¨¢s palpable en Colombia. Pel¨ªculas que batallan para ser exhibidas en Caracas se proyectan ahora en Bogot¨¢. La quinta edici¨®n del Festival Binacional de Cine Colombia Venezuela (FBCCV) demuestra que, a pesar de las adversidades, la cultura tiende puentes.
Seis largometrajes venezolanos podr¨¢n verse en la capital colombiana del 24 al 30 de octubre en las salas de la Avenida Chile, el Gimnasio Moderno y la Universidad del Rosario. La muestra incluye los filmes de ficci¨®n La familia, de Gustavo Rond¨®n; Historias Peque?as, de Rafael Marziano, y Voy por ti, de Carmen La Roche. En los documentales figuran Cabrujas en el pa¨ªs del disimulo, de Antonio Llerandi y Bel¨¦n Orsin; CAP 2 intentos, del cineasta e historiador Carlos Oteyza, sobre el fallecido presidente venezolano Carlos Andr¨¦s P¨¦rez; y El vendedor de orqu¨ªdeas, de Lorenzo Vigas, sobre su padre, el pintor Osvaldo Vigas. En una fecha por definir, una selecci¨®n colombiana se exhibir¨¢ en Caracas.
La pel¨ªcula es la primera del genero de zombis que se hace en Venezuela. Es tambi¨¦n un filme que tiene como tel¨®n de fondo la apocal¨ªptica cotidianidad del pa¨ªs, su devastadora crisis econ¨®mica, pol¨ªtica y social. Pedota cree que la denuncia que contiene es lo que motiva el veto gubernamental. ¡°En esta pel¨ªcula se habla sobre el desabastecimiento, la desinformaci¨®n, la migraci¨®n, las libertades. Es una epidemia zombi en la Venezuela actual, que muestra c¨®mo hubiese actuado el Gobierno que tenemos. Sin embargo, Nicol¨¢s Maduro no tiene relevancia, sale en alg¨²n televisor brevemente. No es una pel¨ªcula pol¨ªtica, es comercial y cl¨¢sica de este g¨¦nero, que es mi favorito, pero que tambi¨¦n permite hacer muchas alegor¨ªas sobre la situaci¨®n del pa¨ªs¡±, valora.
Sin dinero ni espectadores
Una asamblea a sala llena reuni¨® en agosto a cineastas y productores para declarar que el sector estaba en emergencia. No hay dinero para hacer pel¨ªculas. La que ha sido una de las legislaciones m¨¢s provechosas para la industria, reformada en 2005 y que multiplic¨® la producci¨®n hasta el punto de que en 2014 hubo un pico de 30 estrenos de pel¨ªculas nacionales, se muestra ahora moribunda frente a la voraz crisis econ¨®mica. La Ley de Cinematograf¨ªa Nacional dio soporte a un fondo de fomento del cine que se val¨ªa de aportaciones de la taquilla, de los ingresos por publicidad y de suscripciones tanto en la televisi¨®n de pago como la de se?al abierta.
En ese descarnado encuentro, los cineastas recordaron tiempos mejores, cuando el mismo CNAC ¡ªque ahora no entrega el certificado a la pel¨ªcula de Pedota¡ª pod¨ªa otorgar el equivalente de hasta 500.000 d¨®lares a una pel¨ªcula. Pero la brutal devaluaci¨®n de la moneda ha hecho que las aportaciones actuales no lleguen ni a 500 d¨®lares al cambio actual. La ca¨ªda del consumo y de los espectadores ha suprimido casi totalmente esta v¨ªa de financiaci¨®n. Tanto que Pedota ha realizado Infecci¨®n gracias a familiares, amigos, una campa?a de micromecenazgo en la plataforma Kickstarter y la coproducci¨®n de la empresa mexicana Desenlace. La historia fue grabada entre los pueblos de Cagua, Turmero y la ciudad de Maracay, en el centro de Venezuela. All¨ª, un fantasmal hotel abandonado se convirti¨® en locaci¨®n del filme. Sin embargo, en el pa¨ªs, no hay recursos para hacer cine, ni tampoco qui¨¦n lo vea.
Apenas 128.000 personas en Venezuela ¡ªque tiene 28 millones de habitantes¡ª van, en promedio, cada fin de semana al cine, seg¨²n datos de 2019. La cifra, que viene cayendo hace varios a?os, es un 15,7% m¨¢s baja que en 2018. La asistencia anual media a las salas de cada venezolano es de 0,5: es decir, uno de cada dos nunca acude a un cine en 12 meses, seg¨²n datos del a?o pasado del Observatorio Audiovisual Europeo. Por comparar, en Colombia o en Espa?a asciende, respectivamente, a 1,3 y a 2,1. Un boleto cuesta 3,5 d¨®lares, m¨¢s de un tercio del salario m¨ªnimo (ocho d¨®lares, unos siete euros). El fin de semana pico fue el del estreno de Vengadores: Endgame: la pel¨ªcula, que rompi¨® r¨¦cords en todo el mundo, sum¨® 258.000 espectadores.
Rotundo se?ala que la poca gente que va a las salas prefiere ver el cine de Hollywood antes que una pel¨ªcula nacional, por lo que el promedio de asistencia a estrenos venezolanos ronda la ¨ªnfima cifra de 12.000 espectadores a lo largo de toda la exhibici¨®n de la obra, con lo que ni siquiera se recupera la inversi¨®n. Con una taquilla tan deprimida, los realizadores postergan las proyecciones en el pa¨ªs, a la espera de un mejor momento. ¡°Eso desestimula al productor nacional. Estrenar en el pa¨ªs es simplemente algo rom¨¢ntico, pues la debacle de la exhibici¨®n es tal que los cineastas prefieren no proyectarlas en Venezuela porque al final van a perder dinero¡±. En lo que va de a?o, apenas cuatro pel¨ªculas venezolanas han sido estrenadas en las salas del pa¨ªs.
Rafael Marziano termin¨® Historias peque?as?despu¨¦s de cinco a?os de trabajo. Es una composici¨®n intimista de cinco agudos relatos que ocurren en la periferia de los confusos d¨ªas de abril de 2002, cuando le hicieron un golpe de Estado a Hugo Ch¨¢vez. Su cinta, que gan¨® el Festival de Cine Venezolano donde lograron verla unas 200 personas en una ¨²nica funci¨®n, ha viajado por el mundo y ahora se exhibe en la Mostra de Sao Paulo. Esta semana estar¨¢ en Colombia en el quinto Festival de Cine Binacional. En Venezuela sigue sin fecha de estreno. ¡°El cine venezolano est¨¢ diciendo cosas. La vida nos est¨¢ forzando a contarlas y a entenderlas, el arte no necesita mercado, est¨¢ cumpliendo su funci¨®n de talism¨¢n, de linterna, de se?uelo¡±, se consuela el realizador y tambi¨¦n director de la Escuela Nacional de Cine.
Babelia
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