Una app recupera a las mujeres recluidas en los manicomios del franquismo
El CSIC y un grupo de artistas crean 'Al viento', que pone la realidad aumentada al servicio de la memoria hist¨®rica
Puedes hacerte un selfi con Adela y acompa?arla mientras la escuchas hablar de su vida como interna en la Casa de Dementes de Santa Isabel, en Legan¨¦s (Madrid): ¡°An¨²lame de tu vida, pero ?por dios! D¨¦jame al lado de mis hijos¡±, escribe a su marido. Es una carta que nunca llegar¨¢ a su destino. ¡°?T¨² sabes d¨®nde me has enviado? ?T¨² tienes idea siquiera de lo que es un manicomio?¡±, le reprocha. Adela vivi¨® encerrada en el manicomio, desde el inicio de la dictadura, lejos de sus cinco hijos, por su dependencia de la morfina, ¨²nico remedio que le calmaba los dolores de la endometriosis que padec¨ªa. Su marido la encerr¨® all¨ª y 75 a?os despu¨¦s ha sido liberada por la artista Toxic Lesbian, el grupo insPIRADAS y el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), que han creado una app que rescata su historia y su presencia del olvido.
Han puesto las nuevas tecnolog¨ªas al servicio de la memoria hist¨®rica, han hecho que la realidad aumentada haga conscientes a los usuarios de Al viento de la presencia que tiene el pasado en sus vidas. Han roto con el silencio con el mismo m¨¦todo que se cazan Pok¨¦mon por la calle. Desde el dispositivo m¨®vil pretenden que Espa?a debata sobre lo ocurrido. Adela es la primera de las historias de mujeres represaliadas en psiqui¨¢tricos durante la posguerra que ir¨¢n apareciendo, poco a poco, en la aplicaci¨®n.
La intenci¨®n es clara: ¡°No pasar al lado del dolor con indiferencia, porque no se puede contar la sociedad sin contar el dolor y sin contar con ellas. No podemos estar permanentemente ajenas al sufrimiento. Puede ser duro, pero es muy satisfactorio recuperar la justicia. La injusticia s¨ª que es sufrimiento¡±, sostiene Toxic Lesbian en su estudio, mientras muestra c¨®mo Adela aparece, de repente, en el pasillo de su casa capturado por su smartphone. Est¨¢ sentada y escribe la carta ah¨ª, junto a una gran cristalera de un luminoso edificio de Malasa?a, en 2019, interpretada por Leticia Moya, componente del colectivo insPIRADAS.
¡°Espa?a ha sido pura profilaxis hasta el momento. Ha preferido no tocar su memoria, pero es importante que las mujeres nos construyamos una idea de qui¨¦nes hemos sido y de lo que hemos sufrido. Necesitamos crear nuestro propio relato y descubrir la represi¨®n para acabar con esta sociedad de esp¨ªritu cr¨ªtico adormecido¡±, explica Toxic Lesbian, cuya obra se levanta a partir del uso y reconversi¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas en prop¨®sitos comunitarios, no comerciales. Desactivar el sistema desde el coraz¨®n del mismo (est¨¢ ya disponible gratuitamente en Google Play y ha sido producida con las Ayudas a la Creaci¨®n de la Comunidad de Madrid).
Conocieron la historia de Adela gracias al libro?Cartas desde el manicomio (publicado por Catarata el a?o pasado), donde los especialistas en psiquiatr¨ªa Olga Villasante, Ruth Candela, Ana Conseglieri, Paloma V¨¢zquez de la Torre, Raquel Tierno y Rafael Huertas recopilaron las experiencias de aquel internamiento tal cual las relataban los enfermos, desde 1852 hasta 1952. El proyecto de Toxic Lesbian se centra en el uso pol¨ªtico de la psiquiatr¨ªa durante la dictadura, ¡°con las t¨¦cnicas de represi¨®n que el doctor Vallejo-N¨¢jera se trajo de la Alemania nazi¡±, explica la artista. ¡°Entran sin diagn¨®sticos y acaban trastornadas¡±, a?ade.
Era importante rescatar el d¨ªa a d¨ªa en el manicomio, con la ausencia de derechos de las mujeres recluidas. Era importante, tambi¨¦n, recuperar la primera persona de las v¨ªctimas. ¡°Su propia voz. Las enfermas con diagn¨®stico de salud mental han sido marginadas y siguen si¨¦ndolo. Pero se est¨¢n empoderando con sus propias experiencias y una dimensi¨®n pol¨ªtica¡±, cuenta la artista.
La presencia inquietante de Adela en nuestro entorno m¨¢s ¨ªntimo advierte de la soledad y la invisibilidad en la que han permanecido estos testimonios y estas mujeres. ¡°La sociedad ser¨ªa mucho menos violenta si escuch¨¢semos m¨¢s a las mujeres. As¨ª que ahora hemos hecho una app, ?nos escuchar¨¦is m¨¢s ahora o seguir¨¦is cazando Pok¨¦mon Go e ignor¨¢ndonos?¡±, se pregunta Toxic Lesbian, que define?Al viento como una obra de arte sin objeto, es decir, una obra de arte ¡°anticapitalista¡±. Muestra fotos de Adela junto a la lavadora o en el centro de un grupo de mujeres que la observan y atienden. Es el idioma que hablan los m¨¢s j¨®venes, la realidad reconstruida en sus m¨®viles, porque ¡°a ellos hay que hacerles reflexionar para que no calen los lenguajes fascistas¡±, dice la artista, empe?ada en aumentar la realidad para no olvidarse de las mujeres.
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