Carlos do Carmo: ¡°Sinatra fue un gran fadista¡±
El legendario cantante se despide de los escenarios con dos conciertos en Lisboa
Carlos do Carmo (Lisboa, 1939) a¨²n no ha cantado en p¨²blico este a?o. Pero el embajador del fado ¡ªcon un Grammy, el Goya y cinco millones de discos vendidos¡ª, dar¨¢ su ¨²ltimo concierto en Lisboa, el 9 de noviembre. ¡°Tengo 80 a?os, creo que es hora de dar las gracias e irse¡±.
A este fadista universal le gusta hablar con el p¨²blico, explicarles las canciones y las cosas de la vida. ¡°Yo tengo un maestro, al que no conoc¨ª personalmente, Frank Sinatra. De ¨¦l aprend¨ª que estar en el escenario es recibir a la gente en casa, y es lo que hago. Me gusta cantar y hablar con las personas que han venido a visitarme. Si es solo para o¨ªrme cantar, que vayan al disco¡±. ?l es de esos artistas que llenan el escenario con su voz. No necesitan juegos de luces, ni cuerpos de baile saltando, para captar el inter¨¦s del auditorio. ¡°En cinco d¨¦cadas he visto una evoluci¨®n continua de la figura del artista y un aumento de la importancia de la imagen. Las mujeres con espectaculares vestidos, los hombres, preocupados por su reloj. No lo entiendo, el oro es la palabra. No vale que la tecnolog¨ªa te haga m¨¢s de la mitad del trabajo. Hay que conseguir que el p¨²blico sienta como suya la historia de tres minutos que le est¨¢s cantando. Cuando se consigue la conexi¨®n de alma, coraz¨®n y voz, hay fado. Eso lo lograba Sinatra; para m¨ª ¨¦l fue un gran fadista¡±.
Durante medio siglo, Do Carmo ha sido el embajador del fado por el mundo; no siempre fue tan f¨¢cil como ahora, ni siquiera en Portugal. ¡°En los primeros a?os de la Revoluci¨®n de 1974 se identific¨® el fado con la dictadura. Luch¨¦ mucho contra ese malentendido. En el siglo XIX, el fado era una canci¨®n de protesta, de los sindicalistas, del pueblo, una canci¨®n fuerte, intensa. Con la dictadura, se dulcific¨® y cant¨® al amor y al desamor. Cuando empez¨® nuestro camino de libertad, para romper esa mala fama grab¨¦ en 1977 Un hombre en Libertad con poes¨ªas de Ary dos Santos¡±.
Do Carmo nunca ha evitado identificarse pol¨ªticamente. A¨²n sigue firmando manifiestos de apoyo a l¨ªderes izquierdistas. ¡°No soy de ning¨²n partido. Si un artista milita, no dir¨¦ que le falta libertad, pero s¨ª que est¨¢ condicionado. No hay democracia sin partidos, los respeto, pero el tiempo me ha ido ense?ando que en cada rinc¨®n hay alguna cosa buena. Ahora Portugal disfruta de un raro privilegio, un presidente y primer ministro que no son corruptos, y eso en los d¨ªas que corren es extraordinario. En 1974 ten¨ªamos 36% de analfabetismo; hoy hay educaci¨®n gratuita. Hay problemas, pero los avances son grandes¡±.
En casa Do Carmo pone mucha m¨²sica ¡°sin voces¡±. Protagonista de 21 ¨¢lbumes en estudio, siete en directo y otros tantos recopilatorios, le horroriza escucharse. ¡°No soy perfeccionista, aunque exigente s¨ª. En el estudio te enfrentas a la idea de la perfecci¨®n, haces un gran esfuerzo, repites y repites hasta dar el OK, vuelves a la semana siguiente y lo que oyes te parece insoportable. En el escenario no pasa; con los errores y con todo, me encanta. Ah¨ª manda el coraz¨®n y el sentimiento de la vida¡±.
El int¨¦rprete de Lisboa, menina e mo?a habla de la tareas pendientes para las nuevas generaciones de fadistas: ¡°Hay mucho talento, pero se necesita hacer algo que no es tradici¨®n entre la gente del fado. Se necesita cultura, leer e interesarse sin miedo por la pol¨ªtica. Saber cu¨¢ndo hay que hablar de pol¨ªtica, y saber hacerlo. No hay que temer perder al p¨²blico. Hay una frase de un showman estadounidense: ¡®El secreto para tener ¨¦xito no lo s¨¦, pero para el fracaso s¨ª lo s¨¦, y es querer agradar a todos¡±.
En su mesa hay un mont¨®n de papeles con letras de canciones. Asoma Ne me quitte pas, de Jacques Brel, ¡°el mejor¡±, y un libro de poes¨ªa de Herberto H¨¦lder: ¡°Me gustar¨ªa cantarle, pues nadie lo ha hecho a¨²n¡±. Pero con estos planes choca su af¨¢n por retirarse. ¡°Cantar es un privilegio, aunque hay que parar. Hay que saber agradecer. Coincido con Mastroianni cuando le preguntaron por su profesi¨®n: ¡®Me pagan, cuidan de m¨ª y, de cuando en cuando, me dan premios. ?Qu¨¦ m¨¢s quieres?¡¯. Es la finitud y la reconozco porque la he visto de cerca en tres ocasiones. Digamos que estoy preparado¡±.
Carlos do Carmo ha cancelado varios recitales para concentrarse en lo dos ¨²ltimos Lisboa. ¡°En diciembre cumplir¨¦ 80 a?os de edad, 57 de ellos los he pasado cantando. Es mucho tiempo; me sorprende que la gente no est¨¦ cansada¡±.
Babelia
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