Anna Caball¨¦ gana el Premio Nacional de Historia

En su despacho en la Universidad de Barcelona, Anna Caball¨¦ (Hospitalet de Llobregat, 1954), Premio Nacional de Historia por Concepci¨®n Arenal, la caminante y su sombra (Taurus), recuerda que su pasi¨®n por la biograf¨ªa naci¨® entre los libros que su padre, abogado, ten¨ªa en su peque?a biblioteca. ¡°Los ¨²nicos libros que no eran de derecho o sobre la guerra civil, eran sobre Napole¨®n¡±, recuerda. Fue leyendo sobre la vida de Napole¨®n que se despert¨® su inter¨¦s por la vida de figuras clave de la Historia con may¨²sculas. ¡°No hab¨ªa libros infantiles a mi alcance, as¨ª que me acostumbr¨¦ a devorar vidas de personajes importantes. Recuerdo haber le¨ªdo la biograf¨ªa de Maria Antonieta por esa ¨¦poca¡±, relataba ayer. De esa ¨¦poca data el inicio de su lucha por defender el tipo de biograf¨ªa que le ha valido el Nacional de Historia.

¡°Mi empe?o ha sido siempre el de ofrecer otra perspectiva a lo biogr¨¢fico, partir de la comprensi¨®n psicol¨®gica del personaje y analizar la evoluci¨®n de su personalidad en el contexto de su obra y del momento¡±, aventuraba, mientras el tel¨¦fono no dejaba de sonar. La hoy profesora de Literatura Espa?ola, y autora de al menos un centenar de art¨ªculos y m¨¢s de una docena de libros relacionados con la literatura auto/biogr¨¢fica, recuerda de qu¨¦ manera el estructuralismo de Barthes y Foucault, ¡°al decretar la muerte del autor¡±, trat¨® de restarle importancia ¡°a la persona¡± para otorg¨¢rsela por completo ¡°al texto¡±, algo con lo que ella estuvo desde el principio en desacuerdo. ¡°Venimos de una larga etapa de descr¨¦dito a un tipo de investigaci¨®n que cree firmemente en la contribuci¨®n de los individuos, y en su singularidad, a la marcha del mundo¡±, sentenciaba.

Caball¨¦ considera la distinci¨®n ¡°un aval¡±, ¡°un voto de confianza¡±, a su intento de ir todo lo lejos que le sea posible en la comprensi¨®n de la figura que se decide a estudiar. ¡°Yo creo mucho en la biograf¨ªa como forma de conocimiento del ser humano. Nos ayuda a comprender mejor su complejidad y a ponernos en el lugar del otro, aspecto fundamental de la pol¨ªtica del esp¨ªritu que defend¨ªa Arenal. Porque la luz convive con la oscuridad. En ese sentido, yo he entendido el premio como un reconocimiento a la figura de Concepci¨®n Arenal y eso es algo que se le deb¨ªa¡±, dice. Su libro, un portentoso retrato de la escritora y madre del feminismo espa?ol, le permiti¨® descubrirla como pensadora y darse cuenta de que sus preocupaciones ¡°en parte son las nuestras hoy¡±.

?A qu¨¦ se refiere? ¡°Se preocup¨® por cosas hoy siguen preocup¨¢ndonos, como la desigualdad social, la desigualdad de g¨¦nero, y la necesidad de fomentar una educaci¨®n plena que haga comprender que los individuos son sujetos de derechos pero tambi¨¦n de obligaciones¡±, contesta. A Caball¨¦ le interesan, por encima de todo, ¡°las estructuras profundas de la creaci¨®n, todo aquello que mueve los hilos de una vida, de una vocaci¨®n y de un texto¡±. De ah¨ª que lea, en paralelo, la obra y la producci¨®n autobiogr¨¢fica de todo aquel autor que le resulta interesante, y cuando est¨¢ escribiendo, se da cuenta de que funciona cuando es capaz de aventurar las reacciones de su objeto de estudio.

En el caso de Arenal, confiesa, ha sido ¡°especialmente dif¨ªcil¡± meterse en su piel. Y una vez lo ha hecho, lo que m¨¢s le ha sorprendido y le ha inquietado es ¡°la atracci¨®n que sent¨ªa por el sufrimiento, por el dolor propio y, sobre todo, ajeno. Elabor¨® una teor¨ªa del dolor que a m¨ª, personalmente, me ha servido de mucho¡±, a?ade. Si tuviera que quedarse con un diario de los cientos que ha le¨ªdo se quedar¨ªa con el de Christa Wolf, y si pudiera encarnar a otro investigador de lo humano, encarnar¨ªa a Stefan Zweig, cuyos libros siempre la rodean. ¡°Recuerdo de jovencita pensar m¨¢s de una vez que un d¨ªa yo quer¨ªa hacer lo mismo, es decir, tratar el pasado con el mimo y la sutileza con que lo hace ¨¦l¡±. Y lo ha conseguido.

?