¡®La peste¡¯ ve la luz

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¡®La peste¡¯ transforma las calles de Sevilla en un gran tablero de realidad alternativa

Peste de vocalizaci¨®n, por ?lex Grijelmo

Cine del bueno en la serie ¡®La peste¡¯, por Carlos Boyero

Que La peste es una de las mayores apuestas de Movistar + en ficci¨®n ya se conoc¨ªa desde su primera temporada. Que su importante presupuesto, que ascend¨ªa a 10 millones de euros entonces (no se ha comunicado el coste de la segunda), luc¨ªa de sobra en la pantalla tambi¨¦n se pudo comprobar ya en aquel comienzo, visualmente deslumbrante y con una gran recreaci¨®n y ambientaci¨®n de ¨¦poca. Sin embargo, en aquellos primeros seis episodios la trama no terminaba de cuajar y la oscuridad de la imagen y algunas dificultades de sonido empa?aron el resultado y la conversaci¨®n en torno al programa.?

Hoy se estrenan los seis episodios de la segunda temporada de este drama ambientado en la Sevilla de finales del siglo XVI. La epidemia de peste ha quedado atr¨¢s. La acci¨®n se retoma cinco a?os despu¨¦s en un reinicio argumental que permite que cada entrega funcione de forma aut¨®noma. Ahora el peligro est¨¢ en la corrupci¨®n que lleva a La Gardu?a, la mafia, a hacerse con el control de los bajos fondos de la ciudad. El nuevo Asistente ¡ªla persona que estaba al frente del Cabildo de la ciudad, una especie de alcalde de la ¨¦poca¡ª llega decidido a imponer su ley y acabar con el hampa. Este punto de partida sirve para hilar una interesante trama con buenas dosis de acci¨®n y aventuras. Uno de los problemas de la primera temporada queda as¨ª solucionado con a la pericia del guionista Rafael Cobos, que ejerce ahora como m¨¢ximo responsable de la serie: esta vez la historia s¨ª que engancha e interesa.?

Formalmente, mantiene los alt¨ªsimos est¨¢ndares de producci¨®n y un cuidado en el aspecto visual que impacta y que destaca sobre muchas otras ficciones espa?olas. La mano de Alberto Rodr¨ªguez al frente de la direcci¨®n de los dos primeros episodios se nota en el mimo de cada encuadre, y David Ulloa logra mantener el nivel en los cuatro siguientes. Los marcados claroscuros de la imagen reflejan las luces y las sombras de la sociedad en la que viven los personajes. Tambi¨¦n destaca un reparto bien equilibrado con Pablo Molinero, Patricia L¨®pez Arn¨¢iz, Jes¨²s Carroza, Estefan¨ªa de los Santos y Federico Aguado al frente.

Otra lecci¨®n que han aprendido los responsables de la serie: los espectadores ven donde y cuando quieren los cap¨ªtulos, y no tiene por qu¨¦ ser en una televisi¨®n con alta definici¨®n con las persianas bajadas, ni mucho menos en un cine. Aunque cuenta con muchas escenas que se desarrollan de noche o en lugares oscuros, ahora se ve mejor lo que ocurre en la oscuridad. Se agradece esa luz extra que se percibe en esas escenas, siempre sin llegar a iluminar en exceso. Porque la noche es oscura y m¨¢s cuando no hay luz el¨¦ctrica. Tambi¨¦n esta vez se escuchan mejor los di¨¢logos, otro de los aspectos que hab¨ªa que pulir.

Como ser¨ªa deseable que ocurriera siempre en la vida, La peste sabe aprender de los errores de su pasado para desmarcarse como una estupenda muestra de virtuosismo formal muy entretenida.