?Usted cree que la gente entiende lo que quiere decir?

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El plano imposible del pol¨ªtico segund¨®n

Deja que te explique qu¨¦ son las elecciones, bonita

Esta semana me montaron una fiesta para inaugurar un festival literario que dirijo en Madrid, y me pidieron que escogiera un documental para proyectar en una sala. Ten¨ªa que ser una obra que se relacionase con mi mundo est¨¦tico. Ped¨ª F for Fake, de Orson Welles. Es un falso documental que cuenta la historia del falsificador de arte Elmyr de Hory. La pel¨ªcula juega a confundir al espectador, hasta que este no sabe discriminar la verdad de la ficci¨®n.

Uno de los asistentes se me acerc¨® y me dijo: "Usted ha escogido esa pel¨ªcula de Welles porque resume sus ideas sobre que todos los relatos son ficciones, ?verdad?". As¨ª es, le respond¨ª. "?Y usted cree que la gente va a entender esa sutileza?". Le contest¨¦ que si la hab¨ªa entendido ¨¦l, no hab¨ªa raz¨®n para que no la entendiese cualquiera, pero cuando se march¨® me qued¨¦ rumiando. Tendr¨ªa que haberle dicho: me da lo mismo. No me importa que no me entiendan, como no le importaba a Welles y como no deber¨ªa importarle a nadie que se dedique a este oficio, tan emparentado con los antiguos vendedores de crecepelo, que consiste en contar historias.

Si te importa demasiado que te entiendan bien, tienes que explicarte, y explicarse es como exprimir una naranja cuando ya no tiene zumo. Una sobreexplicaci¨®n puede ser pertinente en el Congreso de los Diputados o en Barrio S¨¦samo, pero entre adultos es una groser¨ªa. Si no permites que tu interlocutor se pregunte qu¨¦ has querido decir, de qu¨¦ vas o ad¨®nde quieres ir a parar, le est¨¢s tratando como a un imb¨¦cil. Para sobreexplicar, ya est¨¢n los pol¨ªticos que se abrazan y subrayan con su abrazo lo que no est¨¢n seguros de saber transmitir con palabras, como si se dirigieran a analfabetos que necesitan mirar las estampitas para entender lo que sucede.