Rodrigo Fres¨¢n: ¡°Terminar k.o. en el combate por el estilo es m¨¢s ¨¦pico que no subirte al ring¡±
El escritor argentino culmina con la hecat¨®mbica ¡®La parte recordada¡¯ su tr¨ªptico sobre la disfuncional familia Karma y un escritor que dej¨® de escribir
Apasionadamente, pues de nada es capaz de hablar Rodrigo Fres¨¢n (Buenos Aires, 1963) sin pasi¨®n, se apresura a indicar que el tr¨ªptico que acaba de cerrar tiene 2.001 p¨¢ginas. Dice tr¨ªptico y no trilog¨ªa porque, especifica, ¡°su mecanismo es el de un biombo¡± que se cierra sobre s¨ª mismo. Bajo el t¨ªtulo La Parte Contada, incluye La parte inventada, La parte so?ada y la reciente La parte recordada (Literatura Random House). Obsesionado como est¨¢ con el cl¨¢sico de Stanley Kubrick ¡ªal que ha dedicado al menos un centenar de p¨¢ginas en el conjunto de su obra, se dir¨ªa que es uno de los astros alrededor de los que orbita: los otros, A Day in the Life y, por extensi¨®n, el Sgt. Pepper¡¯s Lonely Hearts Club Band de los Beatles, y, por qu¨¦ no, Vlad¨ªmir Nabokov¡ª, le parece una excelente se?al.
Ha creado su particular monolito, dice, hecho de p¨¢ginas de una historia que contiene todas las historias que ha escrito hasta la fecha, un vertiginoso tornado que, como el de Dorothy, le llev¨® lejos de Kansas durante un tiempo ¡ªnada menos que 10 a?os¡ª para devolverle a la torre de V. ¡ªprefiere no mencionar las ciudades que s¨ª existen¡ª, si no cambiado, cuando menos exhausto. Durante todo ese tiempo estuvo encerrado en la cabeza del narrador ¡ªun escritor que ha dejado de serlo: un excritor¡ª reconstruyendo, en todas direcciones y en todas a la vez, su vida a partir de lo creado (en la primera parte), lo so?ado (en la segunda) y lo vivido (en la tercera). Narrador que habla de s¨ª mismo ¡°en una primer¨ªsima tercera persona¡± y que convive torbellin¨ªsticamente con sus obsesiones.
Ese narrador colecciona ep¨ªgrafes ¡ªtan maravillosos como el que sigue: ¡°Dir¨ªa que la imaginaci¨®n es una forma de memoria¡±, de Vlad¨ªmir Nabokov, figura en la que esta tercera parte se detiene especialmente, evitando ser ¡°vampirizada¡± por Marcel Proust, ¡°el due?o del verbo recordar¡±¡ª y amontona historias familiares ¡ªde los disfuncionales Karma, encabezados por el par de padres ni?os ausentes del protagonista y su hermana, la famosa escritora bronteniana Pen¨¦lope¡ª y se pierde sobre todo aqu¨ª en el recuerdo. Un pormenorizado y ca¨®tico recuento del tiempo perdido plagado del esp¨ªritu pop ¡°maniaco referencial¡± made in Fres¨¢n, llev¨¢ndolo hasta sus ¨²ltimas consecuencias.
El autor carga contra lo que no le gusta, empezando por lo que llama ¡°la literatura del m¨ª: del m¨ªrame¡±
Para Fres¨¢n, como para Nabokov, padrino y casi motor del volumen que cierra tan hecat¨®mbico esfuerzo ¡ªtres tipos de letra, digresiones infinitas, la ¨²nica trama, la imparable construcci¨®n de un palacio de la memoria en el que todos los espejos reflejan a ratos al autor, a ratos al narrador, siendo este ¨²ltimo ¡°una especie de Mr. Hyde¡± del propio escritor¡ª, la ¨²nica biograf¨ªa posible de un autor es aquella que puede leerse en su estilo. ¡°El estilo es un ¨¦xito que resulta del fracaso¡±, apunta Fres¨¢n. ¡°Terminar knockout en el combate por el estilo es m¨¢s ¨¦pico que no subirte al ring ¡ªa?ade¡ª. Mi sensaci¨®n es la de que escribo como grababa George Martin: ecualizando¡±. Solo que en este caso se lo ha permitido todo.
¡°El idioma del libro es el descarrilamiento¡±, confiesa el escritor que, como el narrador de la historia ¡ªy aqu¨ª todo lector curioso podr¨¢ ir recogiendo datos directamente extra¨ªdos de la biograf¨ªa del autor¡ª, quiso ser escritor ¡°antes siquiera de haber aprendido a leer y a escribir¡±. ¡°Podr¨ªa decirse que hay tres mandamientos en esta novela. El primero es que la realidad est¨¢ sobrevalorada. El segundo, que podr¨ªa biografiarse a un autor a partir de su estilo, y el tercero es el que tiene que ver con resignarse a la fatalidad de ser argentino y que tu tema sea el universo entero. Los latinoamericanos no somos tan regionales como c¨®smicos¡±, dice.
Es consciente Fres¨¢n de que sus novelas ¡°son habitaciones de una misma casa cuyas luces vas encendiendo y apagando, y tal vez no baj¨¦ a¨²n al s¨®tano ni sub¨ª al altillo, pero s¨¦ que est¨¢n ah¨ª¡±. Lo que distingue a este tr¨ªptico es la mencionada apuesta por la falta de l¨ªmites ¡ªalgo que empez¨® a explorar en Mantra, la novela que escribi¨® porque Claudio L¨®pez Lamadrid, su editor, se lo pidi¨®: ¡°Podr¨ªa decirse que aqu¨ª culmina algo que empez¨® entonces¡±, comparte¡ª y un sincero juego de espejos. Fres¨¢n se observa desde lejos ¡ªlos t¨ªtulos de los libros del narrador son el reverso de los suyos propios, hasta una vicepresidenta del Gobierno le regala uno de ellos a un socio pol¨ªtico como ocurri¨® con Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, La parte inventada, y Oriol Junqueras¡ª y carga contra todo lo que no le gusta, empezando por lo que llama ¡°la literatura del m¨ª: del m¨ªrame¡±.
¡°Ese enfado no es m¨ªo, pero es cierto que le irritan muchas cosas que a m¨ª tambi¨¦n, aunque ¨¦l est¨¢ mucho m¨¢s resentido; al fin y al cabo, no puede escribir¡±, y eso, en cierto sentido, le est¨¢ matando. ¡°Para volver a escribir tendr¨ªa que enfrentarse a una serie de cosas a las que no quiere enfrentarse¡±, dice. Por eso no lo hace. No hay forma de desligar el acto de la escritura del acto del recuerdo ¡ª¡°toda literatura es literatura del yo y no solo la literatura del m¨ª¡±, apostilla¡ª, a menos que seas como Ikea, el escritor collage de otros escritores que, en realidad, m¨¢s que escritor ¡°es un trabajador de la literatura¡± y algo as¨ª como el archivillano del tr¨ªptico que Fres¨¢n espera que se lea ¡°como una ¨²nica novela¡±, la novela ¡°en la que m¨¢s se ha escrito sobre no escribir¡± y que muestra a un personaje ¡°en ca¨ªda o ascenso libre¡±.
La parte recordada. Rodrigo Fres¨¢n. Literatura Random House, 2019. 768 p¨¢ginas. 23,90 euros.
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