La Biblioteca Nacional se interesa por el archivo de C¨ªrculo de Lectores

La Biblioteca Nacional de Espa?a (BNE) ha pedido al Grupo Planeta la cesi¨®n del archivo de C¨ªrculo de Lectores para su conservaci¨®n, despu¨¦s de que el que fuera el club de lectura m¨¢s grande del estado, con un mill¨®n y medio de socios, anunciara hace apenas tres semanas su cierre. El inter¨¦s ha trascendido despu¨¦s de que este diario informara este s¨¢bado de que C¨ªrculo de Lectores ¡ªen manos de Planeta desde que en 2014 adquiriera la totalidad de las acciones a Bertelsmann, que lo cre¨® en 1962¡ª hab¨ªa enviado una carta a los gestores de los derechos de escritores como Mario Vargas Llosa, Carmen Mart¨ªn Gaite, Francisco Ayala y Juan Goytisolo, en las que se les anunciaba que hab¨ªa puesto en marcha una ¡°operaci¨®n de destrucci¨®n parcial¡± de ejemplares de la colecci¨®n de sus Obras Completas, uno de los proyectos editoriales e intelectuales m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas en Espa?a.

La mayor¨ªa de esas misivas se enviaron en la segunda mitad del pasado octubre y el 7 de noviembre se anunciaba el cierre de C¨ªrculo de Lectores. Fue tras esa noticia cuando la instituci¨®n entr¨® en contacto con Planeta para tratar de incorporar su fondo.¡°Lo que se envi¨® era una carta administrativa tipo que sali¨® sin que quienes la tramitaran supieran de estas negociaciones; en absoluto hab¨ªa ni hay en la casa la voluntad de destruir nada del patrimonio de C¨ªrculo de Lectores¡±, quisieron puntualizar ayer a este diario fuentes de Planeta, dejando entrever ahora la posibilidad de que se hubiera tratado de un error t¨¦cnico.¡°No hay nada cerrado porque todo es muy reciente; hasta ahora han sido unos intercambios de correos electr¨®nicos y alguna conversaci¨®n telef¨®nica; en realidad, la primera reuni¨®n no la tendremos hasta el d¨ªa 10 ¨® 11 de este diciembre¡±, fija, por su parte, la directora de la BNE, Ana Santos.

El inter¨¦s de la instituci¨®n por estos fondos de C¨ªrculo de Lectores (¡°su historia forma parte de la cultura escrita de este pa¨ªs, fue un fen¨®meno editorial y sociol¨®gico¡±, cree Santos) se enmarca en la ¡°pol¨ªtica de captaci¨®n activa¡± de archivos patrimoniales que viene realizando tambi¨¦n la BNE en el ¨¢mbito del sector editorial. As¨ª, se tratar¨ªa de conservar tanto el archivo de papel como el digital, que incluye tambi¨¦n libros electr¨®nicos. Como es ¡°muy f¨¢cil apagar un ordenador y que todo desaparezca¡±, seg¨²n Santos, la Biblioteca Nacional ya tendr¨ªa esa parte del fondo bajo su control. En relaci¨®n con el de papel (formado en gran parte por unos 25.000 vol¨²menes, as¨ª como documentaci¨®n administrativa y unos miles de vinilos), la BNE valorar¨¢ su contenido y se quedar¨¢ ¡°con todo lo que no tengamos ya mediante el dep¨®sito legal; no tiene sentido que repitamos material¡±.

Sobre el futuro de esa documentaci¨®n y bibliograf¨ªa sobrante y la pol¨¦mica comunicaci¨®n de destrucci¨®n parcial de ejemplares que comunic¨® C¨ªrculo de Lectores a diversos tenedores de derechos, Santos se muestra optimista. ¡°La sensaci¨®n es que deben tener mucho fondo y no saben bien qu¨¦ hacer con esos miles de ejemplares; creo que deber¨ªan hacer una pol¨ªtica de donaciones p¨²blicas¡±, asegura la responsable del centro. Y apunta una salida muy concreta: ¡°Deber¨ªan dirigirse a municipios peque?os, donde las dificultades para comprar materiales son duras y las bibliotecas aguantan por el esfuerzo de entregados bibliotecarios; antes que destruir hay que hacer que eso sea accesible para todos; seguro que acabar¨¢n don¨¢ndolo¡±.