La literatura de los que sobran
Cuatro escritores de Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador conversan en la FIL sobre el estallido de indignaci¨®n social que se vive en sus pa¨ªses
Am¨¦rica Latina se ha echado a las calles para protestar contra la desigualdad, el machismo y la impunidad. La ecuatoriana Mar¨ªa Fernanda Ampuero, el colombiano Felipe Restrepo Pombo, la chilena Arelis Uribe y el boliviano Wilmer Urrelo son ciudadanos de cuatro de los pa¨ªses en los que la protesta est¨¢ siendo m¨¢s radical. Invitados a la FIL de Guadalajara, los cuatro se sentaron a analizar para EL PA?S la convulsa situaci¨®n que se vive pese a la especificidad de cada uno de sus pa¨ªses.
Arelis Uribe. Hay puntos comunes en los estallidos en toda Latinoam¨¦rica. Otras veces ha pasado: si miramos la historia de las independencias vemos que ocurrieron en periodos parecidos.
Felipe Restrepo Pombo. Claramente se ha dado un efecto domin¨®, pero no en todos lados est¨¢ siendo lo mismo.
Mar¨ªa Fernanda Ampuero. En Ecuador hubo un intento de desestabilizar al Gobierno con infiltrados entre los manifestantes, pero m¨¢s all¨¢ de eso hay una indignaci¨®n genuina por la subida de la gasolina que provoca que todo aumente un 10% o 15%. Y la gente dijo a sus pol¨ªticos: ¡°No me cargues el transporte p¨²blico, que t¨² no usas. Estoy harto de no llegar a fin de mes, vivir con deudas, que mis hijos nunca tengan una oportunidad frente a los tuyos¡±. Lo que pasa en Am¨¦rica Latina se resume esa frase chilena: es el baile de los que sobran. Estamos bailando los que sobramos.
A.U. En Chile est¨¢n torturando, violando, desaparece gente.
Wilmer Urrelo. En Bolivia es m¨¢s complejo. Hubo un fraude electoral descarado y todo se derrumb¨®. Ya hay 38 muertos. Creo que no hubo golpe de Estado, hubo una insurrecci¨®n popular con muchas cabezas. El partido de Evo est¨¢ fracturado por dentro.
F.R.P. En Colombia el proceso de paz ha marcado estos a?os de una manera muy violenta. Ha polarizado la opini¨®n p¨²blica y ha devuelto a la derecha al poder, con Iv¨¢n Duque. Adem¨¢s pas¨® una reforma tributaria, que provoc¨® este descontento ignorando a una clase m¨¢s popular. Cuando se gener¨® la disidencia de las FARC, empezaron otra vez acciones militares y uno de los bombardeos mat¨® a 18 ni?os. El Gobierno lo ocult¨® y esto desencaden¨® una moci¨®n de censura y la renuncia del ministro de Defensa. Fue la gota que derram¨® el vaso. Hubo un paro nacional y la respuesta del Gobierno fue militarizar las ciudades desde el primer d¨ªa diciendo que la izquierda agitaba esa manifestaci¨®n. Hasta puntos delirantes como el expresidente Pastrana, que dijo que todo estaba siendo orquestado por Santos y Timochenko desde la FIL.
A. U. Adem¨¢s de la desigualdad, hay otro elemento com¨²n que tiene que ver con un vac¨ªo, hay una crisis tan grande que la institucionalidad empieza a disolverse y emerge el miedo a la guerra civil. Es una batalla entre una institucionalidad moribunda y una calle cada vez m¨¢s enardecida. Y no hay l¨ªderes.
M.F.A. Lo que se ha llamado paz en Latinoam¨¦rica por 500 a?os es que pobres, ind¨ªgenas y clases trabajadoras est¨¦n callados. Y solo hablen los hombres.
Pregunta. El feminismo ser¨ªa otro punto en com¨²n.
M.F.A. En Ecuador tenemos una ministra del Interior. Es muy criticada. La llaman fascista. Pero a pesar de todo lo que se destruy¨® no sac¨® a los tanques como s¨ª creo, perd¨®n, que hubiera hecho un hombre. No cay¨® en esa cosa visceral de ¡°los matamos ahorita¡±. Respir¨® y se lo pens¨®.
F.R.P. En Colombia las m¨¢s poderosas despu¨¦s de Duque son tres mujeres y las tres han sido tremendamente violentas. Sin embargo, quien mejor ha le¨ªdo la situaci¨®n es la nueva alcaldesa de Bogot¨¢, Claudia L¨®pez, que apoy¨® con inteligencia las reivindicaciones de la calle. Es el nuevo tipo de l¨ªderes que se necesita. Por supuesto, mujeres, pero no mujeres con mirada machista.
M.F.A. Una cosa linda de Ecuador es que el movimiento feminista naci¨® del movimiento ind¨ªgena. De la fuerza de las ind¨ªgenas. No puede ser coincidencia que en se est¨¦n levantando todas las mujeres de Latinoam¨¦rica con un solo canto, el de Lastesis.
P. ?La literatura est¨¢ reflejando esa Am¨¦rica convulsa?
F.R.P. Lleva a?os retratando el malestar. Esto es algo estructural. Y en la literatura ese tel¨®n de fondo siempre est¨¢ ah¨ª: la desigualdad, la violencia, el machismo.
Cuatro voces, la misma indignaci¨®n
Mar¨ªa Fernanda Ampuero. Guayaquil, Ecuador, 1976. Cronista y escritora, ha publicado en revistas de pa¨ªses como Ecuador, Espa?a, Italia, Brasil o M¨¦xico y es autora del libro de cuentos Pelea de gallos.
Felipe Restrepo Pombo. Bogot¨¢, Colombia, 1978. Director de la revista Gatopardo y autor de la novela Formas de evasi¨®n y la biograf¨ªa Francis Bacon: retrato de una pesadilla, form¨® parte de la selecci¨®n Bogot¨¢ 39.
Arelis Uribe. Santiago de Chile, 1987. Colaboradora de la revista The Clinic, en 2016 public¨® el libro de cuentos Quiltras y, un a?o m¨¢s tarde, la recopilaci¨®n de columnas de opini¨®n Que explote todo.
Wilmer Urrelo.La Paz, Boliva, 1975. Autor de dos novelas polic¨ªacas, Mundo negro y Fantasmas asesinos, en 2012 recopil¨® sus cuentos en el volumen Todo el mundo cumple sus sue?os menos yo.
P. ?En qu¨¦ libros?
F.R.P. En Colombia, los de Juan Gabriel V¨¢squez, H¨¦ctor Abad, Laura Restrepo o Santiago Gamboa.
M.F.A. Dentro de Latinoam¨¦rica tambi¨¦n hay niveles y Ecuador es como el traspatio del traspatio. Vemos a los otros pa¨ªses con ilusi¨®n. Por eso, cuando lleg¨® a mis manos un libro llamado Quiltras [de Uribe, sentada a su lado] dije: ¡°Hijueputa, est¨¢n tan jodidos como nosotros. ?Esta gente, que es la Suiza de Am¨¦rica! Otra novela importante para m¨ª es La Virgen cabeza, de Gabriela Cabez¨®n C¨¢mara, argentina. De Argentina ten¨ªamos la idea de que todo va bien, pero vienen estas mujeres ¡ªSelva Almada, Mariana Enr¨ªquez, Samantha Schweblin¡ª a decirnos que est¨¢n en la mierda. Todo este movimiento de mujeres s¨ª est¨¢ contando una violencia que es social: el servicio dom¨¦stico, la relaci¨®n con la naturaleza, con los ind¨ªgenas, con la pobreza...
F.R.P. Otro libro revelador de eso es La perra, de Pilar Quintana. Habla de los rezagados, las mujeres violadas, la periferia¡
W.U. Nosotros nos pasamos los noventa evitando hablar de Bolivia y de los problemas sociales. A partir del 2000, surgieron voces que revisitaban la historia del pa¨ªs y hablaban de la sociedad. En un libro como En el cuerpo una voz, de Maximiliano Barrientos, est¨¢ el pa¨ªs fracturado, pero en general no es tan evidente.
M.F.A. Te voy a contradecir sobre Bolivia, perdona. Pienso en Magela Baudoin, Liliana Colanzi o Giovanna Rivero. Ya no es el momento de buscar en el realismo social el retrato de Latinoam¨¦rica. Ya no se trata de escribir El general en su laberinto. Mariana Enr¨ªquez utiliza el g¨¦nero fant¨¢stico y no he visto un retrato mejor del horror de la desigualdad.
A.U. La literatura chilena de los noventa era toda supercuca, como de los barrios altos, con los mismos problemas universales: se enamoraban, sufr¨ªan¡ Todo con apellido ingl¨¦s y una enorme chimenea. Luego surgi¨® una generaci¨®n que narra el Chile de la clase media baja: Alejandro Zambra, Diego Z¨²?iga, Paulina Flores¡. Bola?o se adelant¨® a eso y habla mucho de los suburbios, de la violencia en M¨¦xico, de los feminicidios. He escuchado mucho en esta feria, y me sorprende, el mito de que Chile ten¨ªa de todo. Qu¨¦ mentira. No es que la gente pase hambre, es que come mierda, vive en casas que se caen a pedazos pero tiene un televisor gigante. Por eso ha sido tan importante el periodismo, el trabajo de una revista como The Clinic. O un libro como Los fusileros, de Juan Cristobal Pe?a, que narra c¨®mo un grupo de guerrilleros urbanos no logr¨® matar a Pinochet.
M.F.A. En Ecuador hay mucho exilio econ¨®mico y an¨ªmico, pero a veces un pa¨ªs se cuenta mejor desde fuera. Mauro Javier C¨¢rdenas escribi¨® desde EE UU Los revolucionarios lo intentan de nuevo, sobre la decepci¨®n del corre¨ªsmo.
A.U. La novela y la cr¨®nica tienen roles distintos. A veces siento que la ficci¨®n es un lujo y tienes que narrar lo que est¨¢ pasando, decir: ¡°Cr¨¦elo, es verdad, vi a esta persona y esto le sucedi¨®¡±.
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