Elena Poniatowska: ¡°Fue un abuso de un hombre adulto con una muchacha encandilada¡±

A Elena Poniatowska se le ha resquebrajado el sosiego que hasta hace unas semanas la abrazaba en su hermosa casa del barrio mexicano de Chimalistac, rodeada de orqu¨ªdeas, libros, retratos familiares en sepia y acompa?ada de sus gatos, Monsi ¡ªel macho¡ª y Vais ¡ªla hembra¡ª, un homenaje a su gran amigo el tambi¨¦n escritor Carlos Monsiv¨¢is. El ¡°chisme¡±, como lo llama, la tiene ¡°estupefacta¡±, dice a EL PA?S mientras toma a sorbos una taza de t¨¦. Se refiere al hecho de haber desvelado que sufri¨® en 1954 una agresi¨®n sexual del escritor Juan Jos¨¦ Arreola y la respuesta de la familia Arreola, que ha desacreditado p¨²blicamente la veracidad de sus palabras. Aunque mantiene la discreci¨®n sobre el caso, est¨¢ convencida de que su denuncia ¡°es muy importante¡± en un pa¨ªs donde son asesinadas 10 mujeres al d¨ªa y ellas sufren todo tipo de abusos. ¡°Esto se revel¨® por casualidad y nunca por una voluntad m¨ªa¡±, dice. ¡°Creo que es muy importante proteger a las mujeres, sobre todo en M¨¦xico¡±.

El abuso ocurri¨® cuando Poniatowska era una joven escritora que asist¨ªa a los talleres literarios de Arreola por recomendaci¨®n de una amiga. Ella llev¨® textos period¨ªsticos que no interesaron al escritor, que le pidi¨® que le presentara una pieza literaria. Era su disc¨ªpula y estaba ¡°encandilada¡± con lo que describe como un ¡°discurso apantallador, que te seduc¨ªa. Arreola era un gran actor de sus sentimientos¡±. ?l era un hombre casado con tres hijos, 14 a?os mayor que ella. ¡°Yo no sab¨ªa lo que era un seductor y ¨¦l lo era con sus alumnas. Lo sucedido lo determinar¨ªa como un abuso de un hombre adulto con una muchacha totalmente encandilada, que adem¨¢s sal¨ªa de un convento de monjas y, es horrible decirlo, pero que no sab¨ªa lo que le estaba sucediendo¡±. ?Se comportaba as¨ª Arreola con todas las mujeres del taller? ¡°Solo con las bonitas¡±, responde Poniatowska. ?Pudo haber abusado Arreola de otras chicas? ¡°No tengo idea. Yo no puedo decir eso. Incluso si lo supiera no me toca a m¨ª decir esas cosas¡±.

Fruto de la agresi¨®n sexual naci¨® su primer hijo, Emmanuel Mane Haro Poniatowski. Poniatowska (Par¨ªs, 87 a?os) se march¨® a Francia y luego a Italia, a un convento donde dio a luz. ¡°Nadie me dirig¨ªa la palabra, porque era un convento de novicias y de monjas y al llegar una g¨¹era con una panza no era bien visto¡±. Y aunque mantuvo correspondencia en aquella ¨¦poca con el escritor, fallecido en 2001, asegura que decidi¨® guardar silencio. Hasta ahora, m¨¢s de seis d¨¦cadas despu¨¦s, cuando lo ocurrido ha aflorado tras la publicaci¨®n de su libro El amante polaco, donde la premio Cervantes cuenta lo sucedido sin identificar al personaje, que aparece citado como ¡°el maestro¡±. ¡°Estoy sola. No s¨¦ qu¨¦ es el amor. Lo que me ha sucedido. El catre, la amenaza, el ataque nada tiene que ver con lo que le¨ª en los libros¡±, escribe Poniatowska. Ese personaje sali¨® a la luz en una entrevista que la autora concedi¨® en noviembre al mismo peri¨®dico donde debut¨® como periodista en su juventud, el Exc¨¦lsior. ¡°Me da pudor, porque no es nada del estilo de mi familia. Yo s¨¦ que a mi madre y a mi padre los enfermar¨ªa, porque es algo de lo que hemos guardado totalmente silencio. Mi hijo ya tiene 64 a?os. ?Imag¨ªnate, 64 a?os de silencio!¡±.

Aunque asegura que lo sucedido la marc¨®, tambi¨¦n es generosa en relaci¨®n con su experiencia al lado de Arreola. ¡°Me cambi¨® toda mi vida. Yo era una ni?a bien, privilegiada, y me ayud¨® mucho, porque me acerqu¨¦ a much¨ªsima gente a la que no me hubiera acercado¡±. Lo que no entiende es la reacci¨®n de la familia Arreola de desacreditar sus palabras. En una misiva p¨²blica bajo el t¨ªtulo Fe de erratas y dirigida a ¡°los lectores y seguidores de Juan Jos¨¦ Arreola¡±, la familia del escritor se refiere a la denuncia de Poniatowska y de la pianista Tita Valencia, que tambi¨¦n ha revelado recientemente que fue v¨ªctima de maltrato psicol¨®gico de Arreola. ¡°Con tristeza y molestia hemos le¨ªdo las recientes declaraciones de dos conocidas autoras que, efectivamente, sostuvieron relaciones sentimentales con nuestro padre y abuelo¡±, arrancaba el comunicado. ¡°La verdad de los hechos de aquellos a?os se ha transformado hoy en una injusta narrativa de falsedades que no podemos soslayar¡±, a?ade el texto. Los Arreola tambi¨¦n hicieron p¨²blicas cartas originales de Poniatowska y Valencia dirigidas a Juan Jos¨¦ Arreola. ¡°Me qued¨¦ muy asombrada de que hubieran guardado una carta. Me dio ternura la carta, el papel, la m¨¢quina. Finalmente es una carta en la que ellos se ponen la soga al cuello, porque ah¨ª le digo a Juan Jos¨¦: cuida mucho de tus hijas, no vengas. No le pido nada a ¨¦l¡±, responde ahora Poniatowska, que sin embargo se niega a profundizar en el caso de Valencia.

¡°Pienso que la familia cometi¨® un error. En la novela yo lo llamo el maestro (a Arreola), nunca aparece su nombre. Yo ni siquiera pens¨¦ que ¨¦l, estando casado, podr¨ªa compartir sus cartas y que la familia las guardara, ?para qu¨¦? Estoy estupefacta con todo este asunto, jam¨¢s me lo esper¨¦¡±. Aunque el abuso lo mantuvo en silencio, ahora la autora de La noche de Tlatelolco reconoce que era un runr¨²n en el ambiente literario. ¡°Desde muy joven, cuando iba a hacer entrevistas, sent¨ªa que debajo dec¨ªan ah¨ª viene la muchacha que le pas¨® eso. Hab¨ªa una atm¨®sfera, o una sensaci¨®n de que ya se sab¨ªa, ese rumor. Pero yo segu¨ª trabajando y hasta la fecha¡±.

Sentada en un sill¨®n de su sal¨®n, con la gata Vais en su regazo, Poniatowska espera que la controversia desatada desaparezca y pueda volver a su trabajo, a encerrarse en su estudio para corregir la segunda parte de El amante polaco. Adem¨¢s, dice, quiere que desaparezca el sentimiento de culpa que la ha envuelto desde que se hizo p¨²blico el abuso. ¡°Tengo una formaci¨®n de ni?a de convento de monja, de cat¨®lica, me siento culpable de todo. Van a decir que yo me puse a provocarlo, a bailar encuerada [desnuda] el chachach¨¢ delante de ¨¦l¡±. ¡°Me parece imposible", agrega, "que ahora sea yo a la que sientan en el banquillo de los acusados¡±.

El tema ha sido muy comentado en las redes sociales, pero la escritora prefiere mantenerse al margen. ¡°Las redes son muy crueles¡±, dice. Lo que s¨ª la llena de ¨¢nimos es la solidaridad que le han demostrado amigas escritoras. Una de ellas le env¨ªo una carta escrita a mano en la que le hace llegar ¡°el afecto y comprensi¨®n de las miles de mujeres a las que les has dado voz¡±. Poniatowska reconoce que su caso puede alentar a otras mujeres a no callar los abusos, ahora que en M¨¦xico se consolida un movimiento feminista que denuncia la violencia de hombres poderosos. ¡°Yo estoy totalmente con ellas. Me considero feminista¡±.