La financiaci¨®n de la BBC, en el punto de mira de Boris Johnson
El nuevo primer ministro amenaza con diluir la tasa que sostiene al ente p¨²blico
En la batalla, aunque sea pol¨ªtica, la neutralidad no se perdona. La BBC ha recibido ataques y cr¨ªticas por todos los lados -desde el bando conservador y desde el laborista- por la cobertura de las pasadas elecciones generales en el Reino Unido y de la campa?a previa. La diferencia est¨¢ en que le primer ministro Boris Johnson cuenta ahora con todo el poder, despu¨¦s de su arrolladora victoria del pasado jueves, y parece dispuesto a usarlo para saldar cuentas con la cadena p¨²blica.
El ala dura de los tories, que se ha convertido en la guardia pretoriana de Johnson, ha estado siempre convencida de que los profesionales de la BBC no se esforzaban en disimular un sesgo anti Brexit y un claro rechazo a la figura de su candidato. La primera respuesta del nuevo equipo de Downing Street fue ordenar, el pasado s¨¢bado, que ninguno de los ministros acudiera como invitado al programa de radio Today, en Radio 4, una de las emisoras de la corporaci¨®n. Junto a la decisi¨®n, fuentes gubernamentales citadas por varios medios brit¨¢nicos anunciaron su intenci¨®n de "eliminar la participaci¨®n" en ese programa en el futuro.
Mucho m¨¢s amenazador, sin embargo, ha sido rescatar de inmediato la idea sugerida por el propio Johson en repetidas ocasiones de "despenalizar" el impago del impuesto al que todo ciudadano que ve la BBC (en su televisor, en su ordenador o en cualquier otra pantalla) est¨¢ obligado. Supone unos 184 euros anuales (62 euros, ante la remota posibilidad de que alguien siga teniendo un monitor en blanco y negro) y es una fuente de financiaci¨®n fundamental para la cadena p¨²blica. Hasta ahora, negarse a pagarlo y ver "clandestinamente" los contenidos emitidos conlllevaba serias advertencias por correo, la amenza de una inspecci¨®n in situ y una posible penalizaci¨®n de hasta 1.200 euros.
"El primer ministro ya ha dejado claro que revisaremos este asunto, y ha dado instrucciones a ese respecto. Creo que es justo se?alar que los ciudadanos tienen grandes dudas y reparos sobre la criminalizaci¨®n del impago de la licencia televisiva", ha dicho el ministro del Tesoro, Rishi Sunal, este domingo en la propia BBC.
"Despenalizar el impago de la licencia podr¨ªa suponernos una p¨¦rdida de hasta 240 millones de euros en ingresos que afectar¨ªan a todos aquellos contenidos y servicios de los que tanto disfruta nuestra audiencia", ha dicho un portavoz de la cadena p¨²blica.
La batalla entre Johnson y la BBC ha ido aumentando en intensidad en los ¨²litmos meses. El punto ¨¢lgido se produjo en la recta final de la campa?a, cuando el prestigioso e incisivo periodista Andrew Neil, quien hab¨ªan entrevistado a todos los candidatos en su programa, reproch¨® en directo al conservador que no hubiera querido participar en el programa. Puso en duda que fuera un pol¨ªtico que inspirara confianza y lanz¨® ante la c¨¢mara todas las preguntas que hab¨ªa preparado para una entrevista que nunca lleg¨® a producirse.
Tambi¨¦n los laboristas se sienten agredidos por la cobertura que de ellos han realizado los espacios informativos del ente. Desde la "demonizaci¨®n" que, seg¨²n la direcci¨®n del partido, se ha hecho durante los ¨²ltimos a?os de la figura de Jeremy Corbyn, al guante de terciopelo que, seg¨²n ellos, se ha utilizado con Johnson. Cree el principal partido de la oposici¨®n que la cadena edit¨® en muchos casos momentos embarazosos para el candidato conservador o no fue suficientemente duro con ¨¦l, parad¨®jicamente, cuando se neg¨® a ser entrevistado por Neil.
Huw Edwards, uno de los periodistas y presentadores m¨¢s venerados en la BBC y que condujo el especial de la cadena en la noche electroral, ha escrito en su blog una encendida defensa del resto de su compa?eros y ha advertido del clima de enfrentamiento que ha surgido en el Reino Unido, similar al que ya existe en Estados Unidos. "Un cinismo t¨®xico y acusaciones de sesgo -desde ambos lados del campo pol¨ªtico- est¨¢n a?adiendo muchas m¨¢s presiones sobre todo nuestro equipo. Y es evidente que el verdadero prop¨®sito de todos estos ataques es socavar la confianza en instituciones que han sido fuente de estabilidad durante muchas d¨¦cadas. A corto plazo, el objetivo es provocar caos y confusi¨®n", ha afirmado.
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