La entrevista con la que no se atreve Boris Johnson
Un presentador de la BBC reprocha al primer ministro brit¨¢nico su negativa a participar en su programa
Andrew Neil (Paisley, Escocia, 70 a?os) es un periodista que provoca opiniones para todos los gustos. Duro, encarado, incisivo, ¨¢gil, con una extraordinaria habilidad para despejar de sus entrevistas tonter¨ªas o argumentos de manual e informado al detalle, su plat¨® es sobre todo un mal trago que los pol¨ªticos deben superar cuanto antes y quit¨¢rselo de en medio. Hasta ahora. Boris Johnson, el candidato m¨¢s iconoclasta que ha tenido la pol¨ªtica brit¨¢nica en d¨¦cadas, hab¨ªa decidido que no beber¨ªa de ese c¨¢liz. La respuesta de Neil, en directo, frente a las c¨¢maras, ha provocado una convulsi¨®n en el Reino Unido y ha infligido al todav¨ªa primer ministro m¨¢s da?o que todos los ataques combinados de sus rivales. ¡°Llevamos semanas pidi¨¦ndole una fecha, una hora, un lugar para realizar la entrevista. Hasta ahora, no ha habido respuesta¡±, comenzaba Neil su intervenci¨®n en el programa Politics Live de la BBC. Acababa de entrevistar al ultranacionalista Nigel Farage. Y tanto ¨¦l, como el laborista Jeremy Corbyn o la liberaldem¨®crata Jo Swinson, hab¨ªan salido vivos pero con serios rasgu?os. El golpe final lo reservaba el periodista para el invitado ausente. ¡°Ning¨²n pol¨ªtico est¨¢ obligado a enfrentarse a un entrevistador si no lo desea, pero en la BBC llevamos d¨¦cadas haciendo estas entrevistas en la campa?a electoral para escrutar y exigir responsabilidad a aquellos que nos quieren gobernar. En esto consiste la democracia¡±, ha dicho.
Neil llevaba preparadas todas las preguntas que le hubiera querido hacer a Johnson. Pero m¨¢s all¨¢ de los detalles de cada una, que ha expuesto en l¨ªneas generales, la clave de todas ellas giraba en torno a la escasa confianza que genera el candidato conservador. ¡°?Por qu¨¦ en tantas ocasiones, a lo largo de su carrera como periodista o como pol¨ªtico, sus cr¨ªticos, e incluso sus aliados m¨¢s cercanos, han manifestado su absoluta desconfianza en el personaje?", se preguntaba.
Una a una, todas las contradicciones en que ha incurrido Johnson en los ¨²ltimos meses reafirmaban esa sospecha. Y Neil se ha limitado a enunciarlas, a modo de preguntas sin responder. ?De d¨®nde sale la promesa de 50.000 nuevos enfermeros y enfermeras? ?Cuenta ya con los 20.000 nuevos que ya se han incorporado? Ha prometido 40 nuevos hospitales. Solo se prev¨¦ la construcci¨®n de 6 hasta el 2025. Y sobre todo: ¡°No deja de prometer, en contra de las acusaciones laboristas, que nunca pondr¨¢ en la mesa de negociaci¨®n de un nuevo tratado comercial con EE UU nuestro Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en ingl¨¦s). Pero tambi¨¦n prometi¨® a sus socios parlamentarios del DUP (norirlandeses unionistas) que nunca habr¨ªa una frontera en el mar de Irlanda y la vamos a tener. Deber¨ªa entender que ese asunto para los norirlandeses es tan serio como para el resto de nosotros lo es el NHS¡±, ha dicho.
Quiz¨¢ el desaf¨ªo personal de Neil no provoque mucho da?o al candidato, pero la idea de que Johnson decida a su antojo d¨®nde comparece y d¨®nde no, y sobre todo la sensaci¨®n de que evita el peligro, har¨¢ mella en la imagen del candidato. ¡°No existe una ley ni una decisi¨®n del Tribunal Supremo que obligue al se?or Johnson a participar en una entrevista de la BBC. Pero si alcanza el puesto de primer ministro por voluntad de los votantes, le tocar¨¢ en alguna ocasi¨®n plantar cara al presidente Trump, al presidente Putin o al presidente Xi de China. No es mucho pedir que me plante cara a mi durante media hora¡±, ha concluido Neil su intervenci¨®n, que ha arrasado en las redes sociales.
Johnson ha dejado la tarea sucia de responder con agresividad a los portavoces del Partido Conservador: ¡°La gente est¨¢ harta de entrevistas en las que el periodista es el protagonista y donde no se deja de interrumpir al invitado. Es un formato agotado que tiene que cambiar, para poder atraer e informar de nuevo a los espectadores¡±, han dicho desde la formaci¨®n tory. El candidato se ha excusado amablemente por una campa?a agotadora que no le permite estar en todas partes. ¡°Voy a participar en dos debates, y he concedido 118 entrevistas. Pero resulta imposible acomodar a todo el mundo¡±, ha contestado entre risas y bufidos de queja.
De hecho, Johnson concedi¨® una entrevista a otra de las estrellas de la cadena, el periodista Andrew Marr, a pesar de que en un principio la televisi¨®n p¨²blica condicion¨® la celebraci¨®n de una a que la otra tuviera lugar. A eso se aferran los conservadores para denunciar la ¡°rabieta¡± de Neil. Pero el significado de toda esta pol¨¦mica va m¨¢s all¨¢ de la personalidad de un periodista sin duda conflictivo: ha sacado a la luz el miedo que existe en el equipo del candidato conservador a que se vea obligado, sin posibilidad de echar mano de sus peculiares bromas evasivas y salidas de tono, a tener que responder a sus muchas contradicciones.
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