¡®Los Simpson¡¯ cumplen 30 a?os: su mayor legado est¨¢ en Internet
La serie cumple tres d¨¦cadas marcada por las interpretaciones que hoy hacen de ella quienes crecieron vi¨¦ndola
Cuando a Matt Groening se le pregunta cu¨¢nto cree que durar¨¢n Los Simpson, su obra magna, contesta que espera que ¡°para siempre¡±. La serie semanal m¨¢s longeva de la televisi¨®n naci¨® un 17 de diciembre de 1989 en Fox, una compa?¨ªa que, recuerda Groening, ¡°en s¨ª misma era un experimento¡± por entonces. Hoy, pese al descenso en el n¨²mero de espectadores ¡ªel estreno lo vieron 3,2 millones de personas y la primera temporada en total, 30; ahora un cap¨ªtulo alcanza mill¨®n y medio¡ª, Disney, ahora propietaria de tan ic¨®nica familia, ha renovado la serie por dos temporadas m¨¢s. Ha alargado el brillante tormento de sus protagonistas, atrapados para siempre en un mundo que cada 22 minutos vuelve a la casilla de salida.
¡°A menudo me pasa que me encuentro con un actor famoso y le digo que deber¨ªa hacer un cameo en Los Simpson. La mayor parte de las veces me dice que ya lo hizo¡±, le dijo Gronening al peri¨®dico USA Today en una ocasi¨®n. La serie ha crecido tanto que ha escapado, por completo, al control de su creador, que a buen seguro vive m¨¢s o menos ajeno al uso que en las redes se hace de sus personajes. Y no solo en las redes, pues la familia amarilla ha sido objeto, en especial en la ¨²ltima d¨¦cada, de infinidad de subterr¨¢neos movimientos art¨ªsticos cuyo ¨²nico fin es el de liberarla de su condici¨®n instrumental. Darles, a todos ellos, por fin, la vida que podr¨ªan tener de no estar atrapados en el purgatorio al que han sido condenados. ¡°Los episodios nacieron como contenedores de ideas c¨®micas¡±, admiti¨® el propio Gronening. Hoy, la serie vive m¨¢s en las creaciones de quienes se han criado con ella que en televisi¨®n.
?Y en qu¨¦ convierte eso a los personajes? Despu¨¦s de 662 episodios, en aquello que debe cambiar para que nada cambie. Esa frase, que Marvel usa como lema, no es gratuita. La editorial de c¨®mics es el mayor contenedor de personajes con, en breve, siglos de vida (en realidad, DC es m¨¢s longeva, Superman naci¨® en 1938 y aun sigue mutando hasta el infinito) y su l¨®gica puede aplicarse sin ninguna duda a los habitantes de Springfield, en tanto que su huella en la cultura popular es ya del tama?o, o superior, a la de cualquier superh¨¦roe. Su familiaridad global los convierte no solo en un excelente material viral ¡ªse han creado cientos de millones de memes de Los Simpson¡ª sino tambi¨¦n en una mutante fuente de inspiraci¨®n que lucha contra la l¨®gica del mercado.
En 2012 se creaba un videojuego para m¨®vil, el exitoso Tapped Out, que en tres meses produjo 130 millones de d¨®lares de beneficios al equipo de Electronic Arts ¡ªy en un a?o alcanz¨® los 664, una cifra r¨¦cord¡ª. Mientras, Instagram ha registrado el culto a lo que se ha dado en llamar Scenic Simpsons, esto es, escenas que podr¨ªan pasar por inspirad¨ªsimos cuadros que obligan al que observar a detenerse en aquello que nunca se detiene: los escenarios que tan bien conoce sin sus protagonistas. As¨ª, por ejemplo, est¨¢ la mesa de la cocina, dos platos, dos sillas, en lo que aparece una abandonada cena rom¨¢ntica. Hay una vela entre los platos, y es una vela Charlie Brown, el m¨ªtico personaje de Schulz, con la cabeza derretida. No hay nadie. En alg¨²n momento, como espectadores, lo vimos, sin verlo. Su captura capta la tragedia invisible del producto de entretenimiento infinito.
En el mencionado videojuego, una suerte de Construye tu propio Springfield, los personajes son avatares sin m¨¢s personalidad que su aspecto f¨ªsico, y rob¨®ticas l¨ªneas de di¨¢logo. Pero existe tambi¨¦n en Internet un comic llamado Marge Simpson Anime: en esta creaci¨®n de la artista de origen indio Soolagna Majumdar, que se ha ido publicado en la red social Tumblr, el personaje maldito de Marge, la mujer que lo dej¨® todo para cuidar de su familia, la madre entregada, a ratos escapa a su condena y recuerda cuando todo era a¨²n posible, se llena de todas las vidas que nunca tendr¨¢ partiendo de una reflexi¨®n profunda sobre aquello de lo que escapa. Otro c¨®mic escrito conjuntamente por incontables internautas, Batkira, a¨²na el cl¨¢sico dist¨®pico japon¨¦s Akira con Los Simpson: resulta un un cat¨¢rtico ejercicio de destrucci¨®n masiva de Springfield que consiste en copiar, vi?eta a vi?eta, el cl¨¢sico manga sustituyendo a los protagonistas por personajes de Los Simpsons. A cada uno de ellos se les da da un papel liberador que les permite, por una vez, y lejos de un cap¨ªtulo, ser ellos mismos.
Y as¨ª parece que mientras el mercado, en su af¨¢n por seguir viviendo del producto, desdibuja tanto como puede a los personaje, los fans, que los saben perdidos en ese bucle infinito, les tienden la mano e imaginan otros mundos para ellos. Son mundos en los que crecen. En los que se permiten desear cosas. Estar tristes. No formar parte de una trama que no tenga que ver consigo mismos. Y al hacerlo, arrojan luz sobre la idea de la narrativa y de c¨®mo esta narrativa est¨¢ siempre ligada a la visi¨®n del autor. Es decir, evidencian de qu¨¦ manera las posibilidades de los personajes estar¨¢n siempre limitadas por los deseos de su creador.
Cuando a Matt Groening se le pregunta qu¨¦ le queda por hacer en el universo Simpsons, contesta que un parque tem¨¢tico. ¡°Con una figura de Homer gigante que tenga alojado un restaurante en su cabeza¡±, dice. ¡°Quiero a los visitantes comiendo en la cabeza de Homer¡±, a?ade. El bucle nunca va a detenerse.
Jamones al vapor: la escena que dio la vuelta al mundo
El 14 de abril de 1996 se emiti¨® en Estados Unidos un cap¨ªtulo de Los Simpson que acabar¨ªa haciendo historia de Internet. En una escena de 22 cortos sobre Springfield, el director del colegio, Skinner, acaba incendiando su propia cocina en su en¨¦simo intento por quedar bien con su superior, el superintendente Chalmers. Para salvar la situaci¨®n, compra hamburguesas de comida r¨¢pida y los hace pasar por "jamones al vapor". En 2009, empezaron a aparecer por Internet miles de variaciones de esa misma escena, con el mismo di¨¢logo absurdo, pero con est¨¦tica y tono completamente diferentes. Algunos la redibujaban a mano, otros la recreaban con personajes que nada tienen que ver con la serie. Hay versiones existencialistas, surrealistas y pol¨ªticas. Hoy, Jamones al vapor es una frase tan popular en el Internet anglosaj¨®n que es un g¨¦nero de v¨ªdeo en YouTube. Los supermercados Woolworth, en Australia, colgaron de broma un cartel en el pasillo de embutidos diciendo "No tenemos jamones al vapor, pero pueden encontrar hamburguesas en el pasillo de carnes". Les funcion¨®: como todo lo que corresponde con esa frase, el chiste se hizo viral. La historia, quiz¨¢ el mejor ejemplo del deseo por recontextualizar Los Simpson, funciona a la vez como un homenaje mundial al ingenio sin l¨ªmites de la serie y como muestra de las infinitas posibilidades de una sola escena.
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