La Italia fascista que se retrat¨® en la Guerra Civil
El Ministerio de Cultura adquiere la colecci¨®n fotogr¨¢fica que altos mandos de Mussolini regalaron al coronel Mart¨ªn-Pinillos durante la contienda
Se los ve desembarcando en C¨¢diz o a punto de cruzar el Ebro para la gran batalla, tambi¨¦n en sus peque?os carros de combate, que parecen de juguete, camino de Guadalajara, donde perdieron la ¨²nica batalla importante que ganaron las tropas republicanas en la Guerra Civil. Son fotograf¨ªas de episodios de la contienda espa?ola en los que participaron los soldados italianos del Cuerpo de Tropas Voluntarias, casi 50.000 hombres. Otras son de actos p¨²blicos en los que, por ejemplo, se ve al general Franco con su hija o condecorando a un soldado.
Como otras colecciones fotogr¨¢ficas del conflicto, esta ha permanecido d¨¦cadas en manos de particulares, hasta que por fin ve la luz. Son 212 im¨¢genes vintage en papel que pertenecieron al coronel Luis de Mart¨ªn-Pinillos (1877-1956), militar africanista que particip¨® en el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, luego fue gobernador militar de C¨¢ceres y, a partir del 29 de julio de 1937, Franco lo situ¨® al frente de la poderosa y temible Inspecci¨®n de los Campos de Concentraci¨®n de Prisioneros de guerra (ICCP), organismo encargado de articular el sistema represivo. Los servicios prestados al r¨¦gimen le vali¨® el ascenso a general.
Mart¨ªn-Pinillos no era fot¨®grafo, las im¨¢genes que estuvieron en su poder y ha adquirido el Ministerio de Cultura, por unos 15.000 euros a una nieta suya, fue un regalo de los amigos y aliados italianos. Mart¨ªn-Pinillos inici¨® esa relaci¨®n con los jefes de las tropas enviadas por Mussolini cuando pelearon juntos en el primer asedio a C¨¢diz, que lograron romper los republicanos. ¡°?l no hizo ning¨²n uso de esas fotos, han estado en manos de la familia. Se encontraban en una caja, pero en buen estado¡±, dice Teresa Engenios Mart¨ªn, jefa del Servicio de? Coordinaci¨®n Archiv¨ªstica, perteneciente al Ministerio de Cultura.
Casi todas las instant¨¢neas llevan al reverso el sello del Istituto Nazionale LUCE (Libera Unione Cinematografica Educativa), ¨®rgano de propaganda italiano, creado en 1920, que se puso a las ¨®rdenes de la Italia fascista desde 1924. Cuando estall¨® la Guerra Civil, el LUCE envi¨® a varios profesionales a Espa?a para loar las esperables haza?as b¨¦licas de sus tropas. Tuvo incluso una sede permanente en Salamanca, desde diciembre de 1936, dependiente de la Oficina de Prensa y Propaganda italoespa?ola, a cuyo frente estaba el periodista Guglielmo Danzi. Precisamente a este se lo ve en una de las instant¨¢neas del brazo del general Jos¨¦ Mill¨¢n-Astray, posando a las puertas de la Catedral nueva de Salamanca. Danzi era el enlace oficioso entre Franco y Mussolini.
Adem¨¢s del material para trabajar, llegaron a Espa?a un jefe de reparto, dos operadores cinematogr¨¢ficos, un fot¨®grafo y tres t¨¦cnicos. Hubo hasta tres reporteros que se dedicaron a aquella tarea, entre los que destac¨® Guido Giovinazzi. Su misi¨®n principal era documentar fotogr¨¢fica y cinematogr¨¢ficamente los eventos en que participasen sus soldados, pero tambi¨¦n ceremonias civiles y castrenses, manifestaciones folcl¨®ricas¡ Adem¨¢s, hab¨ªa un objetivo m¨¢s ambicioso, como apunta el estudioso F¨¦lix Monguilot-Benzal en un art¨ªculo publicado por la Filmoteca Valenciana: "Crear las bases para una posterior afirmaci¨®n de la cinematograf¨ªa italiana entre el p¨²blico y los empresarios". Por lo tanto, que se empezase a apreciar la marca italiana en los espectadores espa?oles para facilitar la posterior penetraci¨®n de sus pel¨ªculas.
La llegada de las tropas italianas se produjo en C¨¢diz, en febrero de 1937, como muestra una de las im¨¢genes. Tras el fracaso en Guadalajara, estos soldados fueron enviados a varios focos de lucha, como Sig¨¹enza o el frente de Arag¨®n, donde participaron en batallas tan sangrientas como Belchite, Teruel o la del Ebro. Entre las tomas hay una espectacular del puente de Fraga (Huesca) hundido y otras m¨¢s curiosas, como la del aer¨®dromo de Soria, en la que junto a un avi¨®n a la espera de entrar en combate se ve un carro tirado por bueyes.
Los fot¨®grafos siguieron durante todo el conflicto a los soldados de su pa¨ªs all¨ª donde entraban en combate, ya fuese el cerro de Los ?ngeles (Madrid) o M¨¢laga¡ No son, sin embargo, im¨¢genes de lucha, no hay heridos, sino que son tomas del antes y el despu¨¦s. Los voluntarios italianos regresaron a su pa¨ªs en octubre de 1938 y con ellos lleg¨® el final de la presencia del LUCE en Espa?a.
Babelia
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