Vanitas y otras reflexiones del cuerpo
Vuelve a Madrid el prestigioso core¨®grafo franc¨¦s con un delicado programa de trabajos actuales
Es el exbailar¨ªn y core¨®grafo franc¨¦s (de ancestros albaneses) Angelin Preljocaj (Suzy-en-Brie, 1957) el artista de la danza de la generaci¨®n de oro de la corriente llamada ¡°Nouvelle Danse Fran?aise¡± (a caballo entre la primera y segunda promoci¨®n) que m¨¢s ha estabilizado con ¨¦xito indiscutido una carrera, un estilo y un repertorio; al principio, no fue tan considerado como otros, pero su constancia ha dado frutos certeros.
No es balad¨ª que se trata tambi¨¦n del que m¨¢s se ha mantenido con canales formales de explotaci¨®n del aparato t¨¦cnico del ballet acad¨¦mico y circulando en el movedizo terreno del ballet contempor¨¢neo. Con una formaci¨®n irregular, ecl¨¦ctica y salpicada de breves experimentos, su inquietud lo llev¨® un a?o a Nueva York, donde qued¨® marcado por el trabajo en la escuela de Merce Cunningham y la insistencia anal¨ªtica de Zena Rommett-Buttignol (Venecia, 1920 ¨C Nueva York, 2010). Cuando Marcelle Michel menciona a Preljocaj en 1986, lo hace para decir que, junto a Michel Kelemenis, son los dos j¨®venes talentos m¨¢s influidos por Bagouet y sus obsesivos intentos de notaci¨®n, sistem¨¢tica coreol¨®gica y de signos. No se equivocaba la gran cr¨ªtico y analista de ¡°Le Monde¡±.
Pero ya antes Rommett hab¨ªa sembrado en el reservado y hasta hura?o estudiante una semilla importante: exprimir la secuencia del movimiento de ballet y analizarla sobre el mismo cuerpo, jerarquizar el reglado y buscar el equilibrio. Eso se ve claramente desde siempre en sus materiales de creaci¨®n. Atr¨¢s ha quedado una ¨¦poca de incomprensiones cuando todo el ambiente de la danza en Francia hac¨ªa chistes con su raro e impronunciable apellido. En 1987 a ra¨ªz del estreno de ¡°Hallali Rom¨¦e¡± en el Festival de Avignon (una obra para siete mujeres inspirada en Juana de Arco), Angelin manifest¨® a este peri¨®dico que guardaba celosamente una lista de las muchas maneras en que su nombre aparec¨ªa en la prensa. Estaba trabajando entonces sobre la representaci¨®n de la sexualidad a trav¨¦s de la danza, una inquietud visible a¨²n hoy d¨ªa.
Poseedor de una l¨ªrica contenida y de una notable intuici¨®n para la s¨ªntesis expositiva que ha convertido en parte del rigor estil¨ªstico, Preljocaj da una p¨¢tina de seriedad y dir¨ªase de consunci¨®n moral a todo lo que hace: no hay excesos, ni improvisaciones y mucho menos huecos en la dramaturgia. En 2010 Preljocaj estuvo en Gran Canaria con su ¡°Blancanieves¡± y en 2013 en Madrid con su ¡°Consagraci¨®n de la primavera¡±. Ahora ha tra¨ªdo al Canal madrile?o un programa exquisito de c¨¢mara, tan l¨ªmpido como depurado en sus intenciones y presentaci¨®n.
La primera obra es un encargo construido sobre el imaginario de la inspiraci¨®n del core¨®grafo (los 200 a?os de Marius Petipa y ha sido estrenada en San Petersburgo). No es memorialista ni literal, sino que busca una visi¨®n propia y as¨ª hace bailar la variaci¨®n de ¡°Cisne negro¡± a un hombre, y el cuerpo de baile femenino resulta una suerte de engranaje ¨²nico y estimulado por la r¨ªtmica que emerge de la inspiraci¨®n del personaje masculino, un bailar¨ªn-creador que siente sobre mismo el influjo del rom¨¢nico tema del cisne mal¨¦fico.
GHOST / STILL LIFE
Ballet Preljocaj. Coreograf¨ªa de Angelin Preljocaj; m¨²sicas: P. I. Chaicovski, Alva Noto, Ryuichi Sakamoto y otros; luces: Eric Soyer; core¨®logo: Dany L¨¦v¨ºque; dise?os: Lorris Dumeille. Festival Madrid en Danza. Teatros del Canal. Hasta el 21 de diciembre.
La segunda pieza, ¡°Still Life¡±, es m¨¢s compleja. Habla de las Vanitas (pi¨¦nsese en Vald¨¦s Leal, en Ribera) como un punto de reflexi¨®n y espejo. Es un ballet de madurez conseguido y estimulante, capaz de capsular al espectador con su pl¨¢stica tenebrista y ritual. Sobriamente envuelto en una atm¨®sfera casi g¨®tica, los bailarines forman la decoraci¨®n interior (o mental, cerebral) de algunos s¨ªmbolos que no pasan y de alguna manera son remanentes en sus m¨²ltiples interpretaciones.
Los objetos son tambi¨¦n en este caso parte del vocabulario. Las figuras se disuelven con gentileza en las propias sombras del escenario, que en este caso es un Teatro del Mundo donde se dan cita y chocan unos mensajes sin tiempo, tan eternos como la angustia humana de desentra?arlos. El p¨²blico aplaudi¨® calurosamente a los artistas y al propio core¨®grafo.
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