Dibujando la complejidad de la vida
Chris Ware atrapa el vaiv¨¦n entre la trivialidad y el enigma de las vidas corrientes en ¡®Rusty Brown¡¯, una novela gr¨¢fica con vocaci¨®n de cl¨¢sico de la literatura
?Qui¨¦n es Chris Ware? Un se?or que dibuja 47 copos de nieve en una introducci¨®n y los hace todos diferentes, ¨²nicos. Un dibujante que se r¨ªe de s¨ª mismo mostr¨¢ndose en su ¨²ltimo c¨®mic como un personaje algo mani¨¢tico, algo adicto, desde?ado por alguien como ¡°tonto del culo¡±. Un autor que aspira a atrapar la complejidad de la vida en unos libros a los que dedica largos a?os y que suelen celebrarse como una nueva visita del cometa Halley a la Tierra. En Rusty Brown (Reservoir books, traducido por Roc¨ªo de la Maya Retamar), su reciente criatura publicada en espa?ol, pasa todo eso.
Est¨¢n las 47 estructuras irrepetibles de copos, la autoparodia y la densidad de varias biograf¨ªas que giran alrededor de un personaje, un ni?o excluido que se protege tras un superpoder imaginario. Hay humor, sofocos, tedio, sue?os y melancol¨ªa, que se despliegan en 360 p¨¢ginas de colores vivos repletas de recovecos narrativos, callejones sin salida y caminos secundarios. Ware no ha nacido para fomentar la comodidad de sus lectores: puede ofrecer dos historias en paralelo en la misma p¨¢gina, expresar sentimientos con formas geom¨¦tricas o incluir 176 vi?etas en el comprimido espacio que marcan 16x32 cent¨ªmetros. ¡°Trato de producir, con im¨¢genes y palabras en una p¨¢gina, la intensidad m¨¢s compleja del sentimiento humano que pueda, as¨ª como crear la sensaci¨®n de vida m¨¢s abrumadora e inmersiva posible¡±, expone en una entrevista por correo electr¨®nico.
Hay alguna pista que explica de d¨®nde viene Ware (Omaha, Nebraska, 51 a?os) y esa forma de narrar que deslumbr¨® con Jimmy Corrigan: el chico m¨¢s listo de la Tierra o Fabricar historias. Descontado su talento como dibujante, lo que convierte sus libros en palabras mayores es su ambici¨®n cl¨¢sica, su af¨¢n por desmenuzar una biograf¨ªa desde lo insignificante a lo trascendental, de la hormiguita aplastada por un ni?o a la obsesi¨®n por el sexo, del cupcake (magdalena) a la discriminaci¨®n racial. Lo que hay es una herencia que viene de algunos rusos y franceses (entre otros) y que Ware ha acomodado a su lenguaje expresivo: ¡°En los ¨²ltimos 20 a?os, he intentado leer lo que se consideran las mejores obras de literatura, desde Flaubert a Tolst¨®i, Proust a Angelou, Joyce, Ch¨¦jov y Nabokov, y supongo que me imagino trabajando en esa tradici¨®n, pero con im¨¢genes en lugar de palabras¡±.
En casi ninguno de ellos ha encontrado una visi¨®n optimista y tranquilizadora de la existencia, sin que por ello se les reproche un af¨¢n de ¡°fastidiar al lector¡±. ¡°Esto parece ser un problema contempor¨¢neo, tal vez porque hemos perdido la noci¨®n del intenso sentimiento del paso de la vida en el ataque de todas las distracciones digitales, entretenimiento y tonter¨ªas que fluyen a trav¨¦s de nuestras mentes y ojos por segundo, cada hora de vigilia de cada d¨ªa¡±, a?ade Ware.
Los protagonistas de Rusty Brown proceden de una peque?a comunidad escolar de Omaha: un ni?o repudiado que vive y sue?a para Supergirl, un profesor con tantas frustraciones profesionales como afectivas, un alumno que envuelve en agresividad sus escaras m¨¢s ¨ªntimas y una maestra negra que busca en el banjo lo que no encuentra en los dem¨¢s. El tiempo corretea por las p¨¢ginas, van y vienen estaciones, saltos cronol¨®gicos, infancias y vejeces, tontunas y dramas. No hay linealidad narrativa en una puesta en escena trazada con precisi¨®n arquitect¨®nica. Sobre ese halo de tristeza que envuelve la atm¨®sfera, Ware reflexiona: ¡°Si la hay, est¨¢ codificada en los puntos de vista frustrados de los personajes. La obra de arte, el color y las composiciones est¨¢n ah¨ª para contradecir y ofrecer un argumento opuesto a ese sentimiento, si he hecho mi trabajo correctamente. La vida est¨¢ llena de tristeza, arrepentimiento e incertidumbre, y si ignorase esa verdad, estar¨ªa mintiendo. Nunca miento, a menos que no me d¨¦ cuenta¡±.
La primera historia de Rusty Brown comenz¨® a escribirse en 2000. La ¨²ltima se culmin¨® en 2018. Acaso preocupado, acaso ir¨®nico, Ware a?ade una peque?a nota aclaratoria al final de su novela gr¨¢fica: ¡°El seguidor caritativo y perspicaz observar¨¢ que el autor se ha dedicado a dise?ar otros proyectos y experimentos art¨ªsticos durante los ¨²ltimos 18 a?os, no solo este ¨²nico, triste e inexplicable trabajo¡±.
¡ª?Alguna vez le ha preocupado ser un autor de maduraci¨®n lenta? ?Envidia a los prol¨ªficos?
¡ªPor supuesto; mis amigos escritores Zadie Smith, Aleksandar Hemon y Dave Eggers publican libros pr¨¢cticamente una vez al a?o, lo cual envidio. Los c¨®mics son, sin duda, una manera muy laboriosa y bastante ineficiente de contar historias. Los c¨®mics tambi¨¦n son una experiencia muy densa y de m¨²ltiples capas, que operan con mecanismos de lectura y visi¨®n para producir una experiencia que creo que puede estar m¨¢s cerca de la cociencia humana que cualquier otro medio visual existente.
¡ª?Le quedan caminos por explorar en el c¨®mic?
¡ªSinceramente, siempre siento que reci¨¦n estoy comenzando. Aunque nunca experimento formalmente por el simple hecho de hacerlo; tales esfuerzos siempre est¨¢n al servicio de tratar de obtener una calidad de experiencia incierta que de otro modo no podr¨ªa expresar con palabras o im¨¢genes, como lo que se siente al estar dentro de un cuerpo humano o c¨®mo un olor aleatorio particular podr¨ªa afectar a mi visi¨®n del mundo y mis recuerdos.
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