El esp¨ªa de los Medici sale a la luz 500 a?os despu¨¦s

Mata-Hari, Kim Philby o Juan Pujol son algunos de los esp¨ªas m¨¢s famosos de la Historia y se les tiene, en teor¨ªa, por los mejores. Pero, evidentemente, los mejores son aquellos cuyo nombre se desconoce. Lo contrario de lo que le pas¨® al cart¨®grafo Juan Vespucci en el siglo XVI, considerado hasta ahora agente secreto de la poderosa familia M¨¦dici en la Casa de Contrataci¨®n de Sevilla, el establecimiento real que controlaba el tr¨¢nsito de expediciones a Am¨¦rica. Pero este Juan Vespucci (ha descubierto Luis A. Robles Mac¨ªas, de la Universidad Libre de Bruselas) ni era esp¨ªa, ni vigilaba el comercio con el Nuevo Mundo. El aut¨¦ntico infiltrado era su primo, que se llamaba igual que ¨¦l y lo que espiaba era la corte de Fernando el Cat¨®lico, los movimientos de sus tropas, la flota del Mediterr¨¢neo y las alianzas en Europa: lo que le interesaba en realidad al clan M¨¦dici.

En 1988, la historiadora del CSIC Consuelo Varela convirti¨® err¨®neamente a Juan Vespucci en esp¨ªa al creer que tres cartas encriptadas que encontr¨® en el Archivo del Estado de Florencia eran obra suya, ya que estaban firmadas por un tal Giovanni Vespucci y dirigidas a Lorenzo II de M¨¦dici. Desde entonces, el dato se ha repetido en numerosas publicaciones y hasta se ha cre¨ªdo que Juan perdi¨® su empleo oficial porque la Corona tambi¨¦n pensaba que era un agente. "Yo estaba investigando sobre Col¨®n y los florentinos cuando me encontr¨¦ las tres cartas. Pens¨¦ que eran de Juan. Me equivoqu¨¦¡±, admite Varela.

En el art¨ªculo No, mapmaker Juan Vespucci was not a Medici spy (no, el cart¨®grafo Juan Vespucci no era esp¨ªa de los Medici), extra¨ªdo de la tesis doctoral de Luis A. Robles, se explica que el inocente Juan Vespucci (nacido Giovanni di Antonio) era un cart¨®grafo, navegante y mercader sobrino del famoso Am¨¦rico Vespucio. Juan trabaj¨® como piloto de la Casa de Contrataci¨®n entre 1512 y 1525, a?o en que fue despedido. Se ignoran las razones.

Para refutar la tesis de que Juan era el confidente, Robles revis¨®, no tres, sino las 12 cartas que se guardan en Florencia con su supuesta firma. En una de ellas, fechada en Roma el 13 de diciembre de 1513, el informador anunciaba que ten¨ªa previsto viajar en breve a Espa?a con el nuncio papal Galeazzo Bottrigari. Esta afirmaci¨®n no la pudo hacer nunca Juan porque en esas fechas ya estaba en Sevilla.

El 11 de abril de 1514, Juan Vespucci embarc¨® hacia Panam¨¢. Sin embargo, el esp¨ªa envi¨® uno de sus informes desde Madrid en mayo de ese a?o. En otra misiva, firmada el 17 de septiembre de 1515, el agente pide un favor para un pariente a quien llama ¡°hijo de Antonio Vespucci¡±. Antonio era el padre de Juan, lo que significa que Juan no pudo ser tampoco el autor de esta petici¨®n porque tendr¨ªa que haberse referido a la persona para quien ped¨ªa la prebenda como "mi hermano". Adem¨¢s, la letra de las cartas florentinas ¡°difiere notablemente¡± de la graf¨ªa que se conserva de Juan en los archivos de Sevilla.

Pero ?qui¨¦n era entonces el esp¨ªa? Robles estudi¨® el ¨¢rbol geneal¨®gico de los Vespucci en torno a 1515. Ah¨ª encontr¨® cuatro hombres llamados Giovanni. Adem¨¢s de Juan, hall¨® a Giovanni di Guidantonio, hijo de un famoso diplom¨¢tico; a Giovanni di Bernardo, primo segundo del anterior; y Giovanni di Bartolomeo.

La investigaci¨®n se centr¨® pronto en Giovanni di Guidantonio Vespucci, porque hab¨ªa trabajado como diplom¨¢tico para Giuliano de M¨¦dici, hermano del papa Le¨®n X y t¨ªo de Lorenzo. Por tanto, ten¨ªa contacto directo con la poderosa familia. Adem¨¢s, en enero de 1514 acompa?¨® a Espa?a al nuncio Bottrigari, como avanzaba el informe secreto firmado el 13 de diciembre. Todo cuadraba. Por otra parte, el embajador florentino en Espa?a era Giovanni Corsi, que ten¨ªa un secretario llamado Agostino Nettucci, que era el preceptor de Giovanni di Guidantonio. Es decir, el autor de los informes siempre estaba donde se?alaban las cartas y ten¨ªa acceso preferente a la embajada y a los M¨¦dici.

El estudio concluye que, por tanto, Juan Vespucci no era el agente secreto, porque ¡°las potencias italianas no estaban interesadas en obtener informaci¨®n¡± de la Casa de Contrataci¨®n. O, simplemente, su espionaje en el establecimiento real era tan perfecto que nunca ha sido detectado. El de la corte, s¨ª, pero se han necesitado 500 a?os.