ADN contra la leyenda negra
Un estudio realizado a m¨¢s de un millar de neerlandeses no halla huellas gen¨¦ticas de tropas espa?olas
La llamada furia espa?ola est¨¢ m¨¢s relacionada con la historia que con el f¨²tbol. Se denomina as¨ª el saqueo e incendio de Amberes y otras ciudades flamencas a finales del siglo XVI por los Tercios de Flandes. Los ej¨¦rcitos espa?oles, que en 1576 llevaban m¨¢s de dos a?os sin cobrar, se amotinaron y tomaron la ciudad de Alost (B¨¦lgica). El Consejo de Estado de los Pa¨ªses Bajos (dominado por los holandeses) autoriz¨® entonces a los ciudadanos a atacar a los tercios all¨¢ donde estuviesen. Les apoyar¨ªan tropas valonas y alemanas. La reacci¨®n de las milicias de Felipe II ¡ªen clara minor¨ªa num¨¦rica¡ª fue brutal en Amberes. Muchos holandeses huyeron y se refugiaron en el Ayuntamiento. Los tercios le prendieron fuego y saquearon la ciudad: robos, cientos de muertos y violaciones.
Pero el estudio La leyenda negra de la presencia espa?ola en los Pa¨ªses Bajos, realizado por los departamentos Forense y de Biolog¨ªa de la Universidad Cat¨®lica de Lovaina y por el Instituto de Biolog¨ªa Evolutiva (IBE), centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra?y del CSIC, desmonta el mito. No se han encontrado rastros gen¨¦ticos de los espa?oles en los descendientes de los habitantes de las ciudades saqueadas: las personas con pelo negro y ojos marrones no son herederos gen¨¦ticos de los soldados de Felipe II, tal y como ¡°la memoria colectiva asume¡±, dice el informe.
En las 1.337 muestras de ADN tomadas a habitantes de los Pa¨ªses Bajos, tanto de ciudades saqueadas como de las que no lo fueron, ¡°no se han hallado firmas gen¨¦ticas espa?olas en el genoma de los aut¨®ctonos¡±. ¡°Nuestros resultados respaldan la opini¨®n de que la leyenda negra y la propaganda hist¨®rica sobre la agresi¨®n sexual han alimentado suposiciones incorrectas con respecto a la ascendencia gen¨¦tica¡±.
Francesc Calafell, investigador del IBE y profesor del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Pompeu Fabra, recuerda que tras analizar la variante DF27 del cromosoma Y (que porta el 40% de los espa?oles y el 10% de los europeos al norte de los Pirineos) ¡°no se han encontrado valores alterados entre los descendientes de las poblaciones arrasadas¡±. ¡°Comparamos 126 descendientes de habitantes de ciudades saqueadas con 971 de localidades no saqueadas, y los resultados fueron id¨¦nticos: no hab¨ªa rastro gen¨¦tico de los espa?oles en ning¨²n grupo¡±, avanza.
¡°En los Pa¨ªses Bajos se tiene la creencia popular de que la gente morena es descendiente de los soldados de los tercios; una creencia similar en Irlanda asocia el color oscuro del cabello con los n¨¢ufragos de la Armada Invencible¡±, explica el experto de la Pompeu Fabra. ¡°Pero el estudio demuestra que es falso, aunque habr¨ªa que tener en cuenta otros factores¡±, recalca Calafell. E incide en que todos los soldados de los tercios no eran espa?oles o la posibilidad de que los ni?os nacidos tuviesen una probabilidad menor de sobrevivir.
Jos¨¦ Alberto Rodrigo, especialista en historia militar y copropietario de la librer¨ªa Tercios Viejos, calcula que el porcentaje de ¡°espa?oles en estos cuerpos rondar¨ªa el 20%. El resto correspond¨ªa a soldados alemanes e italianos, principalmente¡±. ¡°Por lo tanto¡±, a?ade Calafell, ¡°si hubo violaciones, lo m¨¢s probable es que fueran cometidas por no espa?oles"
El informe incide: ¡°Durante las revueltas, el Ej¨¦rcito Real fue calificado de banda de asesinos, ladrones y violadores, lo que ayud¨® a la creaci¨®n de la leyenda. La propaganda se extendi¨® por c¨®mo trataban los espa?oles a los habitantes de Am¨¦rica, jud¨ªos y musulmanes, as¨ª como a los protestantes de Europa. La propaganda fue asumida en las provincias rebeldes en forma de panfletos, literatura y pinturas¡±.
¡°La refutaci¨®n gen¨¦tica es un elemento importante en la controversia de la leyenda negra. Es necesaria la colaboraci¨®n de genetistas, historiadores y expertos en comunicaci¨®n social. Solo la uni¨®n de estos campos de ciencia y humanidades puede proporcionar m¨¢s informaci¨®n sobre nuestra historia¡±, termina el informe.
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