Amparanoia graba la banda sonora de su maltrato

Mucho antes de coger su miedo, su guitarra, su maleta y a su hijo de diez a?os para instalarse en Madrid, Amparo S¨¢nchez (Alcal¨¢ la Real, 50 a?os) anticip¨® lo que iba a ocurrir en la letra de una canci¨®n, la segunda que se atrev¨ªa a escribir. Veneno se titul¨®. Dec¨ªa cosas de su vida que solo ella conoc¨ªa e incluso alguna que ella desconoc¨ªa: ¡°Al saber que has pensado en volver me hace estremecer, s¨¦ qu¨¦ har¨¦, empezar a correr¡±.

Una premonici¨®n de lo que ocurrir¨ªa alg¨²n tiempo despu¨¦s: huir para alejarse de una relaci¨®n que, despu¨¦s de diez a?os, la hab¨ªa marcado para siempre. Porque le dio un hijo, porque le ensanch¨® su cultura musical, porque le desat¨® la fiebre del primer amor, porque la machac¨®. ¡°Poner kil¨®metros de por medio me ayud¨® mucho, fue mi salvoconducto, me libr¨¦. Y no fue un d¨ªa que te levantas y ya est¨¢. Todo es un proceso. En las reca¨ªdas de perdonarle y volver con ¨¦l est¨¢ esa frustraci¨®n y esa reflexi¨®n sobre lo que est¨¢s haciendo con tu vida", rememora en su casa de Granada, d¨ªas antes de la salida de BSO La ni?a y el lobo 1, un ¨¢lbum con las canciones que la acompa?aron durante aquellos d¨ªas oscuros.

En Madrid cant¨® blues en el Retiro y en bares, trabaj¨® de camarera, acostumbr¨® a su hijo a responsabilizarse de s¨ª mismo desde ni?o, se empap¨® de ritmos de aqu¨ª y de all¨¢, se hizo amiga de Manu Chao y un d¨ªa de 1996 escribi¨® en una servilleta en una taberna de Lavapi¨¦s: ¡°Amparo, Paranoia, Power Mach¨ªn¡±. Hab¨ªa nacido Amparanoia, exponente de un rock hibridado donde cab¨ªa de todo (ranchera, rumba, son, bolero¡­) siempre que se adaptase a la gen¨¦tica de la casa: buen rollito, cierta conciencia de clase, tributo a la fiesta. Puede que ahora, sabiendo lo que sabemos, convenga a?adir el tributo a la fiesta de estar vivos.

Cuando la artista sal¨ªa al escenario y cantaba ¡°Adi¨®s mi coraz¨®n, que te den, que te den por ah¨ª, que no me supiste dar ni un poquito lo que te di a ti¡±, su p¨²blico se divert¨ªa y bailaba. La propia Amparanoia se divert¨ªa y bailaba, decidida a encajonar en un lugar remoto la violencia que hab¨ªa sufrido. Hasta 2012 Amparanoia secuestr¨® sus recuerdos. Como si su vida entre los 14 y 24 a?os no hubiera existido. Como si todo fuese una gira perpetua por Europa y Am¨¦rica Latina, una crianza de madre peleona de dos hijos, una nostalgia de Granada, una sucesi¨®n de ¨¦xitos, una biograf¨ªa para envidiar. En 2012 Amparo S¨¢nchez se encerr¨® en el estudio a escribir las memorias de la parte m¨¢s siniestra de su vida, empujada por su mejor amiga, que preside una organizaci¨®n que ayuda a v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. El resultado fue un libro titulado La ni?a y el lobo, que public¨® en 2014 en Lupercalia. ¡°Tuve la oportunidad de hacerlo con una editorial muy grande, tambi¨¦n empezaron a llamarme de programas de televisi¨®n y me asust¨¦ porque no quer¨ªa amarillismos¡±, recuerda. No quer¨ªa ser presa del morbo del marketing ni de las audiencias. Quer¨ªa llegar a quienes pod¨ªan necesitarla sin intermediarios: dio charlas por colegios, institutos, asociaciones y centros de mujeres donde casi siempre se quedaba alguien para contarle que compart¨ªan una historia de miedo y dolor. ¡°Me he dado cuenta de que casi todas hemos pasado por alg¨²n abuso o violencia y que nos lo guardamos. Tambi¨¦n me di cuenta de lo bien que sienta compartir tu historia y la terapia de escribir acerca de las cosas que te pasan¡±. En paralelo al disco, el 15 de mayo el libro se reeditar¨¢ por C¨ªrculo Rojo y Mamita Records, el sello fundado por la cantante para producir temas propios y ajenos.

Las memorias arrancan con una adolescente que fantaseaba con ser mayor y que, para su desgracia, lo consigue. A los 14 conoce a alguien de 22, al que identifica en el libro con el nombre falso de Alejandro. La introduce en la m¨²sica, en el sexo, en el hach¨ªs. El malote perfecto y su poder de seducci¨®n. Amparo S¨¢nchez se enamora con toda la combusti¨®n de la adolescencia y desoye las se?ales de alarma. Se queda embarazada a los 15 a?os y decide seguir adelante, pese a la presi¨®n de su novio para abortar. A los 17 se casan y poco despu¨¦s recibe la primera paliza con la habitual ret¨®rica exculpatoria: celos de otros, cervezas en exceso¡­ Los siete a?os siguientes fueron un carrusel de violencias, perdones y mentiras para disimular el origen de los moratones. Tambi¨¦n de la dedicaci¨®n de su marido a la hero¨ªna y del primer concierto de Correcaminos, el grupo donde ¨¦l tocaba la bater¨ªa y ella cantaba.

M¨¢s de una noche temi¨® por su vida. Estuvo a nada de denunciarle en comisar¨ªa. Un d¨ªa cogi¨® su miedo, su guitarra, su maleta y a su hijo de diez a?os y se fue a Madrid. Y lo pas¨® mal y vivi¨® con lo justo (despu¨¦s de la lectura de sus memorias temas como Hacer dinero revelan su fuerza autobiogr¨¢fica), pero tambi¨¦n estaba feliz. Cantaba, hac¨ªa nuevos amigos, nadie la iba a vapulear una noche cualquiera al llegar a casa. Nadie se iba a sentir con derecho a romperle la nariz otra vez ni a gritarle ¡°Ya ver¨¢s c¨®mo te ense?o yo a ser una mujer¡­ tienes que dejar de jugar como una ni?a, me tienes hasta los cojones¡­ Lev¨¢ntate y hazme la comida¡±.

Lo cierto es que no volvi¨® a importunarla tras su marcha a Madrid. Tampoco cuando ella se convirti¨® en una artista de ¨¦xito internacional tras la salida de El poder de Mach¨ªn (1996). Despu¨¦s de su muerte descubrieron que guardaba art¨ªculos sobre ella y el hijo de ambos, que coordina las giras de su madre y tiene su propia carrera musical como pinchadiscos (Yeyo).

Escribir fue la ¨²ltima fase de la superaci¨®n. ¡°Lo m¨¢s fuerte fue sentir que ya no odiaba, que no sent¨ªa ning¨²n rencor y que dentro de m¨ª hab¨ªa otros sentimientos. ?l m¨¢s fuerte el agradecimiento, incluso hacia la persona que me agred¨ªa porque de ¨¦l naci¨® mi hijo. Reconciliarme con la ni?a que fui es de las mejores cosas que me han pasado, gracias al valor que tuvo esa ni?a pude llegar adonde estoy. Al final, gracias a la vida".

Amparo S¨¢nchez canta 'Gracias a la vida'