Muere ?ngel Garc¨ªa Pintado, el periodista que milit¨® en el teatro de vanguardia
El periodista y dramaturgo vallisoletano ?ngel Garc¨ªa Pintado muri¨® el pasado 7 de abril de c¨¢ncer de colon en Madrid, a pocos d¨ªas de cumplir 80 a?os. Figura clave del periodismo y del teatro durante la Transici¨®n espa?ola, encaj¨® ambas vocaciones con total coherencia. Lo uno alimentaba lo otro: todas las obras que escribi¨® para la escena est¨¢n impregnadas del sentido cr¨ªtico que desarroll¨® tanto en sus art¨ªculos informativos como en los muchos an¨¢lisis y cr¨ªticas culturales que public¨® a lo largo de su vida en distintos medios de comunicaci¨®n, entre ellos EL PA?S, donde escribi¨® regularmente en los primeros a?os del diario. M¨¢s adelante ser¨ªa jefe de la secci¨®n de cultura de la agencia Efe.
A las p¨¢ginas del PA?S hab¨ªa llegado despu¨¦s de haber sido a inicios de los setenta el primer director de la revista sat¨ªrica Hermano Lobo y redactor jefe del semanario Cuadernos para el Di¨¢logo, dos publicaciones que ser¨ªan clave de la Transici¨®n espa?ola. Tambi¨¦n supo situarse en el epicentro de las corrientes art¨ªsticas que estallaron en los ¨²ltimos a?os del franquismo. Con Francisco Nieva, Luis Matilla, Fernando Arrabal, Miguel Romero Esteo o Jer¨®nimo L¨®pez Mozo, Garc¨ªa Pintado form¨® parte de aquella generaci¨®n de dramaturgos que quiso despegarse de la escena franquista no desde una escritura pol¨ªtica, sino desde la ruptura de las convenciones formales, aline¨¢ndose con los principios fundamentales de la escena vanguardista europea de aquel momento, que dieron lugar al teatro del absurdo o el teatro de la crueldad. Frente a otros autores de ideolog¨ªa progresista que volcaban su ideario en los argumentos de sus obras, estos defend¨ªan que el verdadero car¨¢cter revolucionario del teatro se origina en sus formas, no dentro del marco de los estilos tradicionales.
Garc¨ªa Pintado aplic¨® este principio en obras como Gioconda-Cicatriz o la pureza del arma (1970), Ocio-celo-pasi¨®n de Jacinto Disipado (1970), Agon¨ªa de Juli¨¢n Despojos (1972), Laxante para todos (1973) o El taxidermista (1979). Esta ¨²ltima constituy¨® su mayor ¨¦xito cuando se estren¨® en 1982 en el Centro Dram¨¢tico Nacional, dirigida por Jordi Mesalles e interpretada por Nicol¨¢s Due?as, Mag¨¹i Mira y Juan Jos¨¦ Otegui, una producci¨®n de la que el cr¨ªtico ?ngel Fern¨¢ndez Santos escribi¨® en EL PA?S: ¡°Es una parodia y un homenaje a formas teatrales tradicionales, que se disuelven en una nueva, que las asimila y destruye. Hay alta comedia, vodevil, realismo fant¨¢stico, farsa, surrealismo, est¨¦tica pop, teatro m¨¢gico, acumulaci¨®n de objetos seg¨²n las f¨®rmulas del teatro del absurdo, es una especie de almoneda de formas, estilos teatrales unificados por el propio estilo del escritor a una t¨¦cnica de apisonadora que las neutraliza al mismo tiempo que las usa¡±. En 1980 obtuvo el acc¨¦sit del Premio Lope de Vega por La sangre del tiempo, que llevar¨ªa a escena en 1985 el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Esc¨¦nicas.
Su militancia en la rebeld¨ªa est¨¦tica se reflej¨® tambi¨¦n en un ensayo que con el tiempo se convirti¨® en una obra can¨®nica sobre las vanguardias y sus relaciones con la Rusia de Lenin, El cad¨¢ver del padre, en el que da un repaso a todos los ismos de principios del siglo XX (futurismo, expresionismo, dada¨ªsmo, surrealismo) ¡°que se negaron a cargar con el cad¨¢ver del padre¡±. La obra se public¨® en 1982 (Akal) y fue reeditada en 2011 (Libros de la Frontera) tras ser revisada por el propio autor.
Tambi¨¦n escribi¨® dos novelas, All¨¢ va mi cuchillo (1992), sobre la Guerra Civil espa?ola, y El cielo (1995), una cr¨ªtica a la obsesi¨®n religiosa. Y en 2008 public¨® un libro de poemas, Cr¨®nica del abismo, una recopilaci¨®n de versos escritos a lo largo de varios a?os en los que tambi¨¦n asoma el absurdo existencial de sus obras teatrales.
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