El ¡®yokai¡¯ que Jap¨®n dibuja contra la pandemia
Amabie, una criatura imaginaria de la cultura nipona, triunfa en las redes durante la crisis del coronavirus, aunque hoy solo sea un objeto de entretenimiento
En Jap¨®n, todo tiene su propia mascota. Unos enemas sonrientes gu¨ªan a las personas con problemas gastrointestinales en las farmacias para encontrar la medicina adecuada. Cada prefectura cuenta con su animadora, normalmente un plato regional o una atracci¨®n tur¨ªstica. Incluso las Fuerzas de Autodefensa las utilizan para la divulgaci¨®n. Al principio de la crisis del coronavirus, el Gobierno estren¨® la primera personificaci¨®n de la cuarentena, Quaran, equipado con un escudo, gafas y una espalda con forma de Q para evitar el movimiento de art¨ªculos prohibidos en la frontera y proteger a los japoneses de cualquier actividad ilegal. Algunas de estas criaturas se han vuelto c¨¦lebres en occidente, como Pikachu, Hello Kitty y en general el universo de los Pok¨¦mon o Digimon.
Todas ellas son el resultado de una larga tradici¨®n iniciada con los yokai. La palabra puede traducirse como ¡°esp¨ªritu¡±, ¡°demonio¡± o ¡°monstruo¡± y su origen proviene de la religi¨®n sinto¨ªsta, en la que se cree en la naturaleza y en una multitud de dioses y esp¨ªritus protectores. Algunos son humanoides, otros animales, otros pueden ser incluso objetos que, al ser descartados, adquieren un alma. Esta versi¨®n polite¨ªsta del mundo afirma que en las islas de Jap¨®n llegan a existir hasta ocho millones de dioses. ¡°Es dif¨ªcil precisar el origen del yokai¡±, dice Junya Kono, que lidera un colectivo de artistas en Kyoto, el Yokai Art Group Hyakuyobako. ¡°Los animistas creen que ha tenido gran influencia en el pensamiento japon¨¦s. La idea es que el alma resida no solo en objetos naturales, como ¨¢rboles y rocas, sino tambi¨¦n en objetos artificiales, como las herramientas cotidianas¡±, a?ade.
El pa¨ªs nip¨®n se ha enfrentado a lo largo de su historia a muchas oleadas fatales de enfermedades, como la viruela, la peste o el c¨®lera. Por mucho tiempo, los yokai han servido de armas contra las epidemias, una suerte de talismanes para proteger a la poblaci¨®n del exterminio. Uno de ellos, conocido como Amabie, ha vuelto a renacer durante la crisis del coronavirus, con una diferencia: ¡°Los yokai pueden ser considerados una antigua superstici¨®n, ya que desde el principio de la ¨¦poca moderna se han convertido en personajes del entretenimiento popular. Pintores como Katsushika Hokusai, que es muy famoso en el extranjero, trabajan con los yokai. Aparecen tambi¨¦n en los anime, en los manga y en los trabajos del estudio Ghibli. En otras palabras, hoy el yokai no es solo una forma de folclore, sino tambi¨¦n de entretenimiento¡±, afirma Kuno.
Amabie no es un yokai famoso, pero su historia se adapta perfectamente al contexto de crisis actual. La leyenda, que se remonta al siglo XIX, relata que un funcionario de la ley no identificado fue enviado a la playa de Kumamoto, en la regi¨®n de Kyushu, para investigar una luz extra?a. Cuando lleg¨®, se le apareci¨® una criatura semejante a una sirena cubierta de escamas, con la cabeza de un p¨¢jaro, mechones de cabello y tres patas. Amabie se revel¨® y profetiz¨® buena cosecha. Al mismo tiempo, invit¨® el funcionario a dibujar su retrato y a ense?ar su imagen a la poblaci¨®n ¡°en caso de que ocurra una pandemia¡±. Una representaci¨®n de este yokai, hoy conservada en la Universidad de Kyoto, se encontr¨® en un peri¨®dico de 1846 y es la base utilizada para todas las siguientes versiones.
Jap¨®n, como el resto del planeta, est¨¢ luchando contra el monstruo invisible, el coronavirus, y ya lleva m¨¢s de 13.000 contagiados. El n¨²mero de nuevos infectados ha ido aumentando sin descanso durante semanas y el primer ministro, Shinzo Abe, ha recibido cr¨ªticas por su tardanza en responder. En medio de esta crisis, el ilustrador Hide Shigeoka public¨® en su Twitter un dibujo de Amabie con el mensaje ¡°una nueva contramedida ante el coronavirus¡±. El ¨¦xito ha sido extraordinario y las redes sociales siguen invadidas por los hashtags #amabiechallenge y #amabieforeveryone.
Artistas e ilustradores mangas, como Mari Okazaki, han estado compartiendo pinturas y dibujos de Amabie alentando al Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar a utilizar la criatura para su campa?a de concienciaci¨®n en la que se invita a las personas a ¡°detener la propagaci¨®n de la infecci¨®n¡±. Amabie fue tambi¨¦n objeto de algunos dibujos de Shigeru Mizuki, uno de los protagonistas de la resurrecci¨®n de los yokai a finales de los a?os 60 y creador del popular manga GeGeGe no Kitaro, luego convertido en anime (sus ilustraciones fueron publicadas por Astiberri en Espa?a). Aunque Mizuki falleci¨® en 2015, su compa?¨ªa de producci¨®n tuite¨® uno de sus Amabie el 17 de marzo, con las palabras: ¡°Qu¨¦ desaparezca la epidemia moderna¡±.
¡°Es como con Pap¨¢ Noel, ning¨²n japon¨¦s cree que Amabie amenace la enfermedad¡±, aclara Kuno. ¡°Sin embargo, en una situaci¨®n en la que muchas personas est¨¢n en casa, el acto de pintar un Amabie contribuye a esa sensaci¨®n de curaci¨®n del esp¨ªritu melanc¨®lico y, al mismo tiempo, a la esperanza de que el coronavirus se calme. Yo pienso que es un acto. Las personas no dibujan un yokai si no piensan que es divertido. Y es divertido dibujar un Amabie que vence al virus¡±.
El Gran Buda
La epidemia documentada m¨¢s antigua se remonta a la Era Tenpyo (729-749), durante el reinado del emperador Shomu. La primera oleada de viruela en 735 y la segunda en 737 causaron la muerte de aproximadamente un tercio de la poblaci¨®n de Jap¨®n. Adem¨¢s, coincidi¨® con un terremoto que sacudi¨® el centro del pa¨ªs y empuj¨® el emperador a construir el templo de Todaiji en Nara, en la isla de Honshu, y un gran Buda de 15 metros de altura que requiri¨® el trabajo de m¨¢s de dos millones y medio de personas.
El simbolismo del Gran Buda volvi¨® a ser importante durante el terremoto que golpe¨® la isla de Hokkaido en 2018. Seg¨²n cuenta el Japan Times, muchos pidieron en Twitter la construcci¨®n de otro Buda. Un usuario de la red social cre¨® un sitio web para construir un Buda virtual simplemente haciendo clic en cualquiera de las 26 tareas enumeradas en la p¨¢gina, como ¡°secado de arcilla¡± o ¡°suministro de cobre¡±. Desde el principio de la crisis del coronavirus, los clics han alcanzado la cifra de casi 37 millones.
¡°Hubo un fen¨®meno similar durante el terremoto de 2011¡±, dice Kuno. ¡°Una de las antiguas supersticiones japonesas cuenta que un pez gato gigante corre debajo de la tierra y provoca terremotos. Existe una pintura del pez gato que impide que estos ocurran. Muchos ilustradores la dibujaron y la compartieron en Twitter, pero no alcanz¨® el ¨¦xito de Amabie¡±.
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