La monstruosidad como una de las bellas artes
Los ¡®yokai¡¯, criaturas delirantes de la tradici¨®n japonesa, invaden la Real Academia de San Fernando en una exposici¨®n que refleja su influencia en el cine de animaci¨®n y en el manga
Una comitiva nupcial de zorros, un esqueleto gigantesco, un paraguas con vida propia, enormes cabezas flotantes y un hombre sin rostro pero con un ojo inquisitivo colocado en el ano confluyen en una de las secuencias m¨¢s espectaculares y perturbadoras de Pompoko (1994), de Isao Takahata, una de las pel¨ªculas de animaci¨®n m¨¢s exc¨¦ntricas del estudio Ghibli. Exc¨¦ntrica, entre otras cosas, por estar protagonizada por unos mapaches capaces de amplificar sus test¨ªculos como arma de guerra. Todo eso no respond¨ªa a ning¨²n arrebato iconoclasta del veterano socio de Hayao Miyazaki, sino que era el directo tributo a una tradici¨®n popular firmemente arraigada en la cultura japonesa: la de los yokai, criaturas sobrenaturales que recorren m¨¢s de diez siglos de historia y que son objeto de la excelente exposici¨®n Yokai: iconograf¨ªa de lo fant¨¢stico. 'El Desfile nocturno de los cien demonios' como g¨¦nesis de la imagen sobrenatural en Jap¨®n, que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Jap¨®n, inaugura hoy y que permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 23 de septiembre. Comisariada por el coleccionista japon¨¦s Koichi Yumoto y por el profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Daniel Sastre, la muestra concede especial importancia al rollo ilustrado (emaki) del Hyakki Yagyo o Desfile nocturno de los cien demonios, datado en el periodo Muromachi y atribuido a Tosa Mitsunobu: una fascinante sucesi¨®n de criaturas delirantes que ha servido de punto de partida para muchas otras versiones de la escena debidas a artistas aficionados o encargadas a autores de prestigio y que, de hecho, fue el punto de partida para la inmortal secuencia de Pompoko.
De Godzilla al Eroguro
"El origen de los yokai nace de la relaci¨®n que los japoneses han tenido con la naturaleza. El yokai, a fin de cuentas, es ese ser que puede estar escondido dentro de la oscuridad y puede adoptar m¨²ltiples formas", se?ala Koichi Yumoto. Resulta inevitable asociar la tradici¨®n de los yokai con el manifiesto gusto de la cultura popular japonesa por lo extremo y lo monstruoso. ?Podr¨ªan ser Godzilla y las otras criaturas del kaiju-eiga hijos o bisnietos de los yokai? "Claramente", subraya Daniel Sastre, "desde el momento en que la idea del agigantamiento est¨¢ muy presente en esas tradiciones". Netflix acaba de estrenar una serie anime basada en el personaje ¨CGodzilla: Planet of Monsters-, mientras otra propuesta animada ¨CYokai Watch- hace furor entre los adolescentes uniendo ese imaginario con din¨¢micas propias de la cultura del videojuego. Tampoco son escasas las novedades editoriales que dan fe de la perdurable huella que toda esta tradici¨®n ha dejado en la cultura popular: la m¨¢s llamativa de todas ellas quiz¨¢ sea Eroguro. Horror y erotismo en la cultura popular japonesa, editado por Satori y coordinado por Jes¨²s Palacios, que aborda la productiva entente entre una est¨¦tica de lo grotesco y un sentido del erotismo particularmente retorcido.
¡°Empezamos a hablar de yokai desde el siglo X, donde la palabra empieza a usarse en muchos textos¡±, se?ala Daniel Sastre. ¡°Yo-kai son dos caracteres que significan algo extra?o, algo sobrenatural o fuera de lo cotidiano. No hay nadie que lo acu?e, es un t¨¦rmino que surge de la imaginaci¨®n popular. No obstante, es a partir del siglo XVIII cuando el t¨¦rmino se populariza y alcanza a toda la sociedad a partir de las obras de Toriyama Sekien, que empieza a publicar sus primeras enciclopedias de monstruos incorporando tanto los de la tradici¨®n folcl¨®rica como criaturas de su propia invenci¨®n. De hecho, ¨¦l cre¨® cerca de treinta criaturas nuevas¡±. Dividida en tres partes, la muestra se abre ilustrando la presencia del imaginario yokai en una amplia diversidad de soportes: desde juegos infantiles hasta cajas para medicinas, pasando por dagas, guardas de katana o l¨¢mparas de papel. En el segundo apartado, una colecci¨®n de diversos rollos ilustrados en torno al tema com¨²n del desfile espectral se convierte en el coraz¨®n de la muestra que culmina reflejando la expansi¨®n de la cultura de los emakis y el barniz l¨²dico y familiar que fue adoptando todo ese imaginario de lo grotesco durante el periodo Edo.
Todas las obras expuestas, entre las que destacan una chaqueta acolchada de bombero decorada con una efigie de la zorra de las nueve colas y un delicado kimono con figuras estrat¨¦gicamente trenzadas en las zonas visibles, pertenecen a la colecci¨®n personal del comisario Koichi Yumoto, que donar¨¢ todo su fondo al Museo de lo Sobrenatural que se inaugurar¨¢ el pr¨®ximo mes de abril en la ciudad de Miyoshi, situada en la prefectura de Hiroshima. ¡°Mi inter¨¦s por los yokai empez¨® hace m¨¢s de treinta a?os¡±, recuerda Yumoto. "Todo el mundo piensa que los yokai son seres que provocan temor, pero fue en el periodo Edo cuando los yokai adoptaron una forma mucho m¨¢s afable y cercana al gran p¨²blico. Esa cercan¨ªa me llam¨® la atenci¨®n. Yo en esa ¨¦poca trabajaba en un museo y, si bien ya hab¨ªa estudios orientados en esa direcci¨®n, vi que la labor de coleccionar obras originales a¨²n estaba pendiente de cierta sistematizaci¨®n y, adem¨¢s, era necesaria para que todo este tipo de material no se perdiera¡±.
Con un lenguaje expositivo austero que, seg¨²n Daniel Sastre, hace honor al alma japonesa, la muestra tendr¨¢ su propio toque m¨¢gico y casi sobrenatural cuando, a partir del 20 de agosto, las exigencias de conservaci¨®n de tan fr¨¢giles materiales obliguen a cambiar el material mostrado. As¨ª, Yokai: iconograf¨ªa de lo fant¨¢stico no ser¨¢ una exposici¨®n al uso, sino, casi como los seres que nutren sus espacios, una entidad capaz de transformarse y tener una doble vida.
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