Mi a?o favorito
Antonio Llopis me dej¨® noqueado: uno de esos int¨¦rpretes de los que te crees todo, haga lo que haga. Tristemente no volv¨ª a verle
No fue ni mucho menos mi a?o favorito, es una figura ret¨®rica, pero s¨ª uno de los mejores desde el punto de vista teatral. El jueves pasado escrib¨ª As¨ª empez¨® mi adicci¨®n, centrada en el exitazo de La boda de los peque?os burgueses, de Brecht, adaptada y dirigida por Angel Facio e interpretada por Los Goliardos: funci¨®n de gira, una de las estrellas de la temporada 1973-1974. Pero no la ¨²nica. Fue la gira de Jos¨¦ Luis G¨®mez y del Bulul¨² de Malonda, y mi gran sorpresa: el TEI (Teatro Experimental Independiente) de Madrid. Porque apenas sab¨ªa nada de ellos, e iba a verles en Barcelona nada menos que con tres funciones muy distintas, y no en el Capsa, que era el feudo del teatro independiente, sino en el Poliorama, en lo alto de las Ramblas: habitualmente teatro ¡°comercial¡±, e incluso cine, pero all¨ª tambi¨¦n se habian dado El malentendido, Las criadas y Marat-Sade, entre otros aldabonazos. ?Qu¨¦ espect¨¢culos presentaron los del TEI en aquella pr¨®diga temporada? Creo que el orden fue este: dos piezas que ya se hab¨ªan ofrecido con ¨¦xito en Madrid y otras ciudades espa?olas, Proceso por la sombra de un burro, de Friedrich D¨¹rrenmatt, e Historia del zoo, de Edward Albee, y la tercera solo en Madrid, que respond¨ªa al atractivo t¨ªtulo de ?Oh, pap¨¢, pobre pap¨¢, mam¨¢ te ha metido en el armario y a m¨ª me da mucha pena!, de Arthur Kopit. Si no me equivoco, las tres estaban dirigidas por William Layton.
Proceso era una farsa popular, con un toque brechtiano y un reparto amplio. Estaba muy rodada, me divirti¨® y me gust¨®, aunque me sedujo m¨¢s la clave de farsa dislocada y macabra de Kopit, que bordaba Jos¨¦ Carlos Plaza en el rol de la feroz Madame P¨¦taloderosa, secundado, si no recuerdo mal, por Bego?a Valle y Francisco Vidal, entre otros. Pero el zambombazo rotundo fue Historia del zoo, donde Plaza estaba impecable como el pusil¨¢nime Peter; y Antonio Llopis, para m¨ª un absoluto descubrimiento, deslumbrante en el rol del atormentado Jerry. Devor¨¦ el drama sentado al borde de la butaca y sal¨ª a la calle sin saber por donde me daba el aire. Miento: al empezar cre¨ª saber que quer¨ªa ser actor; pero despu¨¦s de ver la verdad y la fuerza de Llopis pens¨¦ que no llegar¨ªa a su altura ni trabajando cuarenta a?os. Me dej¨® noqueado: uno de esos int¨¦rpretes de los que te crees todo, haga lo que haga. Tristemente no volv¨ª a verle. Sigui¨® actuando, fue profesor y director (hab¨ªa fundado el Teatro de la Danza), pero, como me dijo Myriam de Maeztu, ¡°era un hombre tan apasionado como atormentado¡±. Y se tir¨® por el viaducto. Llevaba una escalera, dicen: se subi¨® y se tir¨®. Esto sucedi¨® en diciembre de 2008. Ten¨ªa 65 a?os. Como escribi¨® Rosana Torres, ¡°muri¨® como hab¨ªa vivido: de manera radical y solitaria¡±. El no menos grande William Layton se hab¨ªa suicidado en 1993, para esquivar el peso de sus 82 a?os. Pero seguimos record¨¢ndoles.
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